Cali
Desde el trabajo infantil al lavado clandestino de buses: estos son los problemas que asfixian a la Terminal de Transportes de Cali
Inseguridad, trabajo infantil, actividades irregulares, migrantes y otros hechos la tienen como un sitio que “da pena mostrar”.
Cerca de un millón de personas se movilizan por la Terminal de Transportes de Cali cada mes, muchas de las cuales llegan a visitar la ciudad, pero desde el Concejo cuestionaron que las condiciones en las que actualmente se encuentra este lugar y sus alrededores la hacen un “punto negro que da pena mostrar”.
“Lo que pasa en los alrededores de la Terminal de Transportes de Cali es terrible. Trabajo infantil, microtráfico y consumo de droga, basuras por doquier, sensación de inseguridad, y todo esto teniendo una estación de Policía a 50 metros. Es imperdonable que Cali no tenga una Terminal acorde”, cuestionó la cabildante Ana Erazo.
Su colega, Juan Martín Bravo, sostuvo que la Terminal, así como los otros bienes de interés cultural en la ciudad, “se está cayendo en el abandono estatal; es la primera conexión con Cali que tienen las personas que llegan y esa es la primera imagen que se están llevando”.
Indicó que son varios los problemas. Lo primero, los lavaderos de vehículos que se han apoderado de la avenida 2 Norte; lo segundo, que las vías aledañas son ahora parqueaderos públicos de buses, debido a que la Terminal no cuenta con un estacionamiento para esto. Adicionalmente, fueron cuestionados los cambuches en las zonas verdes y la masiva llegada de extranjeros que ocupan esos espacios.
“Esto, por supuesto, está trayendo problemáticas como el tema de venta y consumo de alucinógenos. Lamentablemente la Administración nunca se ha puesto en un ejercicio juicioso de atender estas situaciones”, dijo Bravo.
Algunos organismos de la Alcaldía dieron respuesta a estas situaciones, asegurando que, a pesar de que los problemas se siguen presentando a diario, se está trabajando en su control y solución.
Sobre el caso de los migrantes que habitan el espacio público del sector, la Secretaría de Bienestar Social manifestó que todos pueden acudir al Centro Intégrate en el barrio Piloto (avenida 2D Norte # 24-128), para recibir apoyo, donde ya se han recibido 4615 personas desde noviembre del 2022.
Muchos de estos migrantes, por la situación en que se encuentran, entran a engrosar el grupo de las personas que habitan las calles. “Se han identificado tres cambuches por el sector del Parque Lineal, dos son ocupados por población migrante venezolana y una por población habitante de calle. Desde la entidad que lidera la mesa se están realizando las articulaciones con Migración Colombia y Secretaría de Seguridad y Justicia para la recuperación de este espacio Público”, explicó María Fernanda Penilla, secretaria de Bienestar de Cali.
Esta entidad también es la encargada del problema del trabajo infantil. Al respecto, se indicó que se está trabajando de manera articulada con el ICBF para erradicar este flagelo, no solo en la zona aledaña a la Terminal, sino en toda la ciudad.
En 2022, estas acciones reflejaron que el 98 % de casos de niños vinculados al trabajo provenían de familias venezolanas, mientras el 2 % restante venían de familias del sector de Aguablanca y la zona de ladera. Para este año se tienen proyectados un total de 21 recorridos por la ciudad para detectar estas situaciones y se pidió llamar a la Línea 141 en caso de advertir un caso de trabajo infantil.
Sobre las denuncias puntuales de los alrededores de la Terminal no hubo pronunciamiento.
En cuanto a los lavaderos de buses, desde el Dagma indicaron que esto ocurre porque hay individuos que ofrecen este servicio a muy bajo costo, por lo que los conductores de las empresas de transporte acceden a ellos.
“Estas personas empiezan a lavar los vehículos, pero el problema es de dónde se saca el agua. En Centralia (como se conoce coloquialmente la zona), el agua no se saca de pozos, sino de conexiones fraudulentas al acueducto de Emcali. Nosotros hemos encontrado cinco o seis conexiones ilegales en las que ellos rompen la tubería y empiezan a sacar agua; las conexiones las esconden debajo de piedras o en casetas de vigilancia, hay más o menos un grupo de 30 personas que hacen esta práctica”, detalló Mauricio Rodríguez, coordinador del Grupo de Recurso Hídrico del Dagma.
Agregó que la manera de combatir este flagelo es compleja. Se hacen intervenciones con la Secretaría de Movilidad y la Policía, mientras el Dagma impone medidas preventivas de amonestación ($ 744.000 pesos).
Sobre el microtráfico y el consumo de drogas, también cuestionados por los concejales, no hubo respuesta a este medio por parte de la Secretaría de Seguridad y Justicia.
“La infraestructura es muy vieja, de hace unos 50 años”
Entre los cuestionamientos a la Terminal, destacan unos que señalan su infraestructura, pues la tildan de obsoleta y cero incluyente.
Una publicación en Twitter muestra a unas personas en sillas de ruedas que tienen que ser cargadas para subir las escaleras internas de la estructura, y sostiene que no hay accesos integrales para ellos a los pisos superiores.
Sin embargo, Ivanov Russi, gerente de la Terminal, aseguró que esta cuenta con dos ascensores, uno en la entrada norte y otro en la sur. “Son ascensores viejitos, pero son grandes y dan para moverse entre los tres pisos”, indicó.
Aun así, reconoció que la Terminal cuenta con “una infraestructura muy vieja, de hace 50 años”, pero que la entidad no cuenta con los recursos que se necesitan para modernizarla.
Entre las inversiones que el Gerente indicó que se tienen mapeadas están el cambio total de los pisos, lo cual no sería muy costoso, y el cerramiento del lugar para poner aire acondicionado, lo que sí requiere importantes recursos.
“Yo creería que con unos $ 5000 millones podríamos hacer de todo, dejar esta terminal muy parecida a los aeropuertos”, detalló, pero informó que su presupuesto no alcanza para eso: “Nosotros para este año tenemos estimados más o menos unos $ 500 millones más, poquito, y para el otro año podría estar por el orden de los $ 1000 millones, es un presupuesto pequeño con el que tenemos que tratar”, dijo.
Lo que también ha impedido la modernización de estos espacios —continuó— es que desde el Gobierno Nacional le han puesto mayor atención a los aeropuertos, dejando casi en el olvido a las terminales de transporte terrestres.
“Lo que se necesita es que, así como se ha hecho un plan y unas inversiones importantes para modernizar los aeropuertos del país por parte del Gobierno, debería hacerse un plan de inversión para mejorar las terminales, por lo menos las nuestras del Valle: Cali, Buenaventura, Buga y Tuluá”, enfatizó Russi, y concluyó diciendo que “el transporte terrestre en el país está muy olvidado, a pesar de que mueve a la inmensa mayoría de los colombianos”.
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