‘The kingdom’, la huerta urbana que se convirtió en un espacio de tejido social en Cali

Por: Isabella Borja y Sofía Gil Quintero, del semillero USC - El País

En un recuadro de madera y letras negras se anuncia la entrada a la huerta Kingdom, un espacio de casi 70 metros de ancho y 25 m de largo, ubicado en el separador vial de la Calle 70 con Calle 26 M, en el barrio Nueva Floresta. Un lugar que era antes un basurero lleno de escombros, dos años después se ha transformado en un reino multicolor de plantas y verduras a punto de ser cosechadas, como tomate cherry, plátano, maíz, lulo, tomillo, romero, entre otros. Todo, gracias al trabajo de jóvenes de las comunas 12 y 13 de Cali.

En esta huerta urbana no solo hay diversidad en los frutos que se cosechan, sino de quienes la cuidan, pues se dedican a variados oficios y profesiones. “Hay parceros que trabajan como maestros de construcción, lo que nos ha ayudado mucho; otros son ayudantes, cocineros, contratistas; también, algunos trabajan independiente con el rap, servicios de transportes y venta de ropa”, afirma su líder Juan Pablo Rodríguez.

Rodríguez rememora que la motivación inicial para crear la huerta fue haber empezado el gusto por cultivar en sus hogares: “teníamos cada uno en nuestras residencias plantas, germinábamos ahí y pues fue algo que nuestras familias y generación nos inculcó. Eso nos ayudó a que no solo se quedara esa idea en nuestras casas, sino que la trajéramos a espacios como este y nos apropiáramos de lo que tenemos como ciudadanos”.

El nacimiento de la huerta

Inicialmente, Kingdom surgió como un colectivo compuesto por jóvenes de las comunas 12 y 13, quienes tenían el objetivo de crear un espacio artístico y cultural en el cual se pudieran expresar. “Nos creemos un movimiento que tiene una diversidad, culturalmente hablando”, afirma Rodríguez. “Hay parceros que rapean, otros tatúan, otros estudian sobre grabación y con discos publicados en plataformas. Son proyectos que tenemos en común con el colectivo, y fomentamos en la comunidad como tal”.

No obstante, en el marco del Paro Nacional del año 2021, estos jóvenes iniciaron a construir una huerta urbana en el separador vial de la calle 70 # 26 M- 12, en el barrio Nueva Floresta. Según William José Rodríguez Mina: “Al ver que nos vimos unidos todos por el estallido social, una lucha donde participamos, nos dimos cuenta de que podemos volver a unirnos para grandes cosas, como mejorar el país y nuestra comunidad. Así es como empezamos a hacer la huerta que se ve ahora”.

Quienes atienden esta huerta, además de Juan Pablo Rodríguez y William José Rodríguez Mina, son Kevin Jaramillo, Carlos Montoya, Nicolas Ramírez y Fernando Machado.

La huerta, una oportunidad para transformar

Los lugares que una comunidad frecuenta son un factor principal en la creación de imaginarios y en la interpretación de la realidad.

De esta manera, los jóvenes del barrio reconocieron en el separador vial un lugar potencial para el mejoramiento del entorno y, por lo tanto, de la calidad de vida de la comunidad. Se apropiaron entonces del espacio con el apoyo de la Subsecretaría de Territorios de Inclusión y Oportunidad Urbano y Rural, y decidieron transformarlo. “Nos quisimos apropiar nosotros mismos del espacio, porque somos parceros de toda la vida y estas son las calles donde crecimos”, aseguró Juan Pablo Rodríguez, quien agrega: “Cómo no hacer que se vea más bonito el espacio donde toda la vida vimos monte, donde botaban basura y se veía delincuencia”.

Para los jóvenes, la huerta no es un espacio exclusivo de ellos, sino de toda la comunidad. “Cada persona que quiera venir puede hacer recorrido sobre la huerta o realizar donaciones, así es como se genera un apoyo y tejido social. No es que lo hayamos privatizado. Es algo que es para todos, en beneficio de todos”, aclara Rodríguez.

