Cali
Sobre tres mujeres se cimentó la COP16 que hoy inicia en Cali
Ángelica Mayolo, por Cali; María Leonor Cabal, por el Valle, y Paula Douat por el Gobierno Nacional fueron las gestoras.
La hora de ejecutar lo planeado ha llegado. La capital del Valle del Cauca tendrá como huéspedes en los próximos días a cerca de 20.000 visitantes que llegan a tomar parte de la COP16 y nada puede quedar al azar.
Son 20.000 personas que hacen parte de cuerpos diplomáticos, organizaciones internacionales, ONG y visitantes a las que debe garantizarse la alimentación, el transporte, la seguridad, una atención médica, un hospedaje cómodo y que puedan escuchar las conferencias en su idioma.
Pero previo a ello, se debió trabajar en la adecuación de la Zona Azul, en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, incluidas carpas, sonido, luces y proyectores donde las delegaciones oficiales y jefes de Estado discutirán sobre los temas de biodiversidad y políticas medioambientales.
Y en el acondicionamiento de una Zona Verde donde la sociedad civil debatirá sobre temas similares en el centro de la Cali, entre muchas cosas más.
Pero toda obra grande necesita cimientos sólidos y en este caso la organización, la responsabilidad, la toma de decisiones sobre la marcha, la espontaneidad y la magia para cumplirle al mundo con este magno evento, ha estado a cargo de tres mujeres que llevan siete meses dedicadas de sol a sol a garantizar el éxito en materia logística y de organización de la COP16.
Por parte de la Alcaldía de Cali ha sido la abogada, expresidenta de la Cámara de Comercio de Buenaventura, exministra de Cultura y exjefe de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ambiente, Angélica Mayolo, quien ha estado encargada de asesorar a la ciudad en la formulación del plan de trabajo para la COP16.
La Gobernación del Valle designó a María Leonor Cabal, exgerente del Centro de Eventos Valle del Pacífico y asesora de ese despacho, como la delegada para los asuntos de la COP.
Y por parte del Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Ambiente, fue elegida la ingeniera industrial con maestría en Administración de Organizaciones Deportivas Paula Douat, como la Gerente de la COP16.
Cada una de ellas tuvo un equipo de profesionales detrás que ha entregado lo mejor de sí, con un enorme compromiso para cumplir con todas las exigencias planteadas por Naciones Unidas a la hora de designar a la capital del Valle como la sede del evento más grande de biodiversidad en el mundo.
Una gran experiencia
El principal reto era cumplir en tiempo récord, solo en siete meses, con lo establecido en el convenio firmado entre Naciones Unidas y el Gobierno de Colombia para llevar a cabo en Cali la Conferencia de las Partes número 16 (COP16), bajo el lema de ‘Paz con la Naturaleza’.
La misión era una sola y para ello aplicaba a la perfección la premisa de que ‘el fin justifica los medios’. Y para lograrlo se hicieron malabares, se invitó a distintos sectores, se hicieron los acuerdos más impensados y se llamó a quien debiera hacerlo con tal de dejar en alto el nombre del país, la ciudad y la región. Y si de algo están seguras, es que ha valido la pena.
Entre las cosas importantes a destacar, asegura la Gerente de la COP16, Paula Douat, es el gran trabajo en equipo que se logró crear entre Gobernación del Valle, la Alcaldía de Cali y el Gobierno Nacional; “Creo que ahí hay unas sinergias claves que se trabajaron y que demuestran que podemos hacer cosas en conjunto y alineados”.
“Estos han sido de los meses más duros de trabajo que he tenido en mi vida. Es un reto gigante y a la vez es una responsabilidad grandísima, pero un orgullo ser parte de este equipo y que desde el Ministerio de Ambiente y de la Cancillería me hayan seleccionado como gerente de uno de los proyectos que es, seguramente, el evento más grande que ha tenido y que va a tener Colombia en muchos años”, señaló Douat.
Satisfacción que comparte María Leonor Cabal, quien resalta no solo el hecho de ser mujer, sino de tener una gobernadora mujer que le ha entregado un gran voto de confianza.
