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RÍO CAUCA

Liberar y reforzar el Jarillón del río Cauca tomará dos años más

Juan Diego Saa, gerente del Plan Jarillón, asegura que aunque no culminó el proyecto en cuatro años, el 78% del dique ya está libre y el 56% de las familias fueron reasentadas.

26 de diciembre de 2019 Por: Redacción de El País
Juan Diego Saa, gerente del Plan Jarillón. | Foto: Wirman Ríos / El País

Aunque uno de los propósitos que se trazó en el 2016 el ahora saliente gobierno municipal fue liberar y terminar el refuerzo del jarillón del río Cauca, la tarea tardará al menos dos años más en completarse.

Así lo asegura el gerente del Plan Jarillón, Juan Diego Saa, quien reseña que la meta no se cumplió, entre otras, por pleitos jurídicos e intereses de terceros. No obstante, advierte que el riesgo por fractura del jarillón e inundación por la creciente del río Cauca se ha reducido en 45% en las zonas más críticas.

¿Cuál es el nivel de avance en el que queda el plan jarillón?

Teníamos una meta al iniciar la administración que era terminar el jarillón; sin embargo, nos encontramos con una cantidad de situaciones que impidieron que pudiéramos llegar a esa meta. Avanzamos en gran medida y entregamos el 78% del jarillón liberado, eso se traduce en 20.398 metros lineales. Alcanzamos a reasentar el 56% de las familias, que son 4.949 familias; y reasentamos 455 unidades productivas que estaban a lo largo del jarillón, lo que equivale al 46% de unidades productivas que había allí. En estos cuatro años para reasentar esas unidades productivas entregamos más de $5.700 millones en compensaciones económicas, que fue una de las grandes innovaciones que implementamos en el desarrollo del proyecto; asimismo, entregamos $5.700 millones en subsidios de arrendamiento a 1.953 hogares, esto demuestra que nos ganamos la confianza de la comunidad.

¿Por qué no cumplieron la meta de terminar el proceso?

Cuando a la gente se le dice que está ocupando un predio ilegalmente, y que luego de tantos años debe entregárselo al Municipio para garantizar la vida de toda la ciudad, la gente cree que tiene derecho a más cosas que las compensaciones que se establecieron. En la compensación, para entregarnos el predio, la gente recibía viviendas de interés prioritario, pero hubo gente que decía que su casa costaba $1.000 millones, lo que legalmente no tiene asidero. También nos encontramos con empresas criminales a las que no les interesaba que esos sectores fueran liberados. Nos encontramos con comunidades que pretendían constituirse como consejo comunitario e impusieron tutelas que después ganamos. Este último semestre se atravesaron los partidos de fútbol, las elecciones y las marchas, lo que impidió el acompañamiento de la Policía en las restituciones.

Cuánto tiempo tendrá que pasar para que se cierre el ciclo del plan jarillón, que parece eterno...

Si lo miramos en tiempos, llevamos seis años: dos años de la administración de Rodrigo Guerrero y cuatro años de la administración del alcalde Armitage. Esto va a tomar otros dos años. Con la ruta que tenemos trazada, el cronograma que tenemos y los aprendizajes, la administración de Jorge Iván Ospina puede estar entregando el jarillón totalmente liberado y reforzado. Ya el 89% del jarillón está contratado, es decir que tenemos las máquinas detrás pidiendo que se libere el terreno; ya tenemos 78% libre, pero hay que llegar al 100%. Proyectos más pequeños en Latinoamérica, en los que se plantea el reasentamiento de 1.500 o 2.000 familias en Guatemala o Perú les ha tomado hasta 20 años; nosotros vamos a poder decir que el reasentamiento de un municipio como Guacarí, de cerca de 40.000 o 50.000 personas, lo hicimos en ocho años.

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¿Cuántos kilómetros quedan pendientes por liberar y cuáles son los sectores que aún tienen familias pendientes de reasentar?

Tenemos 20.398 metros liberados, o sea que quedan 5.679 metros pendientes. En esta administración se avanzó en la liberación de espacio como nunca antes, pues se liberaron 8.859 metros lineales; en la primera administración de Jorge Iván Ospina se liberaron 386 metros y en la de Rodrigo Guerrero se liberaron 447 metros. Nos están faltando 2.5 kilómetros de Floralia, Comfenalco y Río Cali; hay 2.5 kilómetros que están repartidos en unos sectores de Navarro, Palmas, Nuevo Amanecer; y 389 metros que corresponden al sector del consejo comunitario de Playa Renaciente.

