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Bullying, un problema que también afecta a las universidades

Aunque el matoneo se presenta con mayor frecuencia en los colegios, universitarios también se declaran víctimas del acoso en las aulas. Incluso, dicen, han sido objeto de agresiones por parte de docentes.

29 de septiembre de 2014 Por: Johan Giraldo, especial para El País.

Aunque el matoneo se presenta con mayor frecuencia en los colegios, universitarios también se declaran víctimas del acoso en las aulas. Incluso, dicen, han sido objeto de agresiones por parte de docentes.

Se suele pensar que el ‘bullying’ se presenta solo en los colegios. Colombia registra la mayor cifra de personas víctimas de matoneo a nivel de bachillerato: 1 de cada 5 estudiantes sufren el acoso en todas sus formas. Sin embargo, es un problema que se ha trasladado también a las aulas universitarias.Cuando hablamos de ‘bullying’, nos referimos a toda forma de maltrato físico y sicológico que sufre un individuo por parte de otro, de forma repetitiva. La persona que sufre el acoso es más débil que su agresor y este se aprovecha de ello para conseguir más poder o en su defecto, para divertirse o divertir a los demás.En la actualidad son muchos los casos que se presentan de intimidación; cada día las instituciones educativas y demás centros de formación están siendo afectados por esta problemática que genera graves consecuencias, no solo para la víctima, sino también para todas aquellas personas que están inmersas en este fenómeno social.En las universidades estas diversas formas de ‘bullying’ se aplican por igual a la que sufren los bachilleres. La homofobia es la causa principal de matoneo en el contexto académico, hecho que resulta más complejo cuando los docentes no muestran autoridad en las aulas para que se respeten las condiciones propias de cada ser.Para la sicóloga de familia Lina Teresa Orcasita, el ‘bullying’ es un problema que hay que atender con un cuidado especial pues, aunque a la universidad se llega con más edad, este no deja de ser un tema complejo. “Hay muchos campos en el que el ‘bullying’ aparece, pero en las universidades, el principal objeto de burlas son los homosexuales. Hemos hallado muchos casos en el que la agresión verbal, apodos o exclusión lleva a que los estudiantes pierdan su concepto de sí mismo, su autoestima se ve afectada, y más, si desde la casa han tenido problemas”.Orcasita destaca la importancia de no dejar pasar las situaciones que se puedan generar del bullying. “Es muy importante saber distinguir en qué casos se puede presentar una situación de matoneo, es por eso que los profesores deben saber que esto puede ocasionar un efecto a largo plazo, del que el estudiante puede verse perjudicado. En muchos casos el suicidio es una salida que buscan las víctimas porque el abuso es constante. Por eso se deben crear campañas de sensibilización, para que los centros de bienestar identifiquen los casos y se brinde soluciones a los afectados. Hay que hacer talleres para desarrollar habilidades sociales, trabajo personal y grupal con el fin de integrarlos a la sociedad”.Para Andrea Medina, sicóloga universitaria, el ‘bullying’ no solo debe verse pensando siempre en el estudiantado, pues para ella “la relación profesor-alumno debe llevarse en los mismos términos del mutuo respeto. Es muy normal que encontremos profesores vanagloriándose de sus méritos y mirando por encima del hombro a los estudiantes, pero también vemos que hay alumnos para quienes enfrentar a un docente es un reto y se convierte en una batalla de quien es más macho. Algunos alumnos presentan problemas muy serios de conducta, comportándose de forma grosera y desconsiderada, y muestran hacia su profesor/a o sus compañeros una elevada agresividad física o verbal sin justificación alguna”.Medina concluye que “en realidad, la universidad ya no es exclusivamente un lugar para aprender, porque se ha convertido en una prolongación del hogar y de todos y cada uno de los lugares de ocio, los alumnos deben diferenciar entre conductas dentro y fuera de la institución. Así evita conocer situaciones como las extorsiones o amenazas de muerte”. Matoneo entre estratosJosé Peña, de 26 años y estudiante de ingeniería mecánica, fue víctima de ‘bullying’ por desigualdad económica. José ha sufrido porque sus compañeros en la ‘U’ lo han excluído constantemente por carecer de dinero.“Yo soy becado y mi familia no tiene muchos ingresos, obviamente, no tengo carro, ando con ropa normal y en las universidades privadas hay mucha gente que juzga a los demás por lo que llevan puesto. He vivido situaciones en las que me marginan cuando hacen salidas a rumbas u organizan fiestas. Es decir, me hacen ‘bullying’ por ser ‘pobre’. Lo que más me molesta es que consideren que por el hecho de no pertenecer al mismo estrato socioeconómico de ellos, crean que no me baño o mantengo sucio. Me insinuan cosas como que debo bañarme tres veces al día, me ponen apodos. Sin embargo, cuando hay trabajos grupales es cuando más se nota la exclusión. Así y todo me toca hacerme con quien sea así no quiera, pero como yo debo responder por mis cosas, lo hago sin rencor. Cuando me conocen cambian su opinión, pero cuando están en grupitos, vuelven a hacer lo mismo. No reacciono ante las agresiones, solo prefiero no hacerles ‘bullying’ a los demás.HomofobiaJuan Manuel es un estudiante de comunicación social que ha padecido diariamente los abusos de sus compañeros. “He sufrido tanto, al punto de dejar la universidad por seis meses y quedarme encerrado en mi casa. He llorado, peleado, gritado, porque me he sentido muy ofendido por los comentarios que me hacen”, comenta Juan. Una vez, dice, en una exposición, un compañero hablaban con otro de mi forma de actuar. En ese momento interrumpí la clase, me paré y le dije: ‘si es tan hombre, ¿por qué no me dice las cosas en la cara y lo resolvemos?’. Todos se sorprendieron por mi reacción, pero era de esperarse debido a la forma en que me miraban y decían cosas. “No me quedé quieto y hablé con las personas de Bienestar Universitario y denuncié el hecho.Hubo un tiempo en que solo salía con personas gais porque me sentía más seguro, así no tenía que preocuparme por los demás, es como si estuviera en mi mundo en el que solo son permitidos los homosexuales y hacíamos cosas solo para nosotros. Pero era un error que me perjudicó, pues era solo fantasía. No puedo tapar el sol con un dedo y en las sesiones de grupos que realizaba en la universidad me lo hicieron saber. Puedo seguir siendo quien soy, así no le guste a los demás“.Frente a frenteAlexander Bastidas vivió una situación diferente. El estudiante de diseño gráfico debió cancelar tres veces una materia por problemas con una profesora. “Cuando yo estudiaba ingeniería mecánica, tuve una profesora que nunca tuvo agrado ni respeto por mí. Sus comentarios hacia mi fueron despectivos, insinuando que nunca debí haber entrado a la universidad, ni siquiera graduarme del colegio. Creo que fue porque hablaba en clase con compañeros, pero nunca fui grosero con ella.Incluso, mis amigos me molestaban porque me decían que eso era amor, que del amor al odio hay solo un paso. Al principio nunca lo tomé mal, era una situación normal. No me fue bien con ella y cancelé la primera vez. La segunda ocasión que repetí la materia con ella fue lo mismo, siempre me usaba como ejemplo de vagancia y de aquellos que deberían cambiar carrera. Me miraba mal, como si tuviera problemas conmigo a nivel personal. Hice lo mismo, cancelé, pero la tercera vez decidí enfrentarla y llevé el caso al Comité de Ética, pues era la única forma de la que podría salvarme de su abuso. Ella nunca reconoció que me hacía ‘bullying’, pero fue tanto el acoso que terminé cambiando de carrera.

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