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Lo único que queda del viejo Club San Fernando son algunos de sus árboles emblemáticos. En el diseño del nuevo parque tecnológico se incluirá la ubicación de estos árboles. El objetivo es conservarlos como parte de la memoria del Club. | Foto: Foto: José L Guzmán - El País

CLUB SAN FERNANDO

Así será el parque tecnológico que conservará la historia del viejo Club San Fernando

Los caleños podrán ‘viajar’ por los avances de la ciencia, la tecnología y la música. También habrá un lugar de recordación y memoria de lo que significó para la ciudad el Club San Fernando. Aún hay dudas sobre el costo final de la obra, que iniciaría en 2022.

11 de octubre de 2020 Por:  Redacción de El País

Cuando desaparecen los lugares de la infancia, por lo regular se siente un extrañamiento. Como si una pieza del rompecabezas de la vida hubiera de saparecido. Es lo que sucede cuando se ingresa al lote donde alguna vez estuvo el viejo Club San Fernando de Cali.

La gigantesca piscina custodiada por un samán enorme, el emblema del Club, ahora es pasto y tierra, por ejemplo. De la plataforma de clavados en donde muchos se devolvieron aterrados por su altura no hay pista alguna, y de las antiguas edificaciones apenas queda una estructura de paredes resquebrajadas que corresponden a lo que eran los baños.

La escultura de la negra del chontaduro de la artista Alicia Tafur fue trasladada, y de las canchas de tenis, tejo, bolos, no queda nada. Tampoco de los salones cuyos nombres homenajeaban a los barrios de Cali: El Peñón, Centenario, Granada, Normandía, Versalles.

Una mirada al archivo fotográfico de El País confirma que el Club San Fernando fue en su momento el punto donde la sociedad caleña se encontraba. Era famosa la gran fiesta del 31 de diciembre, para despedir el año.

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En la década del 50, en el Club se organizaba un baile de disfraces, y durante la Feria el San Fernando era el sitio donde se presentaban las orquestas de moda: Billo’s Caracas Boys, Agustín Lara, Xavier Cugat y su ‘Bésame mucho’. Hasta el compositor Lucho Bermúdez le compuso una canción: “San, san, san Fernando, San, san, san Fernando, es el club más popular, de esta tierra soberana, es del Valle la sultana, donde se puede gozar”.

Según un artículo titulado ‘El Muro de los lamentos, la sede del Club San Fernando’, firmado por el arquitecto y licenciado en filosofía de la Universidad del Valle Erick Abel Figueroa Pereira, e ilustrado con fotografías de Gerardo Ramírez, aquella canción surgió después de un pleito entre Lucho Bermúdez y el Club.

Todo sucedió en 1952, cuando el músico y su orquesta fueron contratados para las fiestas decembrinas. Tal fue el éxito, que la junta directiva del San Fernando extendió el contrato para una temporada más, pero, escribe Erick, una de las cláusulas le exigía a Lucho Bermúdez componer una canción alusiva al Club. Bermúdez se habría negado, quizá porque las creaciones artísticas son inspiración más que obligación, pero una vez se levantó la cláusula compuso el porro por voluntad propia.

El mismo artículo cuenta otros detalles de la historia de este ícono de Cali que surgió en septiembre de 1930, “dos meses antes que el Campestre”, y era “el más reconocido de los clubes de la ciudad”.

Además de los actos sociales, y la Feria, el San Fernando era famoso por el deporte. Allí se formaban los mejores tenistas de la región y se realizaban las competencias más importantes. El Club fue una de las sedes de los Juegos Panamericanos de 1971.

El artículo del arquitecto Erick Figueroa recuerda además que el San Fernando “no fue ajeno” a la responsabilidad social con Cali. “Cuando ocurrió la tragedia del 7 de agosto de 1956, día en que 42 toneladas de explosivos detonaron frente a la antigua estación del ferrocarril, las instalaciones del Club funcionaron como sede alterna del Hospital Departamental”, se lee.

Debido a la amplia historia del Club San Fernando, demolida por privados que supusieron que era mejor levantar un centro comercial, el nuevo parque tecnológico que se construirá en ese lote sobre la Calle Quinta incluirá un espacio para recordar el pasado del Club, y su significado para la sociedad caleña. Lo asegura Diana Muñoz, la arquitecta que coordinará la construcción del parque.

Hasta hace unos días, Diana era una de las representantes en Colombia de la ONG Build Change, que se encarga de promover el mejoramiento de viviendas de origen informal. Sin embargo, tras la propuesta que le hizo el alcalde Jorge Iván Ospina de estar al frente de la construcción del parque tecnológico, no lo pensó dos veces y aceptó el reto.

— Soy arquitecta de la Universidad del Valle, con maestrías en desarrollo y gestión urbana de la Universidad Nacional y la Universidad de Rotterdam. En 2018 regresé al país. Hasta que el Alcalde me llamó y me dijo que estaban reclutando talentos perdidos de la ciudad para liderar el proyecto del parque tecnológico del Club San Fernando. Todavía no estoy al frente de la iniciativa, pero entraré como asesora de despacho para coordinar la obra –dice Diana.

De momento la única certeza es que el nuevo parque tendrá ese espacio de recuperación de memoria del Club San Fernando. El resto del proyecto apenas comienza a estructurarse. Una de las tareas a realizar por la arquitecta es definir si se realizará un concurso público o privado para el diseño del parque, concurso que sería liderado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos. También definir lo más importante: qué es el parque tecnológico que tendrá Cali.

