Conozca la heroica labor de ‘Paco’ y ‘Kratos’, los guardianes de cuatro patas que visitan a militares heridos tras atentado en Arauca

‘Paco’, un perro criollo rescatado por las Fuerzas Militares y ‘Kratos’, un pastor belga que nació en los criaderos del Ejército Nacional se han convertido en los guardianes de los militares que permanecen en el Hospital Militar de Bogotá tras el atroz atentado que sufrieron en Arauca.

Los dos caninos de la ‘Fuerza Peluda’, que cuentan con entrenamiento especializado, brindan acompañamiento emocional a los pacientes que permanecen en la Institución. Su apoyo, según los mismos militares, ha sido un aliciente para transitar este difícil momento.

Los “comandantes” caninos están brindando apoyo emocional a los 16 uniformados que aún permanecen en el Hospital Militar, luego del atentado que sufrieron en una base militar del municipio de Puerto Jordán, Arauca.

Para la subteniente Andrea Masmela, una de las sobrevivientes al atentado del ELN, la compañía de ‘Paco’ y ‘Kratos’ en el hospital se ha convertido en una “fuerte ayuda psicológica”.

Según el Hospital Militar, las visitadas asistidas con perros especialmente entrenados buscan proporcionar apoyo emocional y psicológicamente a los pacientes. La terapia que brindan los caninos militares hace parte del programa de humanización que el Hospital ha puesto en marcha, por medio de visitas supervisadas.

“Estas sesiones están diseñadas para fomentar la recuperación, reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, tanto de pacientes como del personal asistencial”, explica la Institución en su sitio oficial.

La ‘Fuerza Peluda’, como ha sido denominado este grupo de guardianes tiene cuatro integrantes: Paco y Kratos, y Rafa y Polo, dos labradores cachorros que están en proceso de entrenamiento para brindar apoyo emocional a los pacientes.

La estancia de los militares en el el Hospital Militar también permitió el encuentro familiar entre el suboficial Luis Miguel Ariza, uno de los militares que resultó herido, y su hermana, la enfermera Jenny Ariza, quien atiende a las víctimas del ataque.

“La primera persona con la que tuve contacto fue mi hermana. No era la reunión que yo quería, pero ella me prestó la ayuda necesaria mientras estuve acá en el Hospital Militar”, contó Ariza, quien llevaba más de cuatro meses sin compartir con su familia.

El hospital ha brindado atención de alta complejidad, utilizando todos los recursos disponibles para el tratamiento de los militares que resultaron heridos en el atentado. En la Institución permanecen 11 uniformados, de los cuales siete continúan en UCI.

Cabe recordar que el atroz ataque cobró la vida de tres militares y dejó heridos a otros 27, la mayoría de ellos trasladados a la capital colombiana.