"Nosotros vamos a poder decir que el reasentamiento de un municipio como Guacarí, de cerca de 40.000 o 50.000 personas, lo hicimos en ocho años".

¿Y cuál es el sector más traumático de reasentar?

Podría decir que es el sector de Floralia, Comfenalco y Río Cali. En otros sectores ya tenemos trabajo, las familias están sensibilizadas y solo es continuar la tarea; en dichos asentamientos no tenemos esa profundidad. Y segundo, porque esos sectores están mucho más consolidados, tenemos construcciones de cuatro pisos, bodegas de 2.500 metros cuadrados, hay mayor consolidación como asentamiento y eso puede dificultar las cosas.

¿Por qué no ha habido una mayor penetración en esos sectores?

Porque nos concentramos en liberar desde el Paso del Comercio hasta la desembocadura del canal interceptor Sur, esa fue decisión del Alcalde. Esos son 22 kilómetros y medio, y de esa forma se mitiga el riesgo considerablemente. Como los recursos y el tiempo son escasos, nos concentramos en esos sectores.

Uno de los problemas que se ha presentado es que el suelo para construir VIP parece haberse acabado y muchas familias terminaron relegadas a otros municipios. ¿Qué tanto puede influir esto para concretar el proyecto?

Eso es relativo. Efectivamente, todo el mundo se queja de la falta de suelo, pero en realidad es un tema de cierre financiero porque la vivienda de interés prioritario, con el valor que tiene la tierra, se hace difícil. Sin embargo, los constructores encontraron terreno y hoy tenemos 2.717 viviendas entregadas y 1.100 próximas a entregar. En adición a esto, tenemos 241 resoluciones de carta cheque, esas son 241 familias que están buscando una vivienda usada como alternativa para contrarrestar ese tema del cierre financiero de las viviendas nuevas. El proyecto de Charco Azul y El Pondaje ya tiene 400 viviendas: 200 ya entregadas y 200 próximas a entregar, pero ese es un proyecto de 1.920 viviendas, es decir que faltarían 1.520 por construir.

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¿Que el proyecto se extienda tanto tiempo en su ejecución no genera el riesgo de que se acaben los recursos?

Hay un convenio interadministrativo que se firmó entre el Fondo de Adaptación, la CVC, Emcali y el Municipio donde nos comprometimos con $803.000 millones, que sumados a los del convenio del 2014, de $160.000 millones, da la cifra de $963.000 millones. De esos $803.000 millones que firmamos en el 2015, el Municipio se comprometió a invertir $127.000 millones y de estos recursos ya hemos aportado alrededor de $90.000 millones; es decir, con los $37.000 millones que están pendientes por ejecutar se terminan las obras de reasentamiento de los hogares, los frentes de reforzamiento, la recuperación de las lagunas y el reforzamiento de la infraestructura vital. Hoy, la inversión va alrededor de un 60% y hemos sido muy juiciosos de que, si bien hemos tenido retrasos, la ejecución financiera no vaya muy por encima para que después no tengamos problemas de financiación.

¿Y cómo queda el reforzamiento?

Ya hay alrededor del 45% reforzado. Hoy tenemos cuatro frentes de obra donde los contratistas están avanzando muy rápido. Había un sector que estaba muy complicado, que era el antiguo basurero de Navarro, pero ya los problemas técnicos que había se resolvieron y van a reiniciarse las obras de reforzamiento.

Entonces, ¿hoy qué tan vulnerable es Cali a un panorama adverso como el que siempre se ha advertido por una fractura del jarillón?

Recordemos que este es un proyecto de reducción del riesgo y cuando arrancamos el riesgo era del 100%, la fractura del jarillón y la inundación eran casi que inminentes; hoy, ese riesgo se ha reducido en un 45%. Igual, es muy importante que tengamos claro que el riesgo se va a reducir totalmente en la medida que el jarillón se haga al 100%, porque esta es una cadena de protección que es tan débil como el más frágil de sus eslabones.

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