Nostalgia en Cali: así eran los cinemas 1 y 2 que están siendo demolidos en el centro de la ciudad

A medida que la maquinaria amarilla realizaba la demolición de la edificación donde se encontraban los antiguos Cinemas 1 y 2 de Cine Colombia, en la Calle 10, entre el Bulevar del Río y la Carrera 3, en el centro de Cali, un buen número de ciudadanos que circulaban por el lugar empezaron a recordar lo que este sitio representó para la ciudad.

Y es que el soltar un lugar que fue emblemático, que reunió a miles de personas en torno a películas y otros eventos, y que entregó una era de oro para toda una ciudad, no es fácil.

La historia de este sitio inició un 22 de abril de 1971, cuando Cali se dio el lujo de inaugurar el que sería el primer cine dúplex de la ciudad y del país.

El lugar se convertía en uno de los sitios más lujosos y llamativos para la sociedad de caleña. Tanto el proyecto arquitectónico, la construcción y la interventoría, estuvieron a cargo del departamento de Ingeniería de Cine Colombia, quienes lo realizaron con motivo de los VI Juegos Panamericanos, los cuales se inauguraron tres meses después, el viernes 30 de julio de 1971, en el estadio Pascual Guerrero.

El proyecto del cine dúplex buscaba entregarle un estatus de mayor nivel a la ciudad y sobre todo satisfacer los últimos adelantos de la industria cinematográfica mundial.

Un adiós que duele

Para los caleños, la demolición de este lugar ha traído una gran nostalgia.

“Esto formó parte de nuestra niñez y nuestra adolescencia. Los cinemas marcaron un cambio en nuestra vida”, afirmó Omar Molina, un ciudadano que en la mañana del martes se detuvo por varios minutos para mirar los trabajos de demolición que se realizan en la zona.

“Recuerdo que en 1989, en el cinema pude ver la película ‘Ghost’, así como muchas otras a las que yo venía con mi novia o solo, porque fui amante al cine. Veo esta escena y me da nostalgia que un escenario de estos haya dejado de existir”, don Omar.

Sentimiento similar al de Ángel Parra, quien insistió en que le daba mucha tristeza el observar como todo lo de esa época “que era bonito, lo están destruyendo. No está quedando nada. Eso sí, hay que reconocer que era algo que estaba abandonado y debe ser utilizado para algo mejor o más importante”.

El hombre recuerda que estos cinemas eran de dos plantas y contaban con un lujo extremo para la época. “La parte donde uno compraba las crispetas era bonito, brillaba, muy organizado, era el estrato alto de ese momento. La entrada al segundo piso era majestuosa y la silletería muy amplia”.

Orlando Franco recordó que a este sitio ingresaba por la Carrera 2, pero normalmente y debido a la gran cantidad de público, la cola que se formaba daba la vuelta y salía hasta la Carrera Primera.

“Allí compraba uno el tiquete, tenía muy buena pantalla, un sonido excepcional y era muy agradable el teatro”, señaló.

Ya son solo ruinas

Por años, estos establecimientos ofrecieron al público caleño un sinfín de momentos de entretenimiento, las risas, las lágrimas y hasta el desespero ante las películas de acción quedaron guardadas en las paredes de este lugar, pero sobre todo en la memoria de quienes disfrutaron sus millones de historias.

La noticia de la destrucción de estos edificios ya había sido anunciada por el alcalde Alejandro Eder varias semanas atrás, tras asegurar que, “eso lo van a tumbar” a pesar de ser un predio privado.

La decisión confirmada por Eder tendría como propósito embellecer este espacio para integrarlo a esta gran zona turística.

Pero otro hecho terminó por sorprender a los habitantes de las zonas aledañas, cuando el lunes 10 de marzo, se encontraron con el desplome de uno de los costados de la estructura. Precisamente ese se convirtió en el primer llamado de advertencia de lo que en cuestión de horas se convertiría en solo ruinas al dar por finalizado el ciclo de este espacio destinado para el esparcimiento y la diversión.

Unos cinemas que guardarán historia

Estos cinemas de Cine Colombia tuvieron su época dorada en toda la década de los 70′s y parte de los 80′s, pero lastimosamente se vieron afectados por la inversión que se empezó a realizar en los centros comerciales.

Precisamente, en abril de 1971, según se observa en el archivo de El País, Hugo Castaño, quien en ese momento fungía como gerente de Cine Colombia en Cali, detalló que consciente de la necesidad de dotar a la ciudad de unas salas de cine, determinó construir los dos modernos cinematógrafos en un lote de esquina situado en la Calle 10, entre carreras Primera y Tercera, donde estaba localizado el antiguo Teatro Colombia.

Los accesos sobre ambas salas se localizaron sobre la Carrera Tercera por ofrecer esta un mejor flujo peatonal y mayores posibilidades de exhibición.

El Cinema 1 contaba con una capacidad para 649 personas, mientras que el cinema 2, para 1045 ciudadanos.

El Cinema I tuvo su estreno con el filme de formato de 70 mm, Tora! tora! tora!, producido por 20th Century Fox; y el Cinema II se estreno con la cinta La mujer del cura, en la que actuó Sofía Loren y Marcello Mastroianni.

Ambos gozaban de una decoración interna exclusiva, como por ejemplo la del Cinema 1 que jugaba con un color lila en la silleteria y un verde chartreusse en el cortinaje, a estos se sumaba un piso de color crema y un blanco que iluminaba por si solo para los cielos falsos.

La pantalla se encontraba despegada de los muros y estaba levantada sobre un pequeño escenario con el objetivo de que allí se realizaran otra clase de espectáculos.

Los muros posteriores tenían enchapes en madera y acústicamente la sala contaba con cortinas plegadas en proporción de 3 a 1 para cubrir los muros laterales.

El tratamiento acústico de la sala del segundo piso era igual al de la primera sala, variando solamente la decoración interior, por ser esta de mayor volumen. Allí el color dominante era el azul, el cual se utilizó en la silleteria, cortinas y la alfombra en el escenario.

El lujo era evidente en todo el lugar, desde su fachada de concreto, ladrillo y mármol, hasta la zona de crispetas con la que contaba el lugar.

Los Cinemas 1 y 2 tenían un gran sonido, ese que aún no sale de la cabeza de quienes asistieron a observar la proyección de las películas.

“El sonido era increíble, fue la primera vez que pude apreciar algo de esa magnitud”, recordó Ángel Parra, y no se equivocó, pues según las características del lugar el sonido era a seis bandas, cada una tenía cinco bafles y 20 parlantes ambientales en cada sala.