El río Cauca agoniza, ¿cuales son los cuatro males que lo están matando?

El río Cauca atraviesa nueve departamentos, desde su nacimiento en el Macizo Colombiano, hasta su desembocadura en el río Magdalena. Durante todo ese recorrido, la ciudad de Cali es uno de los puntos críticos.

La capital del Valle le representa al río Cauca el 48 % de toda la contaminación que recibe en el departamento, esto medido en DBO5, seguido por el aporte de los otros municipios (32 %) y las industrias de diferentes actividades económicas (cerca del 20 %), de acuerdo con datos de la CVC (ver gráficos).

“La Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO) lo que nos determina es la cantidad de materia orgánica que está presente en un cuerpo de agua, es decir, qué tantas sustancias asociadas a compuestos orgánicos están llegando a este”, explicó Paola Janeth Patiño, directora técnica ambiental de la CVC.

Ese 48 % de contaminación que entrega Cali ha sido diagnosticado desde hace varios años y tiene diferentes causas. El primer mal, como ya se vio en un informe anterior de este especial, es la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Cañaveralejo.

Pero este no es el único agente contaminante. Hernando Devia, técnico operativo de la Dirección Ambiental Regional de la CVC, explicó que, además de las aguas sin tratar, el río recibe “basuras domésticas y otras que se generan en cualquier actividad en la ciudad y que llegan al río de una u otra forma, bien sea porque la gente la tira de ociosa, porque lo hace por costumbre, por incultura o por cualquier otra razón”.

Este proceso inicia cuando los ciudadanos, en puntos aledaños a los canales de aguas residuales, dejan sus basuras a la intemperie, llamando la atención de muchos animales y habitantes de calle que los escarban y después los dejan caer al canal.

Arrojo clandestino de basuras

Devia reveló que uno de los casos más complejos es el de la Plaza de Mercado Santa Elena. “Allí los residuos de frutas, verduras, al final, van al Canal Ferrocarril, allí con el tiempo se sedimentan, se lixivian y llegan al río Cauca”.

El lixiviado, para este caso, es el líquido que resulta de la descomposición de los residuos orgánicos mientras estos flotan en los canales residuales. Este líquido es altamente contaminante para el río Cauca.

Diego Fernando Cortés, director de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos de Cali, Uaesp, explicó que en el caso de Santa Elena, la empresa de recolección de residuos de ese sector hace su trabajo todos los días, pero este punto es simplemente incontrolable.

“Aún no entendemos culturalmente por qué se ha disparado tanto esto. Los canales se llevan la basura y esto va a terminar al hídrico, produciendo un impacto ambiental muy complicado con todos los lixiviados y las bacterias, al haber comida esto atrae roedores, vectores, los cuales nos pueden desarrollar enfermedades a la comunidad, hay puntos en los que esto ya es un problema de salud pública”, confesó Cortés.

Aunque esta zona fue controlada, no es la única que presenta el problema. El cordón de la avenida Ciudad de Cali y los canales residuales ubicados en el sur, así como los ríos Cañaveralejo y Meléndez a su paso por la ciudad, también vienen acumulando las basuras que tiran los ciudadanos.

Esto a pesar de que la multa por este concepto, de acuerdo con el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, es la más onerosa.

“Arrojar en las redes de alcantarillado, acueducto y de aguas lluvias, cualquier objeto, sustancia, residuo, escombro, lodo, combustibles o lubricantes que alteren y obstruyan el normal funcionamiento” tendrá una multa de $ 1.237.000.

Invasiones a la orilla del río

El otro agente contaminante importante en Cali son las invasiones. Desde el Canal Interceptor Sur hasta la Ptar Cañaveralejo hay una serie de asentamientos irregulares que, con sus residuos, terminan perjudicando al río.

César Lemos, subsecretario de Acceso a los Servicios de Justicia de la Secretaría de Seguridad de Cali, informó que el proyecto de reubicación de estas invasiones ha estado a cargo del equipo del Plan Jarillón.

“En estos momentos están invadidos de forma grave sectores como El Pondaje, hay 503 techos allá, eso también es manejado por el Plan Jarillón, que está haciendo un trabajo juicioso de recuperación del río”, dijo Lemos.

Aún se ven puntos donde los asentamientos como el de Playa Renaciente, ubicado entre el sector de Juanchito y la Ptar de Cañaveralejo (ver foto principal).

Hernando Devia ha estado enterado del proceso e indicó que “de ese 100 % de viviendas, que eran alrededor de 7800, se deben haber erradicado cerca de 5300″, quedando aún grupos que no se han adherido a la relocalización y que siguen afectando al río Cauca.

La otra mitad de la contaminación

El otro 52 % de daño al río Cauca se lo dividen los demás municipios de departamento, así como las industrias que dejan caer desechos y sustancias.

“Cali tiene el mayor aporte de carga contaminante, seguido de la ciudad de Palmira. Después tenemos a Jamundí, están los corregimientos de Villagorgona, Buchitolo, San Joaquín y El Carmelo, también están Florida, Pradera, Yumbo. El sector municipal es el que mayor aporte de carga contaminante en términos de DBO tiene en el río Cauca, ya seguido de cafeteros, otras industrias, papeleros e ingenios azucareros.”, expuso Paola Patiño, de la CVC.

Desde esta entidad aseguraron que el daño que produce el departamento se ha debido, entre otras cosas, a que por muchos años no se contó con planes de saneamiento y manejo de vertimientos en nuestros municipios.

“La realidad es que no solo Cali sino en todos los demás municipios, nos faltó darle la importancia que tiene el río Cauca. Lo veíamos como el sitio donde depositábamos las aguas y ya. Pero hago un paréntesis, las intervenciones que hay que hacer no solo nos competen a nosotros, también incluyen reforestación, restauración, protección de nuestras cuencas, educación ambiental. Todos somos responsables de la contaminación y de la recuperación de nuestro río Cauca”, aseveró Marco Antonio Suárez, director de la CVC.

Aun así, complementó, no todo es negativo, pues una vez el río pasa por Cali y Yumbo y sigue su recorrido hasta el norte del Valle, “empieza a recuperar su oxígeno, sus condiciones de vid. Ya de aquí para allá el río está en una situación de resiliencia totalmente clara, pero aún falta mucho por hacer”, sentenció Marco Suárez.