Cali
Así es la nueva, y silenciosa, migración venezolana a Cali
A diario ingresan 65 personas por la Terminal. Hay subregistro. No todos llegan al punto de atención oficial.
Édgar Antúnez llegó a Colombia desde Venezuela en una de las primeras migraciones masivas: 2017. Ingresó por Norte de Santander, donde permaneció un año. En 2018 continuó hasta Cali, e inició un emprendimiento, un restaurante en la Terminal de Transportes. Allí también comenzó su trabajo social: alimentaba a los migrantes que llegaban exhaustos desde Venezuela tras horas dentro de un bus en busca de un futuro.
Actualmente, Édgar dirige Fundatransvida, una fundación donde le brinda orientación a la población migrante en Cali, tanto a quienes ya han regularizado su permanencia en Colombia, como los que aún no lo logran.
Él no lo duda: desde el pasado domingo 28 de julio de 2024, cuando se realizaron las elecciones presidenciales en Venezuela y se determinó el fraude por parte de Nicolás Maduro, inició de nuevo una migración de venezolanos hacia Colombia, hacia Cali, solo que muy diferente a lo visto en años anteriores, cuando las carreteras estaban repletas de personas que las recorrían a pie y la Terminal de Transportes no daba abasto para recibir a quienes llegaban y no tenían dónde más ir.
— Lo que sucede con esta migración de 2025 tiene una particularidad a cuando yo llegué. En 2018 en la Terminal de Cali podía haber 5000 venezolanos porque no teníamos otra opción que quedarnos allí. Ahora el venezolano llega con una dirección de alguna casa, la del tío, hermano, el abuelo, un amigo. Ya son miles los venezolanos que lograron ubicarse en Cali y están recibiendo esta nueva migración. Por eso, ante los entes de control y los puntos de atención de la población migrante, la nueva migración pasa desapercibida, porque estas personas ya no acuden directamente a los puntos de atención de la Alcaldía en la Terminal, sino a una dirección de un familiar – dice Édgar.
Flavio Carabalí, el secretario de Bienestar Social de Cali, explica que su despacho cuenta con dos puntos de atención a la población migrante. Uno es el Centro Intégrate, ubicado en la Avenida 2D Norte No. 24 - 128, en el barrio El Piloto, donde, durante 2024, se atendieron 24 mil personas que buscaban acceder a los servicios de salud y educación en la ciudad. El otro es una oficina en la Terminal de Transportes, “los ojos de la migración”, donde, en promedio durante este mes de enero, cada día se registra el ingreso de 65 venezolanos.
— En este momento, por la información que tenemos, no evidenciamos aún un éxodo propiamente de venezolanos a Cali. No hay un incremento notorio, no vemos gente caminando en las carreteras. El conteo de familias que han entrado por la Terminal es normal, considerando la época de inicio de año. Sin embargo, la otra cara del fenómeno la hemos entendido, en el sentido de que los migrantes ya no llegan a los puntos de atención dispuestos sino donde un familiar o redes de apoyo –dice el Secretario.
La esperanza de millones de venezolanos para que por fin se diera una transición del gobierno en su país se esfumó el 10 de enero. Ese día se esperaba que Edmundo González, presidente electo según el monitoreo internacional, asumiera el poder. Finalmente el que lo hizo fue Nicolás Maduro, en un acto que analistas políticos calificaron como un golpe de Estado.
Desde entonces la represión para quien no proclame a Maduro públicamente como su presidente creció.
— A los venezolanos que no están de acuerdo con Maduro y lo manifiestan públicamente, los meten presos. En las requisas le quitan el celular a la gente y revisan sus chats. Si encuentran evidencias de ser opositores, desconocer la victoria de Maduro, también van a la cárcel. Personas que están en Venezuela escondidas porque fueron miembros de mesa y tienen actas en donde demuestran que Edmundo González ganó esos centros electorales, son las que más están buscando – comenta Édgar Antúnez. Y agrega:
— El alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez Colina, está preso, así como un mandatario del estado Lara (Javier Oropeza). Si ellos, que son líderes políticos reconocidos, corren esa suerte, ¿qué puede pasar con nosotros, las personas comunes y corrientes que no estamos a favor de Maduro? Por eso mucha gente está migrando, sin embargo, el gobierno colombiano, cercano a Maduro por la narrativa del presidente Gustavo Petro, no lo está reconociendo.
