Colombia
Alerta: estos municipios de Cundinamarca corren peligro por posibles deslizamientos
Debido a las lluvias y sismos, al menos diez municipios de Cundinamarca están en alerta por deslizamientos.
Las persistentes lluvias y los sismos que han sacudido todo el país, provocando graves estragos en los municipios de Cundinamarca, evidencian la constante amenaza de emergencias en cualquier momento.
Es relevante subrayar que el departamento lleva tres años bajo estado de calamidad pública debido a las lluvias, que han generado inundaciones, deslizamientos, avalanchas, crecientes súbitas, granizadas, vendavales y tormentas eléctricas en gran parte de su territorio.
De acuerdo con Angélica Herrera, directora de la Unidad Administrativa Especial para la Gestión del Riesgo de Desastres de Cundinamarca (UAEGRD), las provincias más perjudicadas por estos fenómenos son Sumapaz, Gualivá, Río Negro, Guavio y Oriente.
“Las fuentes hídricas que más crecen cuando llueven son el río Negro, que pasa por la provincia con ese mismo nombre, y la de Gualivá, que es muy agresivo. También, el del Sumapaz”, señaló Herrera.
En relación con los de, Herrera informó que los municipios en alerta roja son Guayabetal, Paratebueno y Medina, todos en la cordillera Oriental. En alerta naranja están Quetame, Gutiérrez, Fosca, Gachalá, Ubalá y Topaipí. Y en alerta amarilla se encuentra Cáqueza.
Es importante mencionar que el fuerte sismo de 6,1 grados de magnitud ocurrido el pasado jueves afectó a 12 municipios (Guayabetal, Fómeque, Quetame, Fosca, Ubalá, Gachetá, Tocaima, Gachalá, Cáqueza, Girardot, Medina y Sibaté).
En Guayabetal, la vía al Llano tuvo que ser cerrada debido a deslizamientos. En Gachalá, 198 viviendas resultaron dañadas, tanto en áreas rurales como urbanas; de estas, 12 quedaron completamente destruidas.
La directora de la UAEGRD de Cundinamarca explicó que los deslizamientos están relacionados con el calentamiento global y el cambio climático. No obstante, destacó que al inspeccionar los terrenos afectados, se descubrió que también sufren la consecuencia de la deforestación, debilitando las montañas.
“Es un poco de todo, pero también hemos encontrado que cuando ha habido afectaciones a viviendas, están construidas en las rondas de ríos, en sitios no permitidos, y a esto se suma que está lloviendo mucho y lo que hacen los terrenos es saturarse”, explicó.
Incluso, la UAEGRD identificó deficiencias en los planes de ordenamiento territorial. Por ejemplo, en Quetame, donde ocurrió la última emergencia por lluvias, no se cuentan con estudios básicos de riesgo, un elemento crucial para detectar las áreas de peligro.
Según Herrera, el objetivo de esta administración es financiar estos estudios en 18 municipios. No obstante, esta tarea compleja, que lleva unos cuatro meses, se ve demorada por la falta de recursos en algunos entes territoriales.
De los 116 municipios de Cundinamarca, 64 tienen estudios básicos de riesgo, mientras que los demás se encuentran en ejecución o en etapa de ajustes.
“Desafortunadamente, teniendo en cuenta que los eventos de deslizamiento y remoción en masa son causa de la saturación de los suelos, es muy complejo prevenirlos. La mano del hombre ha intervenido para que este tipo de cosas pasen, no se puede predecir algo así”, afirmó Herrera.
El 17 de julio, hace un mes y dos días, la vereda Naranjal de Quetame sufrió una de las tragedias más devastadoras del departamento. Dejó 28 personas fallecidas, 46 familias afectadas y graves daños en la vía al Llano.
No obstante, la funcionaria aclaró que el riesgo no está limitado solo a Naranjal, sino que afecta a las 27 veredas del municipio. Todas enfrentan deslizamientos y daños en la infraestructura vial. “La falla es en todo el municipio”, enfatizó Herrera.
Cabe destacar que la recuperación de Quetame depende en gran medida de los recursos disponibles, y se requieren aportes significativos del Gobierno Nacional.
“No hemos recibido el suficiente apoyo del Gobierno Nacional y los procesos son demasiado lentos dentro de la Unidad Nacional. Nos quedamos mucho en mesas de trabajo y la comunidad no nos quiere ver reunidos, sino con respuestas específicas”, afirmó la directora.
Para atender la emergencia, diversas entidades departamentales han proporcionado ayuda humanitaria, la cual ha llegado no solo de los habitantes de Cundinamarca, sino también de todos los colombianos.
Además, el Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca (Iccu) ha puesto a disposición maquinaria para limpiar, recuperar vías y estabilizar laderas, entre otras acciones.
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