CALI
Feria de Cali: ¿llegó el momento de renovar la gran fiesta de los caleños?
Pese al éxito económico en 2022, ciudadanos plantean que se requiere innovar la puesta en escena de los eventos.
No hay duda: la Feria de Cali es uno de los principales dinamizadores de la economía de la ciudad en estos tiempos de desaceleración. El balance oficial indica que en la versión de 2022 más de un millón de personas, entre caleños y turistas provenientes de Estados Unidos, España, Francia y Alemania, asistieron a la Feria, moviendo $450 mil millones entre el 25 y el 30 de diciembre, lo que generó 20 mil empleos en el gremio artístico y la rumba.
Sin embargo, no son pocos los ciudadanos que advierten que ya es hora de repensar una Feria que ha perdido el ‘factor sorpresa’ entre los caleños.
“Ya son demasiados años haciendo lo mismo. Los que vivimos en Cali sabemos lo que va a suceder en la Feria. Te pongo un ejemplo: a nosotros, los concejales, nos regalan boletas. Y he visto que la gente, ni regalándole la boleta, asiste de manera masiva a un evento como el Cali Viejo, porque se ha perdido esa expectativa. De ahí que planteo que se deben repensar los formatos de la Feria. Me refiero al montaje de los eventos, la puesta en escena, la narrativa, e incluso la ubicación de los desfiles, con el objetivo de que la Feria de Cali siga siendo el gran motor de la economía a final de año”, dice el concejal Juan Martín Bravo, quien enseguida aclara que no se trata de acabar los eventos emblemáticos que le han dado identidad a la Feria, pero sí innovarlos.
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Robert Andrey Madrigal Arce, el secretario de Cultura encargado de la ciudad, está de acuerdo. Es un llamado de la ciudadanía, comenta, el renovar la Feria, “y no podemos hacer oídos sordos al respecto porque también lo sentimos de la misma manera”.
El plan de su despacho, explica Madrigal, es comenzar renovando el Salsódromo, la joya de la corona de la Feria de Cali, un desfile que ya cumple 15 años.
“Desde la Secretaría de Cultura planteamos que el Salsódromo debe volver a su origen. Es decir, lo que creemos es que el desfile debe ser la culminación de un proceso que se realice durante todo el año, y el 25 de diciembre mostrar lo que se ha hecho. Pero entendemos que se necesitan recursos. La apuesta es que a través de las convocatorias de estímulos a nivel local, y con el apoyo del Ministerio de Cultura, se fortalezcan los procesos que se dan en las escuelas de baile para que la preparación para el Salsódromo se haga con tiempo y con todas las condiciones económicas y de vestuario que requieren los artistas para presentar la mejor propuesta”.
El Secretario de Cultura plantea además que el Salsódromo debe apuntarle a convertirse en un carnaval, uno en el que el público tenga más contacto con los bailarines y viva nuevas experiencias, e invertir en tecnología para hacer una mejor escenografía.
El Salsódromo celebró 15 años con la participación de 2400 bailarines pertenecientes a 57 colectivos artísticos de Cali. Registró una asistencia de más de 60 mil personas.
“Los otros dos grandes eventos, Cali Viejo y el desfile de Autos Clásicos, también requieren que se dé una preparación durante el año y que se consolide un proceso de formación de públicos, para que la gente entienda lo que se le está mostrando y reconozca el valor de estos eventos que conectan con la identidad de Cali. En el Cali Viejo el público, por lo regular, no tiene un contexto de lo que está viendo, y eso hace que pierda interés. Es importante, con la Secretaría de Educación, formar estos públicos. Desde los colegios se debe capacitar a los niños alrededor de nuestra historia, nuestros personajes populares, el Loco Guerra, Jovita, los diablitos, etc. Los niños van a sentir interés por ir al desfile si se sienten representados, pero si no se tiene esa formación previa, es difícil convocar público. El meollo del asunto es fortalecer la formación de públicos desde la primera infancia, para que estos eventos sigan siendo significativos”, agrega Robert Andrey Madrigal.
Diana Giraldo es directora de la Escuela de Baile y Centro Cultural Jacaranda. Ha participado en el Salsódromo durante diez años. Para la versión de 2022, hizo parte del comité organizador.
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Desde la mirada artística, comenta, el desfile de 2022 fue novedoso, al presentar una puesta en escena diferente, dándole cabida a otros géneros musicales, como el bolero, la timba o la salsa choke.
La idea era narrar la historia de la llegada de la salsa a Cali y su evolución, en una puesta en escena innovadora.
