INSTITUTO PARA NIÑOS CIEGOS Y SORDOS
El Instituto para Niños Ciegos y Sordos enfrenta una de las peores crisis económicas de su historia
Pedro Pablo Perea, director del Instituto para Niños Ciegos y Sordos, advierte que la entidad enfrenta una de las peores crisis económicas de su historia.
Los niños discapacitados del Valle están por quedarse desamparados. Así lo aseguró el director del Instituto para Niños Ciegos y Sordos del Valle del Cauca, Pedro Pablo Perea, quien manifestó con pesar que algunos de sus benefactores han tomado la decisión de retirarles el apoyo económico.
Esta situación llevó a varios empleados a volcarse en pro de conseguir recursos para lograr el sostenimiento de este emblema de la ayuda al prójimo y solicitar a la comunidad vallecaucana que no abandonen a los niños y niñas con discapacidad.
La entidad presta sus servicios en Cali desde hace 78 años con la misión de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los niños y niñas con discapacidad de la región, sin apoyo gubernamental. Por eso se cuestiona qué pasaría con esta población si el Instituto llegara a salir del mapa.
¿Cuáles son las dificultades que afronta hoy el Instituto para Niños Ciegos y Sordos?
Las dificultades que tenemos hoy tienen en su mayoría que ver con la crisis del sector salud, porque al ser un prestador de servicios de salud nosotros estamos teniendo carteras de 210 a 220 días y para la consecución de recursos, que nos facilita la existencia de nuestros programas, con ese flujo de caja se vuelve difícil. A ese problema se suma que el Instituto de Bienestar Familiar, Icbf, nos retira la mensualidad que daban durante seis a ocho años, que es lo que dura la permanencia de un niño en nuestra institución, que cubre su proceso de rehabilitación, generándole mejoras en el aspecto social, cognitivo, auditivo y emocional al niño y a su grupo familiar.
¿Por qué se presenta esa situación con Bienestar Familiar?
El Bienestar Familiar decide a través de una reglamentación que esos recursos que nos estaba dando por todo el tiempo que el niño estaba acá se limitan a seis meses, máximo un año, porque consideran que el niño deja de ser vulnerable en un momento determinado. ¿Qué quiere decir eso? que en un año el Instituto no estaría recibiendo los recursos de Bienestar Familiar, esto lo estipula la ley 1878 que salió este año del Ministerio de Justicia.
¿Qué otras entidades retirarán su apoyo al Instituto para Niños Ciegos y Sordos?
El otro eslabón de la cadena lo tenemos con una entidad que llevaba 40 años apoyándonos en función de programas en prevención de ceguera y sordera; eran unos donantes internacionales que a través de la CBM Christoffel-Blindenmission (Christian Blind Mission) recogían recursos y los entregaban a países donde hubiera necesidades. Con el hecho de pertenecer a la Ocde, un organismo internacional que es generador de buenas prácticas económicas pero no de buenas prácticas sociales, nos miraron como que en este país ya no somos sujetos de donaciones ni de facilitar proyectos porque estamos muy bien económicamente. Esos recursos serán dados a países como Bolivia, Guatemala y Perú.
¿Cuánto es el monto que dejará de recibir el Instituto?
De $1600 a $1700 millones es el dinero que vamos a dejar de percibir anualmente, incluyendo los recursos del Icbf y de la CBM. Esto pone en una situación de debilidad económica a nuestros proyectos y programas a los que queremos seguirle apostando. Hay que recordar que más de 670 niños no son ciegos gracias a nuestro programa de retinopatía a la prematurez, ya que descubrimos que una de las principales causas de ceguera sucedía cuando los niños entraban a las unidades de cuidados intensivos pediátricos y les daban altas concentraciones de oxígeno, esa toxicidad del oxígeno hacía que quedaran ciegos.
¿Cuántas personas dependen del Instituto?
Actualmente tenemos 280 colaboradores y 110 profesionales que dependen del funcionamiento de la institución. En este momento contamos con 154 niños. Bienestar Familiar nos da $750.000 para 50 niños y sus familias, nos está subsidiando el 50 % de lo que vale tratarlo. Además, tenemos que soportar gastos porque la infraestructura del Instituto es grande, además contamos con todo un equipo al cual hay que pagarle su excelente servicio pedagógico.
¿Qué pasaría si el Instituto para niños Ciegos y Sordos cierra sus puertas?
Invito a la sociedad caleña a que cierren los ojos y que piensen que nació un niño ciego o sordo en la ciudad, saquen del escenario al Instituto para niños Ciegos y Sordos, ¿cuál es la posibilidad que tienen estos niños y sus familias de salir adelante? Muy pocas, casi que ninguna. Nosotros trabajamos con familias vulnerables, en su mayoría de los estratos 1 y 2, la apuesta de esta organización es de responsabilidad social que tenemos con nuestros niños y niñas.
¿En qué consiste el programa de rehabilitación auditiva?
En el programa de rehabilitación auditiva tenemos unos ‘screening’ que estamos haciendo en el Hospital Universitario y San Juan de Dios valorando la niñez, para detectar de forma temprana la sordera y así operarlos antes de los tres años; en el Instituto les colocamos un implante coclear, los volvemos oyentes y oralistas. Aquí tú no ves que hablemos lenguaje de señas, somos una institución que trabaja por el oralismo, la idea es que todos los niños salgan hablando. También contamos con un programa en Buenaventura, donde trabajamos por los niños y niñas ciegos y sordos que, en su mayoría, son una comunidad vulnerable.
Ustedes realizarán un evento en el Instituto para Niños Ciegos y Sordos para recaudar fondos. ¿Cuándo se llevará a cabo y qué actividades realizarán?
El 21 de noviembre se cita a toda la comunidad caleña y vallecaucana, a todos nuestros proveedores de servicios a acompañarnos para que vean el impacto de las acciones que genera el Instituto en un aula general, a que conozcan de primera mano el proceso de mejoramiento de nuestros niños y niñas.
Nuestro trabajo va más allá del Instituto, cuando ellos terminan el proceso en tercero de primaria, vamos hasta el colegio donde fueron matriculados y se les hace un seguimiento, se invita a la profesora para que conozca el trabajo realizado en el Instituto y no abandone el proceso. Además, vamos a tener en nuestras redes sociales y página web (http://www.ciegosysordos.org.co) ‘links’ para que cualquier persona que quiera apadrinar a un niño lo haga y pueda seguir su proceso de rehabilitación por medio de fotos y videos. Todos estos apoyos colectivos nos permiten que los niños conozcan espacios públicos a los que no tienen acceso como las piscinas, el Estadio, etcétera.
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