— Por ahora nos imaginamos varias cosas. El parque será de ciencia y tecnología y va a tener estaciones. Primero narrar ese hecho histórico, contar qué hubo ahí, qué uso se le daba al lote. Pero también contar cómo ha evolucionado la tecnología, los códigos binarios, la música, y como estos tres elementos, tecnología, ciencia y cultura, se van desarrollando espacialmente en el parque. Será un recorrido para que los ciudadanos entiendan la lógica de algo. El gran cierre será un planetario. Esperamos que el parque lleve a la gente a un viaje espectacular –dice Diana.

Algunos secretarios de la Alcaldía de Cali han dicho que el parque será una especie de ‘Maloka, el primer museo interactivo de Colombia’, ubicado en Bogotá, pero la arquitecta no está muy segura de ello.

— Cuando hablé con el Alcalde se definió que uno de los puntos más importantes del proyecto es diseñar el modelo de sostenibilidad, y en ese sentido al parque no lo referenciaría como un ‘Maloka’, que fue un gran proyecto pero de hace mucho tiempo. Lo más importante es trabajar desde adentro y después ver esos referentes externos. Pretendemos que sea un parque que se diseñe desde la identidad de Cali, y construir ese guión es primordial.

Según los planes de Diana, los tres meses que restan para finalizar el 2020 se dedicarán a realizar los procesos de consulta y conceptualización del proyecto, para, en el 2021, iniciar los diseños.

Paralelamente se deben adelantar otras tareas como el levantamiento topográfico del lote, y ordenar la documentación del mismo.

El predio, como se anunció hace unos días, le pertenecía a la Sociedad de Activos Especiales, la entidad que administra los bienes que el Estado le decomisa a los narcotraficantes, y esta se lo cedió a la ciudad después de un cruce de cuentas por un paquete de impuestos. Sobre el lote había un litigio interpuesto por la antigua Corporación Club San Fernando, integrada por algunos de los exsocios, pero según lo explicó Nury Moscoso, gerente de la regional suroccidente de la SAE, “ese proceso terminó en septiembre de 2019 en segunda instancia, con sentencia a favor de la Nación”.

Así las cosas, la construcción del parque tecnológico iniciaría en 2022.
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Sobre cuánto costará el proyecto aún hay dudas. Roy Barreras, el director de Planeación, asegura que el parque tecnológico costaría $120 mil millones.

— Sin embargo, la realidad de los costos del proyecto la sabremos cuando hagamos los diseños finales. Por ahora hay cálculos. Los costos de esos estudios y diseños los haremos con cargo al crédito de $650 mil millones que nos aprobó el Concejo –dice Roy, quien agrega que confía en que la obra no se haga solo con recursos públicos, sino que cuente con alianzas público privadas.

— Va a haber locales de usos complementarios, estacionamientos, cafeterías, flota de recuerdos, entonces todos esos espacios son monetizables. La explotación de los mismos puede permitir apalancar una parte de la inversión.

Un informe de la Secretaría de Hacienda dice, por otro lado, que del crédito de $650 mil millones que la Alcaldía solicitó, $57 mil se invertirán en el parque tecnológico, mientras que Argemiro Cortés, secretario de Desarrollo Económico y quien hace parte de la junta asesora del proyecto, asegura que “el techo presupuestal” del parque tecnológico es de $70 mil millones.

— Es una obra muy importante para Cali porque generará empleo y atrae el turismo, teniendo en cuenta que el parque estará en el corazón de la ciudad. La financiación de la obra vendría del préstamo de $650 mil millones. Sin embargo, al ser esta un área de desarrollo naranja, esto nos permitiría posibilidades de participación de la empresa privada. Las empresas podrían participar del proyecto a cambio de una reducción de impuestos, pero es un plan B. Inicialmente la obra se financiaría con el préstamo que se solicitó –dice Argemiro.

El alcalde Jorge Iván Ospina calcula, por su parte, que el parque costará alrededor de $65 mil millones, por lo que en definitiva las cuentas del proyecto aún no están claras.

El declive del Club

- Entre finales de los años 80 y la década del 90 el Club San Fernando comenzó a padecer una grave situación económica, debido entre otros motivos a los pocos aportes de los socios, lo que obligó a la entidad a reducir costos. A ello, explicó en su artículo el arquitecto Erick Figueroa Pereira, se sumó una huelga del sindicato de empleados, y la crisis económica del país de 1999, que hizo que muchos socios se retiraran.

- Así las cosas, en septiembre de 2006 el Club fue vendido por parte de la Corporación Club San Fernando. El problema fue el comprador. El predio lo adquirió el narcotraficante Bernardo Pinzón Rivera, quien entregó $18.462 millones.

- Dos años después, Pinzón fue asesinado en España.

- En 2014 el predio fue declarado en extinción de dominio, y en octubre de 2020, tras un cruce de cuentas por un paquete de impuestos entre la Sociedad de Activos Especiales y el Municipio de Cali, el predio pasó a pertenecerle a la ciudad.

Parque de la Vida

El Parque de la Vida, que se pretende construir en los lotes que le pertenecen a la SAE ubicados frente a Cosmocentro, es un proyecto aún lejos de concretarse.

El lote, de 120 mil metros cuadrados aproximadamente, está invadido en algunos tramos, lo que le implicaría a la Alcaldía adelantar un proceso de reubicación de estas familias.

Igualmente, por el costo del predio, no es tan fácil que la ciudad lo compre. Una de las alternativas que se están estudiando con la SAE es la posibilidad de arrendar el terreno a 30 años, mientras se buscan fórmulas para comprar el predio.

Allí, explicó el director de Planeación, Roy Barreas, se piensa construir un parque que aumente la oferta de espacio público en la ciudad, e igualmente resignifique los predios que le pertenecían a la mafia. Será un espacio para homenajear y conservar la memoria de las víctimas del narcotráfico.

Según Barreras, el Parque de la Vida costaría alrededor de $80 mil millones.

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