Cali
¿Una chuleta a $ 65.000? Critican a restaurante de Pance, por los altos precios de sus platos
Los usuarios en Twitter sostuvieron que ir a Pance ha dejado de ser un plan económico, como solía serlo.
Visitar el río Pance continúa siendo una actividad atractiva para propios y turistas en Cali sobre todo cuando se presenta un día altamente caluroso, sin embargo, una no muy grata sorpresa se llevaron los comensales de una restaurante del sector de La Vorágine, en el momento en que iban a pagar la cuenta.
A través de Twitter, la Red de Apoyo S.I.C denunció lo sucedido: “¿Qué les parece los precios que manejan en Pance?”, comentó la cuenta inicialmente, y continuó diciendo que “al mejor estilo de Cartagena, una limonada $25.000 más impuesto ($27.462) y un refajo $39.000 más impuesto ($42.840)”.
INFORMATIVO 🟡 Que les parece los precios que manejan en Pance❓🙄🤦♀️
— RED DE APOYO S.I.C (@RedDeApoyoSIC) August 5, 2023
En el Río Pance al mejor estilo de Cartagena una limonada $25.000 más impuesto ($27.462) y un refajo $39.000 más impuesto ($42.840)#LaRedSomosTodos #RedDeApoyoSIC pic.twitter.com/rT4jiwMHld
La cuenta, que es del restaurante Gallo de Oro, fue facturada este viernes 5 de agosto a las 6:08 de la tarde. En ella se ve que el total pagado por la comida fue de $ 290.000, precio que incluye una sopa ($ 25.000), dos carnes asadas ($ 110.000), una chuleta ($ 65.000), un jugo ($ 25.000) y un coctel ($ 39.000), algo que podría ser consumido por una pareja o una familia de tres personas.
Lo que mayor molestia generó en las plataformas sociales fue el hecho de que ir de paseo al río Pance siempre se caracterizó por ser un plan económico, ya que disfrutar del río no tiene costo en muchos tramos, por lo que lo único que hay que pagar es el almuerzo.
En ocasiones, ni siquiera eso, ya que las familias traen comida desde sus casas y hacen el famoso ‘Paseo de olla’.
Sin embargo, también existen un buen número de restaurantes, los cuales son muy concurridos gracias a que los visitantes del sector los consideran económicamente aceptables.
En Twitter, los usuarios aprovecharon la situación para mostrar su sorpresa y rechazo. Algunos de los comentarios son: “Con eso hago mercado para 15 días”, “uy, ¿pero dónde? Yo tengo un pana que tiene restaurante y los precios son súper aterrizados! Y buen sazón!”, “Qué horror, qué robo”.
Asimismo, otros aconsejaron que es mejor llevar su propia alimentación o, por lo menos, no comprar nada en esa zona. “En Pance están cobrando hasta por preguntar la hora”, “eso pasa cuando no se preguntan precios primero, Pance tiene mucho restaurante para escoger”.
La comparación con Cartagena surge a partir de las constantes denuncias que se registran desde la ciudad costera del país por los abusos que muchos comerciantes quieren cometer contra colombianos de otras regiones y extranjeros.
El pasado mes de febrero, una joven guía turística expuso por medio de Facebook la costosa factura que en un establecimiento de comercio le cobraron a un grupo de visitantes por consumir algunos productos.
Si bien la joven no reveló el nombre del establecimiento ni la playa donde ocurrió, se mostró furiosa al indicar que la factura, que no tenía sello ni nombre del negocio, alcanzaba casi los 3 millones de pesos.
Algunos de los precios que más llamaron la atención es el de una caja de cigarrillos en $ 200.000, cinco gaseosas en $ 100.000, cinco almuerzos con pargo que daban un total de $ 800.000, entre otros servicios.
Pero esto ya es algo común en esa ciudad. Otro hecho que se hizo viral fue el que vivieron turistas ecuatorianos en Playa Blanca, en agosto del año pasado.
2 mojarras y 4 cervezas $2.000.000. ¿Las víctimas? Unos ecuatorianos. ¿El lugar? Cartagena… otra vez. Pagaron por presión de los vendedores. Una verdadera mafia en las playas sin ningún tipo de control. La peor versión de la ciudad en años. pic.twitter.com/gbgXa7Vaau
— Juan Abel (@JuanAbelG) August 26, 2022
Allí, denunciaron, unos “intermediarios” del comercio gastronómico en el que se encontraban les cobraron la suma de $ 2.636.358 por dos mojarras y cuatro cervezas.
“Nos percatamos de lo que estaba pasando y cuando la señora les hizo el llamado para que le devolvieran lo que habrían cobrado en exceso, porque ya había confirmado que ese no era el valor de lo que consumieron, llegaron una cantidad de personas como en gavilla”, fue el relato de una mujer que fue testigo del hecho.
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