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– La ruta Isabel Pérez se inicia en el renovado parque de La Nave y finaliza arriba, en el sector conocido como El Hueco. En el tour trabajan 25 habitantes de la zona, entre líderes comunitarios y jóvenes. Cuentan con el apoyo de Compromiso Valle. | Foto: Bernardo Peña - El País

SILOÉ

Turismo comunitario, la estrategia de Siloé para vencer la violencia y generar orgullo entre sus habitantes

La Comuna 20 se propuso desterrar la violencia a través del turismo comunitario. Ya son siete las rutas que es posible recorrer de la mano de colectivos que hacen de la montaña un destino imperdible.

11 de diciembre de 2022 Por: Santiago Cruz Hoyos, editor de Crónicas El País<br>

Luis González señala una fachada verde de una vivienda ubicada en el sector conocido como El Hueco, en la Comuna 20 de Cali, más conocida como Siloé, y cuenta que hubo una época no muy lejana en la que la violencia en la zona obligó a sus habitantes a sellar con ladrillo y cemento las ventanas de sus casas para impedir el paso de las balas.

La casa verde es de las pocas que conservan las ventanas anuladas con concreto, como recordatorio de lo que pasó. El resto de las viviendas lucen sus ventanas abiertas de par en par, en este martes soleado en el que los niños juegan alrededor de un árbol de Navidad que pintaron en la calle y los adultos gritan sorprendidos desde las salas tras la eliminación de España por parte de Marruecos en el Mundial de Fútbol de Qatar. La violencia en El Hueco, zona alta de La Nave, es apenas un recuerdo que, sin embargo, continúa siendo doloroso.

– Hasta antes de 2014 varias bandas se enfrentaban para controlar los barrios. Hoy ese contexto de fronteras invisibles y pandillas no existe. En 2014 los jefes de estos grupos hicieron un acuerdo de paz y desde entonces se han dado procesos de restauración. Por eso hoy es posible caminar en la noche. Las mamás ya dejan jugar a los niños en la calle solos. La gente es muy amable. Te saluda como si te conocieran de toda la vida así seas un visitante de la ruta – continúa Luis, un joven afro nacido en el barrio de al lado, Belén, y quien hace parte de la ruta turística Isabel Pérez, uno de los siete recorridos que hoy es posible hacer en la Comuna 20 de la mano de diversos colectivos comunitarios.

La ruta Isabel Pérez la realiza Cangrejo Tours, una empresa de turismo liderada por Jimena Cangrejo, nacida y criada en esta loma. Hace ocho años, Jimena decidió hacer trabajo social debido al dolor en el barrio, donde no son pocos los padres que perdieron a sus hijos a causa de la violencia. A María Amparo Urán Acevedo, 74 años, le historiadora de la ruta, le mataron a dos de sus hijos.

$25.000 es el precio de la guía turística de Siloé, un proyecto
de la Fundación Créalo. Se puede solicitar en el 317 – 3454930.

$120.000 Es el costo del tour VIP de la ruta Isabel Pérez.
Sin embargo la ruta ofrece otros planes más económicos.


Jimena comenzó a hacer este recorrido en 2017 con los niños de la Escuela de Valores. Partían desde abajo, en el parque de La Nave, pasando por el Hueco, hasta la zona más alta. De a poco se dio cuenta que era posible transformar el territorio y sus dinámicas de violencia a través del turismo.

Luego del paro nacional de 2021, Jimena se unió con otros jóvenes del sector quienes, con el apoyo de empresarios y la iniciativa Compromiso Valle, decidieron sacar la ruta adelante. Fue inaugurada oficialmente hace un año y desde entonces la han recorrido, además de caleños, japoneses, españoles, kenianos, noruegos, holandeses, mexicanos, franceses y “gringos”.

A esta hora, casi las 2:00 de la tarde, nos encontramos en la última parada del tour, en el que se conserva la memoria de la violencia que se vivió en El Hueco y los barrios aledaños hace siete años. Luis dice que no olvidar la guerra es una manera de cuidar la paz de hoy. En algunas fachadas y muros de este último trozo del recorrido pegaron calcomanías de fondo azul con mariposas amarillas y un mensaje: “en memoria de los que están en el cielo”. Aunque algunas se han caído, cada calcomanía es recordatorio del sitio donde algún joven fue asesinado.


El último homicidio ocurrió en 2019. La víctima era una jovencita de 19 años que, cuentan, la mataron por un bochinche. Supuestamente alguien dijo que vio algo que no debía ver. En la esquina donde la asesinaron continúa la mariposa.

En otro muro se exhiben cartas escritas a mano, en las que la comunidad describe cuál fue su primer recuerdo de la violencia. “Recuerdo cuando mataron a mi mejor amigo, lo apuñalaron y lo quemaron. Lo dejaron envuelto en un colchón”; “recuerdo la muerte de mi hermano menor. Debido a eso vivimos seguimientos y abandono del barrio, amenazas, disparos. Nos ocultamos en pueblos vecinos. Renunciamos por algún tiempo a una vida tranquila”, leo.

