GOBIERNO
Así va la protesta de campesinos que tiene paralizadas las vías de Santander
Habitantes de los páramos de Santurbán y Almorzadero cumplieron su promesa y desde la madrugada del pasado viernes salieron a manifestarse en los principales corredores viales e Santander. El transporte de carga, de alimentos y de pasajeros es el sector más afectado hasta ahora tras los cierres.
Desde la 1:00 a.m. del 20 de enero, los corredores viales Los Curos - Málaga, Bucaramanga - Bogotá, Bucaramanga - Cúcuta, Málaga - Bogotá y Málaga - Cúcuta quedaron con movilidad nula tras la toma de estos puntos por parte de los campesinos parameros de Santander que exigen mayor atención del Gobierno nacional.
Se trata de habitantes de zonas de páramo de cerca de 14 municipios del Almorzadero y 10 más del páramo de Santurbán, quienes hacen parte de las marchas y el cese de actividades.
Con piedras, palos, cuerdas, pancartas y vehículos atravesados sobre las vías, los campesinos bloquearon el paso de cientos de vehículos que intentaron movilizarse por estas arterias.
“Desde las 7:00 p.m. del pasado jueves salimos en camiones desde los municipios de San Andrés, Guaca y Santa Bárbara. Llegamos en la madrugada del viernes a Los Curos y comenzamos a protestar. Tenemos personal en este punto, en La Honda y Berlín, por la carretera a Cúcuta y en la Troncal Central del Norte hay puntos de protesta en La Lejía y Silos”, afirmó Julio Elías Vargas, líder de los parameros en García Rovira.
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El transporte de alimentos fue uno de los primeros afectados con las manifestaciones, ya que sólo en el caso de la leche que se transporta desde García Rovira se dejaron de movilizar cerca de 85.000 litros hacia Bucaramanga. Además, no hubo movilización de papa de Cerrito, cebolla de Berlín y distintas hortalizas que se cultivan en las zonas afectadas por la movilización.
En este sentido, los campesinos expresaron que aunque son los primeros perjudicados con el cese de actividades, están cansados de las promesas y de diálogos que se vienen postergando por cerca de 10 años.
Por su parte, en el sector de Los Curos, pasajeros del transporte terrestre, provenientes de Bogotá, Boyacá y las provincias de Guanentá y Comunera, decidieron bajarse de los automotores y, con maleta al hombro, caminar varios kilómetros para llegar al casco urbano de Piedecuesta. Otros viajeros optaron por pagar transporte informal en moto para llegar a sus destinos.
Quieren que Petro hable con ellos
Vicente Castro, otro vocero de los parameros, indicó que sus comunidades han tenido que dialogar con más de seis ministros de Ambiente durante los últimos años, pero ningún presidente de la República les ha dado la cara para dialogar sobre la situación.
Aseguró que el último encuentro se dio el año pasado en Málaga con la ministra Susana Muhamad, quien les informó que la delimitación del páramo y la Ley de Delitos Ambientales ya estaban en firme y lo único que había que hacer era hacerlas cumplir.
Precisamente, durante el pasado viernes, una comisión conformada por representantes de los dos páramos y la Gobernación de Santander viajaron a Pamplona para reunirse con delegados del Gobierno nacional en una mesa de diálogo.
Sin embargo, aseguraron que su intención es “reunirnos con el presidente en el territorio. Hemos visto que él ha dialogado con indígenas, insurgentes, afrodescendientes y nosotros no queremos ser la excepción, Queremos que se nos solucione la problemática”, expresó Ferney Villamizar, líder del municipio de Guaca.
Asimismo, Adalberto Ospino, líder de Tona, indicó que “la solidaridad con nuestros campesinos se tiene que dar en la acción. Invitamos a las autoridades a no cerrar los canales de comunicación con nuestras comunidades que dicen sí a espacios de participación, pero también sí al territorio, al desarrollo económico y la conservación ambiental.
La protesta continuará
Los parameros aseguraron que continuarán en los puntos de concentración hasta tanto tengan soluciones reales a sus necesidades. No se abrirá paso por los corredores viales ocupados, pero habrá corredores humanitarios para facilitar el traslado de ambulancias, carros fúnebres, automotores con medicamentos y oxígeno y para personas mayores de 80 años que transiten por allí.
Para su sostenimiento diario, los protestantes movilizaron alimentos, enseres de cocina y otros elementos con los que desarrollan las ‘ollas comunitarias’ que le brindan alimento a quienes participan de la protesta.
Además, Adalberto Ospino reiteró que “continuaremos acompañando de manera pacífica y legítima nuestro derecho democrático de ejercer la protesta social”.
Los motivos del paro
Julio Elías Vargas, habitante del páramo del Almorzadero, dijo que “desde hace varios años se inició ese proceso estatal en contra de los habitantes de los páramos en Santander”.
El vocero de los campesinos se refiere a varias determinaciones gubernamentales, que les estaría restringiendo las actividades agrícolas en zonas donde ancestralmente venían trabajando.
La primera decisión que los afectó se dio el 20 de enero de 2018 cuando se delimitó la zona protegida del páramo del Almorzadero a partir de los 2.800 metros. Sobre esta línea, habría muchas parcelas con productos agropecuarios de residentes de ese sector.
Otro de los puntos es la promulgación de la Ley de Delitos Ambientales, a mediados de 2022.
“Algunos de estos artículos castigan la actividad agrícola en las zonas que ellos consideran protegidas, pero donde desde hace mucho tiempo hay siembras. Por ejemplo, si sembramos una mata de cebolla y ellos lo consideran delito ambiental, tendremos que pagar millonarias multas que no podremos costear”, aseveró Vargas.
La discordia también se desató por la titulación predial, ya que, para el caso del páramo del Almorzadero, los lugareños afirmaron que se necesita “la legalización de nuestras tierras”.
El líder cuenta que el 60 % de García Rovira aparece como si fueran terrenos con falsa tradición, “pero estas las heredamos de nuestros padres, de nuestros abuelos, de quienes han vivido aquí toda la vida”.
Habitantes del Almorzadero aseguran que su páramo fue delimitado a partir de 2.800 metros, precisamente donde se desarrollan los cultivos de papa, cebolla, hortalizas y actividades de ganadería.