CALI
En imágenes: Cali tendrá el corredor biológico peatonal más extenso de Colombia
Caleños y extranjeros podrán disfrutar un proyecto sin precedentes que combina el bosque seco tropical de piedemonte con el corazón ecológico de la Capital del Valle, mientras disfrutan de un paseo por las alturas de las copas de los árboles.
A pocos días de haber culminado la Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad, la COP16; Cali, ciudad anfitriona, se encuentra en la construcción de un proyecto sin precedentes: un corredor ecológico peatonal de 6.2 kilómetros que entrelaza la vida urbana con la esencia del bosque nativo en pleno entorno urbano. Este proyecto promete no solo acercar a los caleños y visitantes a la biodiversidad local, sino posicionarse como la primera plataforma ecológica de conexión que se construye en el suroccidente colombiano.
Ubicado entre un área que comprende el barrio San Fernando y el Monumento a Cristo Rey, el sendero continuo se eleva y atraviesa el pulmón natural de Cali desde La Calle Quinta hacia la cima del Cerro de Cristo Rey. En su recorrido, los senderos elevados, de hasta siete metros de altura, ofrecen al visitante una inmersión entre la flora y la fauna del Valle del Cauca, con veinte miradores panorámicos y espacios para la reconciliación ciudadana.
El País de Cali visitó el sector 1 del tramo 2, una construcción avanzada en un 99%, que despliega una impresionante red de pasarelas elevadas en estructura metálica, escaleras, barandas y pérgolas con una extensión 1,2 kilómetros, y un área intervenida de 45.000 metros cuadrados (m²).
Esta plataforma peatonal elevada, que inicia en la avenida Los Cerros, funciona como un mirador de descanso, ocupa un área de 470 m² y pesa 521.760 kilogramos. El tramo mantiene el menor contacto posible sobre el suelo, minimizando su impacto y cuidando de la fauna y flora locales.
Intervenida y libre de maquinaria amarilla, la zona preserva cada detalle del bosque que, según Fernando Castro Spadaffora, ingeniero y líder del proyecto en CS Ingeniería SAS, respeta la vida natural sin alterar su equilibrio. “Es una obra cien por ciento hecha a mano”, señala Spadaffora, en la que “la naturaleza recupera su espacio y, con el tiempo, mimetiza las barandas metálicas, proporcionando una experiencia inmersiva sin igual”.
Por ejemplo, el proyecto nace y se hace, a partir de una serie de estudios que garantizan la preservación en el área, donde destaca una cueva que sirve de hogar y refugio para el zorro lomo plateado, una especie nocturna, cuyo hábitat fue protegido con la construcción de una pasarela que garantiza el paso de luz natural.
Caminando entre la copa de los árboles, los visitantes podrán adentrarse en un espectáculo visual y sensorial. Las pasarelas, accesibles para personas con movilidad reducida, llevan al caminante entre especies nativas como el tachuela, el gualanday, la flor amarilla, el sangregado y el nacedero, mientras el aroma a durazno fresco de las plantas ornamentales endulza el aire. El recorrido se convierte en una invitación para disfrutar los colores vivos de las guacharacas, el vuelo de los gavilanes y los sonidos de 32 especies de aves identificadas, aproximadamente, como el urutaú y el carpintero.
Los visitantes podrán parar en puntos estratégicos de descanso donde podrán visualizar información escrita relacionada con los recursos naturales del área. El texto también estará disponible en sistema braille, para personas invidentes, y en código QR, para acceder desde sus dispositivos inteligentes.
El respeto y disfrute de este corredor biológico también dependerá de la gobernanza local. Su valor, como corredor biológico, no es solo estético o recreativo, sino funcional: el espacio permite el flujo natural de fauna y flora, creando un verdadero ecosistema que respira y crece al ritmo de la ciudad. Además, se han plantado más de 11.000 plantas ornamentales y 754 especies de árboles, en un proceso de revegetalización de 1.833 m².
Al recorrer esta obra, el visitante no solo experimenta el encanto de la biodiversidad caleña, sino que también entiende el potencial de la Sucursal del Cielo, como un territorio que responde a la conservación de los entornos naturales. Cali da un paso adelante, demostrando cómo un corredor ecológico urbano puede, literalmente, dar vida a una ciudad.