Laboratorios de Inclusión de Bellas Artes, una iniciativa que deja huella en Cali

Eufórico, Hernando exclama que ¡es lo mejor que le ha pasado en la vida! Y bromea al afirmar que se siente dichoso al presenciar la multitud de espectadores en la renovada Sala Julio Valencia, de Bellas Artes Cali. ‘Pachanga’, como es por todos conocido, nació con baja visión a causa de una retinosis pigmentaria congénita progresiva. Su condición no le impide cantar, ni haber trabajado como mecánico automotriz durante cerca de 50 años; mucho menos, sacar adelante una microempresa de gelatina de pata que ha sostenido por algo más de dos décadas junto a su esposa, actualmente en el barrio Vieja Floresta.

‘Pachanga’, tampoco se siente impedido para abordar una de las vigentes rutas de la empresa de buses urbanos Villa Nueva, que le permite llegar semana a semana a afinar su voz en los Laboratorios de Inclusión Artística de Bellas Artes. Lo ha hecho sin falta durante ocho años, luego de que una graduada de la Facultad de Artes Escénicas de la institución universitaria, Ruth Dayana Torrealba Escobar, propuso la creación de esta iniciativa para la transformación de las vidas, a través de las artes y el diseño, de las personas con condiciones diversas y de sus cuidadores y cuidadoras.

Hoy, el modelo institucional, sustentado en los postulados de Paulo Freire, Augusto Boal, Enrique Dussel y Oliver Sacks, es referente en Colombia y el exterior. Y a través del mismo, se han desarrollado 48 Laboratorios de Inclusión Artística, que han beneficiado a 634 personas (entre los 5 y 100 años), y se han certificado 25 Monitores de Inclusión.

“El proyecto de Laboratorios de Inclusión Artística, nació como una propuesta del Semillero de Investigación de Bellas Artes, ‘Crea’. Allí, los estudiantes de los cuatro programas formativos de la institución (Interpretación Musical, Diseño Gráfico, Artes Plásticas y la Licenciatura en Artes Escénicas), desarrollan estrategias metodológicas y de creación artística con poblaciones diversas. Con el tiempo, la iniciativa se transformó en un programa, con metodologías, estrategias y elementos didácticos. Así es como Bellas Artes se ha posicionado como una institución que forma artistas, maestros y licenciados en artes, con perfil en atención a poblaciones vulnerables, propiamente, en inclusión. Asisten en su mayoría, población con discapacidad cognitiva, múltiple y sensorial. Además, atendemos jóvenes y adultos en situación de discapacidad que han llegado al Valle del Cauca víctimas del conflicto armado interno”, sostiene Ruth Dayana Torrealba, quien lidera dicho programa.

Este martes 25 de junio, en la clausura del primer semestre, se realizaron las muestras en artes plásticas, escénicas y canto, donde está Valentina. La joven, además de cantar, toca el piano con delicada maestría, y salta jubilosa en el escenario, luego de abrazar con calidez a una de sus maestras y de confesarle que siente “mucha alegría”. La joven se contonea sin detenerse, por su condición de discapacidad visual y autismo. Los algo más de 40 integrantes del Coro Enclave, están dichosos, mientras los presentes en las sillas de la Sala Julio Valencia, aplauden prolongadamente, rendidos ante dicho espectáculo de cierre semestral. Las 13 canciones que interpretaron supuso “todo un reto, por trabajar la memoria y lograr que ellos entendieran lo que dice cada canción”, cuenta Denisse García, quien lidera el proceso del Coro.

Denisse, es egresada de la Facultad de Interpretación Musical de Bellas Artes, y con experiencia en la Escuela de Música de Decepaz. Al igual que ella, los otros líderes de los diferentes Laboratorios, también son formados en la institución universitaria: Nathaly Gómez (Diseño Gráfico), Natalia Ángel, Eduardo Escobar, Carlos Figueroa y María Andrea Balaguera (Artes Plásticas) y Daniela Castaño (Teatro).

Las capacidades de estos profesionales, permitió la certificación de 97 personas durante el semestre. Un logro atesorado por los cerca de un centenar de beneficiados, y sus cuidadores y cuidadoras. El proceso para el segundo semestre del año, iniciará el venidero mes de julio. “Es una gran apuesta por la inclusión en el Valle del Cauca, que viene siendo apoyada por la Gobernación del departamento. La intención es duplicar el número de participantes en este proceso”, anunció el Rector de Bellas Artes, José Albeiro Romero Ceballos.

La iniciativa de transformación de vidas, hoy también tiene a Ruddy como una de sus referentes. La joven, a través de los Laboratorios de Inclusión, ha desafiado los diagnósticos médicos que indican que no tiene capacidad para memorizar. No obstante, ya se aprendió desde el principio y hasta el final las 25 canciones del Coro Enclave. Su presencia en el concierto de este martes, sentada en una silla de ruedas, es sorprendente: estuvo tres meses en UCI con expectativas de vida de seis meses. Tres años después, despertó de un coma, luego de un tratamiento de medicina alternativa. “Y, ya muestra evolución física, mental y musical”, destaca Denisse García, al tiempo que ‘Pachanga’ no para de mostrar su ancha sonrisa, sin lamentaciones, porque su ceguera “es solo visual, ya que en este mundo hay muchos ciegos del corazón”.