En otra pared se detalla cómo estaba estructurado el conflicto. Eran seis las bandas que se enfrentaban para controlar el territorio. Sus nombres correspondían al sitio donde se encontraban: la banda de La 21, la banda de Las Gradas, la del Hueco, la de San Francisco, la de Las Delicias y la de Los Paperos.

La estrella de Siloé fue construida en
1973. Está puesta sobre un tanque de almacenamiento de agua. En 2007 la hicieron más grande, ya no de cinco puntas sino de 16.

A la comunidad, cansada de esa guerra, de no poder pasar de una calle a otra porque eso podía costar la vida, se le ocurrió instalar doce puertas para hacer visibles las fronteras invisibles. Las puertas que comunicaban los barrios permanecían cerradas para impedir que entraran personas que no eran de un determinado lugar y evitar enfrentamientos. Las llaves solo las tenían las personas que no hacían parte del conflicto. Las puertas ayudaron a bajar los homicidios. Ahora permanecen abiertas. La que acabamos de pasar se llama Puerta de la Esperanza y está justo antes de pasar al lado de una serpiente.

La escultura de la culebra fue elaborada por el artista Wilmer Escudero, y representa la tentación, dice Luis. Si la tentación y la pasión se unen para hacer el bien, hay una transformación. Además, la serpiente, para cuidarse, muda de piel, se renueva.

– Es lo que ha hecho la comunidad. 
En el recorrido hay esculturas de otros animales que le rinden tributo a la fauna de la zona, como los guatines, que representan la familia: nunca están solos. O la iguana, que simboliza el cuidado de la vida, la resiliencia. Así tenga que sacrificar su cola para sobrevivir, lo hace. Pasamos por el santuario de los gatos. En la loma son más los gatos que los perros y usan las esculturas para protegerse del sol.

En otro punto del recorrido hay esculturas de los fundadores de Siloé, los mineros que llegaron en busca de carbón, y una exposición del fotógrafo Hernán Perlaza sobre las aves que revolotean estos cielos como el Turpial Amarillo, la Mirla Ollera, el Periquito Broncedo, el Colibrí.

Mientras descendemos salta un detalle curioso: las fachadas de las casas tienen un color distinto. Hay casas verdes, moradas, naranjas, azules, amarillas, violetas. Jimena Cangrejo explica que aquello hace parte de la transformación social del territorio. La diversidad de colores simboliza a los seres humanos. Todos somos distintos, tenemos tonalidades particulares, y sin embargo podemos convivir en el mismo espacio.

El Mirador 'Yo amo a Siloé', le rinde homenaje a las víctimas de una tragedia:  los vecinos que murieron en un deslizamiento de tierra causado por el daño del acueducto.


Mientras descendemos salta un detalle curioso: las fachadas de las casas tienen un color distinto. Hay casas verdes, moradas, naranjas, azules, amarillas, violetas. Jimena Cangrejo explica que aquello hace parte de la transformación social del territorio. La diversidad de colores simboliza a los seres humanos. Todos somos distintos, tenemos tonalidades particulares, y sin embargo podemos convivir en el mismo espacio.

Cuando se anunció la ruta, además, continúa Jimena, los habitantes de La Nave hasta El Hueco pintaron sus casas para, también, recibir de la mejor manera a los visitantes.

Incluso la comunidad se ha encargado de mantener limpio todo, dejar las basuras donde corresponde, lo que ha evitado que en estos tiempos de lluvias inclementes se inunden o ocurran tragedias como la del 1 de diciembre de 2016, cuando un deslizamiento de tierra sepultó a la familia García Rojas, o la tragedia del 17 de abril de 2018, cuando un desbordamiento de la quebrada Isabel Pérez acabó con la vida de los esposos Marina Hernández de Muñoz y Laureano Chauza Gómez. Recordar aquellas sucesos es otra de las paradas de la ruta. Doña Amparo, la historiadora, dice de pronto:

– Como lo pueden constatar, Siloé no es como lo pintan, sino como lo pintamos sus habitantes. Somos orgullosamente siloeños.

Otros recorridos

Actualmente 9 colectivos comunitarios están haciendo turismo en la Comuna 20, compuesta por once barrios. Cinco de los colectivos cuentan con Registro Nacional de Turismo. Algunos han pasado por procesos de capacitación con la Secretaría de Turismo.

En total hay siete rutas identificadas, como la del MÍO Cable, que recorre todas las estaciones del sistema, cada una con una temática distinta como transporte, mitos y leyendas, salsa, la Feria de Cali. También es posible hacer el Tour de La Estrella, realizado por la Cooperativa La Estrella y el colectivo Cancha Grande.

Otra de las rutas es la Trepatón a Siloé, que parte de la glorieta, donde se narra lo que ocurrió allí durante el estallido social, va hasta el Museo Popular de Siloé, al Monumento de Los Estudiantes Caídos y al mirador Yo amo a Siloé. El Tour de la 53 consiste en recorridos por los murales de Siloé y el turista tiene la posibilidad de pintar y el colectivo Los Guayabales tiene un recorrido por el parque mirador Brisas de Mayo, que será un sendero ecológico.

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