El profesor Ronal Rodríguez, investigador y líder del Observatorio Venezuela de la Universidad del Rosario, confirma que después de que Nicolás Maduro se posesionó el 10 de enero como presidente de Venezuela, se prevé que salga un número importante de venezolanos en los próximos meses.
Según Rodríguez, la primera gran nueva migración será de personas que requieren protección internacional, como líderes políticos, defensores de derechos humanos, periodistas y ciudadanos perseguidos por el chavismo, a quienes les han cancelado sus pasaportes, por lo que tendrán que ingresar a Colombia de manera irregular en los pasos terrestres.
—Son personas, además, que tampoco se sienten seguras en Colombia, debido al auge de organizaciones criminales venezolanas que ya hacen presencia, por lo que es posible que busquen un tercer país de permanencia, sobre todo porque en Colombia ha disminuido la confianza en las autoridades nacionales bajo el actual gobierno del presidente Gustavo Petro. Es lamentable que el Estado Colombiano no haya hecho el esfuerzo de ajustar sus sistemas de protección a esta población migrante, como se lo había ordenado la Corte Constitucional – dice el profesor Rodríguez, quien asegura que también llegará a Colombia una enorme migración de “reunificación familiar”.
Es decir, familiares de venezolanos que ya se radicaron en Colombia, muchos de ellos niños y jóvenes que llegarán con necesidades de educación, salud y nutrición, sistemas que en Venezuela colapsaron.
El profesor Txomin Las Heras, también investigador adscrito al Observatorio Venezuela de la Universidad del Rosario, advierte que las más recientes encuestas indican que hay una proporción importante de la población venezolana, de alrededor del 20%, que manifestó estar dispuesta a salir del país en caso de que Maduro se perpetuara en el poder.
El problema es que Colombia ha disminuido su capacidad de atención a la población migrante, comparado con las acciones de años anteriores, pese a que sigue siendo la Nación que recibe el mayor porcentaje de la diáspora venezolana, con alrededor del 35%.
— En materia de atención hemos perdido capacidad. La falta de claridad del gobierno del presidente Gustavo Petro para orientar a la cooperación internacional ha hecho que muchas de las dinámicas de atención que se tenían de primera instancia para migración, es decir, aquellos puestos de atención humanitaria que estaban desplegados en la zona de frontera, y a lo largo de la ruta migrante, se movieran a otras latitudes, particularmente Panamá. Y muchos de los puestos de atención humanitaria se han cerrado. El Gobierno alega que ya no estamos en punto de crisis humanitaria, y si bien hay una parte de la población venezolana ya radicada en nuestro país, la realidad es que ante la situación política en Venezuela se presentan nuevamente dinámicas de salida que nunca han parado. Por eso hemos perdido capacidad de atención en una primera instancia, en una primera recepción de la población migrante, debido a la falta de previsibilidad del Gobierno colombiano y la falta de concreción de políticas en esa dirección – comenta el profesor Ronal Rodríguez, del Observatorio Venezuela.
La financiación para la atención de la población migrante también ha disminuido, en gran parte porque la relación del gobierno con la cooperación internacional en la materia se ha descuidado.
— Hay un desdén evidente hacia la cooperación internacional, lo que afecta la consecución de recursos y el diseño de políticas que permitan trabajar estratégicamente con el Gobierno en una respuesta integral. Eso explica por qué perdemos capacidad en la dinámica de recepción migratoria, cuando Colombia era uno de los países que lideraba el proceso de la búsqueda de recursos y era ejemplo. Es triste que el gobierno Petro no haya sabido manejar una política de Estado frente a la migración, que en Colombia se había caracterizado por no tener un matiz ideológico. Con Petro se ha tenido un retroceso - dice el profesor Rodríguez.
A nivel local, el Secretario de Bienestar Social de Cali, Flavio Carabalí, asegura que la atención a la población migrante es una prioridad. Para 2025, su despacho cuenta con cien mil millones de pesos para financiar tanto el funcionamiento de la Secretaría, como los diferentes programas sociales. Aún no se ha definido cuántos recursos se destinarán de forma específica para atender a los migrantes.
Por lo pronto está programada una reunión convocada por el personero de la ciudad, Germán Mendoza Castrillón, para diseñar un plan de contingencia que aborde los retos de la nueva ola migratoria que iniciaron los hermanos venezolanos luego de las elecciones de julio pasado.