Cali
Salsa, el ritmo al que se mueven los caleños
Más allá de ser un género musical, la salsa forma parte de la cultura caleña. Las escuelas de baile y la Fundación Delirio, principales contribuyentes de su permanencia. ¡A bailar se dijo!
Como si se tratara de una pasión heredada de generación en generación, que hace parte de su ADN, la salsa continúa acaparando un espacio protagónico en la vida de los caleños.
De hecho, sin límites de edad, el recientemente declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia, se convierte en la profesión, el estilo de vida o la forma de diversión de muchos de los habitantes de la capital vallecaucana.
Su permanencia en el día a día de los caleños se debe, entre otros factores culturales, a la contribución de las escuelas de baile. Así lo afirma Mauricio Santana, bailarín, instructor y coreógrafo profesional de salsa, al comentar que “Por un lado están las escuelas que se encargan de ser el suministro de bailarines y artistas, a través de programas de formación diseñados con ese propósito, pero también existen otras enfocadas en el baile social, o sea en la enseñanza dirigida a principiantes y bailadores”.
Es así como las escuelas de salsa brindan la posibilidad de explorar e incluso perfeccionar las habilidades en este exigente baile.
“En su mayoría, los bailadores son personas que tienen una carrera universitaria o un trabajo, pero que no viven de la danza. La ven como un hobby, pero la practican con mucha pasión”, sostiene el instructor, quien también reconoce que a través de ellos el legado de Cali como capital de la salsa se mantiene vigente.
Es el caso de los más jóvenes, quienes llegan a las academias por diferentes razones. “Por un lado están los que nunca aprendieron a bailar por su timidez o porque simplemente no les interesaba; otros que tienen parejas muy rumberas y entonces sienten la necesidad de aprender a bailar para no deteriorar la relación. Y también hay quienes se van a radicar en otro país y ven en la enseñanza del género una fuente de ingresos”, explica Santana.
Finalmente, no se pueden desconocer otros beneficios de bailar salsa, que hacen que cada vez más y más personas incursionen en este ritmo. Es un mecanismo para trabajar la seguridad en sí mismo y la corrección de postura, para liberar el estrés, relacionarse con los demás e incluso de ejercitarse y quemar calorías.
Más que un show
En cuanto al ámbito del entretenimiento, la Fundación Delirio es pionera en reunir y exaltar, en dos espectáculos de talla internacional, la cultura popular caleña expresada en la salsa: Carpa Delirio y Paseo de la Aurora.
Su representación y adaptación del género permite conservar el legado de la ciudad, a través del arte y el apoyo a artistas y colectivos.
En el año 2006, la Fundación Delirio nació con la idea de crear un espectáculo que combinara tres artes escénicas: salsa, circo y música en vivo para hacer de esa fusión una fiesta en formato cabaret en una carpa de circo. Sin embargo, su visión se vio modificada con el tiempo.
“Durante la preparación de ese evento surge toda la necesidad de desarrollar una organización que, de manera permanente, trabajara por la reivindicación de la cultura popular caleña y la identidad festiva de Cali para mostrársela a Colombia y al mundo y así contribuir a crear un modelo de industria cultural, que le permita a los artistas y productores vivir de su arte como un oficio”, explica Andrea Estrada Gutiérrez, directora de Mercadeo de la Fundación Delirio.
De esta manera, nació un nuevo sueño: ser una pista de oportunidades para los artistas. Desde entonces, Delirio ha desarrollado proyectos como el programa Paso Firme, donde hacen investigación de mercados, implementación de proyectos e intervención en comunidades por medio del arte, pero también aportan a los procesos formativos, beneficiando a 2.400 niños y jóvenes.
“La salsa es un patrimonio cultural que se desarrolla en diferentes momentos y contextos. De nuestra parte, realizamos un proceso comunitario para preservar toda esa historia alrededor de la danza y ponerle un sello propio. El hecho que Delirio exista brinda la posibilidad de llevar lo que pasa en los barrios y ponerlo en escena para que el mundo lo conozca de una manera profesional”, argumenta Estrada.
Dentro de sus proyectos se encuentra el apoyo a las escuelas de baile y a los artistas en etapa de formación. En 2021, Delirio y Compromiso Valle becaron a 322 niños y jóvenes de 9 escuelas y apoyaron, a través de incentivos, a 37 instructores de baile.
Sumado a lo anterior, los artistas también recibieron una formación integral en otros campos del conocimiento. “Ellos ya son profesionales y expertos en el baile; lo que hicimos fue complementar su formación con otras habilidades como la edición musical y la acrobacia. Este trabajo es súper importante, porque impacta toda la cadena de valor y el insumo artístico en la ciudad”, sostiene Estrada.
De esta forma, Fundación Delirio no solo presenta la salsa caleña ante los ojos del mundo, sino que aporta a los diferentes actores, desde los protagonistas hasta los costureros y zapateros encargados del vestuario, quienes en muchas ocasiones son las madres de los propios artistas.
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