Sobre el proceso de creación de la huerta, José Edwar Durán Zapata comenta que ha estado aproximadamente dos años allí: “Cuando llegué aquí se veía muy diferente a lo que se ve ahora, he estado en el proceso colaborando con mano de obra”.

Construcción del tejido social

Cuando un grupo de personas se unen para ayudarse mutuamente con necesidades humanas básicas o superiores -tales como la educación, el alimento, la cultura, entre otras-, se construye tejido social.

El apoyo recíproco en pro de la huerta Kingdom es lo que permite el florecimiento de la vida. Mientras la comunidad recolecta desechos para el abono de las plantas, los jóvenes de este colectivo- quienes también hacen parte de la comunidad - siembran las semillas y cuidan las plantas. Cuando llega la cosecha, los frutos son de todas las personas.

En lo que respecta en la repartición de los frutos, Juan Pablo Rodríguez cuenta que como el sistema de riego es manual, entonces los frutos no salen en grandes cantidades, “por ahora se hace la repartición dependiendo del producto que salga y la cantidad por familia. Depende de las necesidades de cada uno, le damos prioridad a los que tienen familia que dependen de ellos, para que puedan cumplir sus necesidades”.

Rodríguez afirma que esta huerta urbana los fortalece como comunidad. “Se ha visto que el cambio es productivo. Hemos incentivado más a la comunidad para que hagamos proyectos en pro de la huerta, como conseguir pacas biogestoras, abono, recolección de residuos orgánicos, entre otros”.

Además, en este espacio se cultivan muchas plantas medicinales, las cuales son esenciales porque ayudan a prevenir, curar o aliviar síntomas de enfermedades, siendo esta una de las siembras más apoyadas por la comunidad.

El florecimiento de la huerta

El separador pasó “de ser un monte a una huerta”, resaltó William Rodríguez. Así se transformó en una fuente de recursos para la comunidad. Allí se consiguen plantas de prontoalivio, tomillo, romero, albahaca, ají, pimentón, toronjil, entre otras. Eso, sí, el tomate cherry es el producto estrella. Además, se han sembrado árboles frutales como limón tahití, lulo, plátano, entre otros.

“Respecto a las cosechas, es relativo el tiempo en que esté listo ya que depende de la semilla que germine; unas son de tres meses, seis meses”, explicó Juan Pablo Rodríguez sobre el proceso de recolección de los productos. “La idea es abastecer bancales para labrar la tierra y empezar la nueva cosecha. Estar aquí constantemente con esta iniciativa es un trabajo arduo”.

En cuanto al tema económico, José Edwar Durán comenta que inicialmente ellos invirtieron dinero en la huerta, pero ahora reciben algunas donaciones. “Entre todos contribuimos. Nosotros nos beneficiamos de los residuos que desechan en las casas como abono, y a su vez, les explicamos a las personas cómo hacerlo, para que tengan conciencia sobre sus basuras”.

Para realizar los procesos dentro de la huerta, su líder comenta que fue algo empírico, pero ahora realizaron un diplomado en Gestión Ambiental con la Universidad Javeriana y la CVC, a través de un programa llamado ‘Tesos por el medio ambiente’, donde se les incentivó a fomentar la iniciativa de generar un proyecto como organización.

Los integrantes afirman que es un huerto de embellecimiento. “Hemos visto que tocando puertas, siendo jóvenes, también somos parte de beneficios y aportamos; lo hacemos porque nos enorgullece, y ese es el propósito, tener un sitio ameno. Nuestro reino para estar en armonía”, afirma Juan Pablo Rodríguez. “Cualquier persona puede venir a comunicarse con nosotros, y siempre estarán las puertas abiertas para todo el mundo, la idea es compartir y aprender entre todos”.

Tenga en cuenta

• El género del rap fue uno de los motivos por los cuales varios integrantes se sumaron a la huerta Kingdom.
• El sistema de riego es manual. Cada integrante trae desde sus casas tarros con agua para regar las plantas.
• La cosecha más recurrente de la huerta son los tomates cherrys.
• Huertas de la ciudad, como la Kingdom, se unen para apoyarse con conocimientos, semillas y más.