“Para mí ha sido un voto de confianza muy grande de parte de la gobernadora Dilian Francisca Toro poner al servicio mi capacidad y experiencia en estos temas, y ha sido muy grato saber que con el trabajo, el compromiso, el entusiasmo, la pasión con la que hemos trabajado estamos haciendo historia, eso para mí es motivo de gran satisfacción y agradecimiento de contribuir como vallecaucana a ser parte de esta historia de este país y esta región”, indicó María Leonor Cabal Sanclemente.
Entre tanto, Angélica Mayolo destacó el hecho de lograr para esta tarea retadora y maratónica una articulación de todos los sectores para cumplir con los estándares que exigía la ONU, lo que implicó trabajar de la mano del sector privado, la academia, la cooperación internacional y los gobiernos nacional, departamental y local.
“La ciudad sin duda tiene un gran reto en materia de seguridad y ocupación hotelera y eso implicó que tuviéramos que crear un equipo de trabajo interno para facilitar la acomodación de las delegaciones y la logística que implica un evento de la dimensión de la COP16″, indicó Mayolo.
Así fue que lo lograron
Por estos días no será fácil que algún enamorado encuentre en Cali una habitación en un motel o apartahotel. La demanda de camas para hospedar a los asistentes a la COP tendrá estos espacios dedicados casi exclusivamente al amor, pero por el medio ambiente y la biodiversidad.
“Fue supremamente retadora la respuesta sobre la ocupación hotelera. Un día nos visitó la persona de Asoamar (Asociación de Apartahoteles, Moteles, Amoblados y Residencias del Valle) y nos dijo que estaban dispuestos a convertirse en hoteles para la COP. Fue una sorpresa y fue muy interesante ver como todo el mundo quería ser parte de la COP”, contó Angélica Mayolo.
Y es que para la COP hay inscritas delegaciones muy grandes, de hasta 500 personas, según la gerente de la COP, Paula Douat. “En el tema de hoteles la ocupación ha sido arrolladora; por eso los moteles están prestando servicio de hotelería como parte del acuerdo que se hizo con ellos”.
Pero no son solo las habitaciones de motel las que han escaseado. Hoy en Cali y los municipios vecinos es imposible encontrar vacía una valla publicitaria, conseguir un servicio de impresión, rentar mesas o sillas para algún evento y mucho menos pensar en contratar una comida especial para alguna conmemoración. Casi todo se ha puesto al servicio de la COP.
Tampoco hay disponibilidad de servicios de transporte, no se consiguen pantallas, cámaras robóticas ni micrófonos en almacenes, ni cabinas de traducción ni traductores, ni carpas.
En materia de salud, Cali y el Valle están en alerta naranja y se han aplazado las cirugías que no son de extrema urgencia para tener disponible el personal médico, las ambulancias, las camas y los medicamentos para atender cualquier emergencia. También se han surtido los bancos de sangre. Ningún detalle se deja a la suerte.
Por eso se pudo ayudar desde el aeropuerto a una de las primeras delegadas que llegó a Cali, procedente de Uganda, sin avisar y sin tener encargado un hotel. O la satisfacción de la primera delgada de Alemania que se sorprendió que le tuvieran listo transporte de cortesía desde el aeropuerto hasta su lugar de hospedaje.
La alimentación es otro de los asuntos complejos que debió resolver el comité organizador. Entre otras cosas porque son 196 delegaciones las que llegan con diferentes tradiciones y maneras de preparar sus comidas.
“Una de las ventajas de nuestra región es que tenemos una gran oferta gastronómica aunque hemos querido resaltar mucho la comida del Pacífico, pero también tenemos oferta en comida vegetariana y vegana”, subrayó María Leonor Cabal.
Pero la gastronomía se ha preparado también para servir a visitantes de algunos países comida ‘kosher’ (de rumiantes con pezuña partida) o comida ‘halal’ (permitida por la ley islámica).
“A nivel de catering, lo que nos ha recomendado desde Naciones Unidas es que la comida cubra la mayor cantidad de culturas, que no tenga cerdo y que tengan muchos alimentos vegetarianos”, cuenta Paula Douat.
Más allá de todo, lo importante es que los caleños disfruten de los eventos programados y de las excentricidades y manifestaciones culturales maravillosas que podrán apreciar. Porque no será de extrañar ver indígenas cubiertos de plumas, a escoceses caminando por el centro en falda o algún otro con el cuerpo y el rostro pintado.
Será la fiesta de la biodiversidad, pero con un marco de diversidad y multiculturalidad.