Sin embargo, continúa Diana, sí es cierto que el Salsódromo debe repensarse en aspectos como el lugar donde se realiza. Cali debe contar con un gran escenario para la Feria, no solo por la comodidad de los asistentes y del resto de ciudadanos —no son pocos los que deciden irse de la ciudad ante el caos vial de esos días— sino también por el bienestar de los artistas.
Se calcula que la Feria de Cali de este año generó cerca de 20 mil empleos formales e informales, de los cuales más de 15 mil fueron artistas, especialmente locales y nacionales.
“Bailar en el cemento no es lo ideal, para empezar. Y esta vez se le terminó bailando a un solo frente del público, porque también había gente en el otro extremo, nos dividía un caño. Esos aspectos deben tenerse en cuenta. El artista necesita tener al público cerca, eso nutre al bailarín. Y la comunidad igualmente necesita de esa cercanía y comodidad para disfrutar el espectáculo. Cali necesita establecer una Calle de la Feria como tal, y un gran escenario para desarrollar los eventos, como el Sambódromo en Brasil, donde incluso se asfalta con un material diferente para cuidar la salud de los bailarines. Bailar en la calle es muy complicado y todos sabemos que en nuestra ciudad no tenemos una vías perfectas”.
El Secretario de Cultura coincide con esa idea, pero advierte que para montar un escenario de la magnitud que se requiere, “Cali no lo puede hacer sola, necesita del apoyo del Estado”.
Además debe ser un sitio de eventos y espectáculos no solo para la Feria, sino que se utilice durante todo el año para garantizar su sostenibilidad, de lo contrario, es inviable justificar una inversión de esa magnitud en una ciudad con tantas necesidades.
Los horarios de los eventos son otro factor a reconsiderar. El Salsódromo, por ejemplo, se hace en las noches no solo por el show, lucir las lentejuelas de los trajes de los bailarines, sino también para cuidar a los artistas de las altas temperaturas, algo que no sucedió con el Cali Viejo 2022, cuando se vieron artistas echándose agua en sus zapatos para soportar el calor. El asfalto hervía.
De otro lado, el proceso para organizar la Feria, además de la formación de públicos, debe incluir entre sus objetivos la recuperación de la cultura ciudadana y el civismo de antaño.
En la versión de este 2022 del desfile de Autos Clásicos y Antiguos, hubo personas que invadieron las calles donde transitaban los carros, lo que puso en riesgo la seguridad del evento. Rodrigo Sarasti, el director del desfile, aseguró que se presentaron algunos accidentes entre los conductores y las personas que se aglutinaban a lo largo del recorrido. Varios carros de colección terminaron rayados, además.
La ocupación hotelera para la época de la Feria de Cali del 2022 fue del 82%, con una generación de ingresos turísticos de $44.500 millones.
Según Sarasti, Corfecali incumplió el compromiso de poner vallas de contención, por lo que persiste un descontento con la logística y la organización de la Feria, que llevó a la Asociación Amigos de los Autos Antiguos a tomar la decisión de no volver a realizar el desfile en esas condiciones. Pero, también es cierto que más allá de las vallas, Cali necesita priorizar la recuperación de la cultura ciudadana.
El lío de la contratación
Uno de los principales problemas que tiene la Feria de Cali actualmente, advierte el concejal Juan Martin Bravo, es la tardanza de la Alcaldía en la firma de los contratos y convenios interadministrativos con Corfecali, lo que demora el desembolso de los recursos para contratar a tiempo la logística y los artistas que participan en la Feria. En 2022, por ejemplo, un primer contrato se firmó en octubre y el segundo en diciembre.
“Esto es grave porque obliga a ejecutar entre $10 mil y $15 mil millones en menos de un mes, y eso lleva a cometer irregularidades a última hora y errores. Los recursos de la Feria se deben girar a tiempo para permitir una buena planificación, y contratar de manera idónea. Como hoy los están firmando de una forma muy tardía, en el afán de salir a ejecutar se corre el riesgo de no contratar de manera acertada”, comenta el Concejal.
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El Secretario de Cultura, Robert Andrey Madrigal Arce, explica que esta situación ocurre por la disponibilidad de los recursos de la Alcaldía y el recaudo de los impuestos.
“Si bien el Distrito tiene un presupuesto global anual, esa plata no está en las arcas del Estado disponible, sino que depende mes a mes del recaudo de los contribuyentes. Por eso, para aforar los recursos para la Feria, que son cuantiosos, se hace en algunos casos tarde. Pero, es cierto que debemos buscar una fórmula para que, al menos parcialmente, tengamos cubiertos con anticipación parte de los dineros”.
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