La historia detrás de la demolición de la casa museo de Pablo Escobar: ¿qué fue lo que pasó?

Con una intervención articulada entre las secretarías de Seguridad y Convivencia, Gestión y Control Territorial y la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, en la mañana de este 10 de julio se llevó a cabo el operativo para verificar la demolición de la estructura denominada ‘Casa Museo Pablo Escobar’, ubicada en la Loma del Indio, en el sector de Las Palmas, al sur de la capital antioqueña.

Tras varios años de litigios y sanciones urbanísticas, las autoridades de control territorial lograron evidenciar la irregularidad normativa de este predio levantado por Roberto Escobar, conocido como ‘El Osito’ y hermano del extinto capo del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria.

Este sitio se había convertido en uno de los lugares con mayor afluencia de turistas en la ciudad al ser una de las paradas obligadas de los denominados ‘narcotours’, recorridos ofrecidos tanto por particulares como agencias donde se visitan algunas de las propiedades y espacios emblemáticos que marcaron la vida de uno de los hombres más sanguinarios y poderosos del país durante la época del narcotráfico.

De acuerdo con la orden de demolición, impuesta por la Inspección de Policía 9B, el predio de ‘El Osito’ tenía una construcción de dos plantas que no contaba con los permisos necesarios para su funcionamiento, edificación y apertura al público.

Aunque las autoridades distritales dispusieron un operativo de más de 50 personas, al llegar al lugar encontraron que este espacio ya había sido demolido por parte de su propietario. “Rechazamos el uso del territorio para aquellas actividades que promuevan el narcoturismo”, dijo el subsecretario operativo de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín, el coronel Omar Rodríguez Aranda.

Tras varias acciones de tutela interpuestas por Escobar y que fueron negadas por un juez, se había notificado la orden de demolición para hacerla efectiva en los términos legales hasta el 30 de junio, pero solo fue hasta este 10 de julio, cuando se desplegaron las acciones para la verificación de la disposición judicial.

Aunque la construcción en disputa fue demolida, aún se estudian si es posible imponer nuevas sanciones sobre el terreno en el que aún se encuentra la vivienda del hermano de Pablo Escobar.

Aparte de estas dificultades en materia predial, hace más de cuatro años la extinta Casa Museo también había sido intervenida por parte de la Alcaldía, ya que no contaba con algunos permisos en materia turística para operar.

Desde inicios de noviembre de 2018, el Viceministerio de Turismo le otorgó al lugar su respectiva licencia de funcionamiento tras verificar los certificados de cámara de comercio, Dian, bomberos y estudio de suelos.

Este tipo de construcciones, que han sido catalogadas por parte de la institucionalidad como una apología al narcotráfico y al delito, al mismo tiempo han sido espacios de debate y reflexión en entornos académicos de la ciudad.

Las razones van desde el mismo propietario del predio que en varias oportunidades pidió que no estigmatizaran su negocio porque era una alternativa de sustento y no tenía que ver con los crímenes en los que estuvo envuelta su familia, hasta otras más profundas que han argumentado que con la desaparición de estructuras físicas no se borra la huella del narcotráfico aún latente en muchas realidades de Medellín.

La polémica la suscitó especialmente la implosión a inicios de 2019 del edificio Mónaco, una lujosa propiedad de ocho pisos cerca a la Avenida El Poblado y el Club Campestre, que fue la residencia por varios años de Pablo Escobar y su familia.

La administración de Federico Gutiérrez llevó a cabo en este lugar la construcción de un parque memorial denominado Inflexión en honor a las víctimas de la violencia del narcotráfico en la ciudad, especialmente miembros de la fuerza pública.