FARC
Crimen de Álvaro Gómez: Estas fueron las revelaciones de Carlos Lozada ante la JEP
El exjefe guerrillero y hoy senador compareció este jueves ante la jurisdicción especial. Aseguró que el magnicidio "hizo parte de la lógica de la guerra".
Haber conocido los horarios en que el líder conservador Álvaro Gómez daba clases en la Universidad Sergio Arboleda fue lo que desencadenó el plan que finalmente terminó acabando con la vida del ex presidente de la constituyente y ex candidato presidencial el 2 de noviembre de 1985.
Así lo explicó ante los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz y representantes de las víctimas el senador del partido de las Farc Carlos Antonio Lozada, quien en ese momento se desempeñaba como comandante de la red urbana Antonio Nariño, que según reconoció ejecutó tres de los seis homicidios de impacto político que fueron reconocidos por las Farc recientemente.
Lozada reconoció que los crímenes cometidos por las Farc no fueron parte de un plan muy estructurado sino que más bien eran provocados por alguna circunstancia coyuntural como tener acceso a información de la víctima o que hubiera un hecho que pudiera facilitar el crimen.
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En el caso de Gómez, Lozada explicó que el líder conservador, desde la creación de las Farc, era visto por esa organización como una de las personas responsables de haber desatado el conflicto con el Estado.
Sin embargo, al tener acceso a los horarios en los que el líder conservador daba clases en la Universidad Sergio Arboleda la red urbana Antonio Nariño solicitó en ese momento autorización para cometer el crimen al Bloque Oriental, que comandaba en ese momento Jorge Briceño, alias 'Mono Jojoy', y la obtuvo.
Incluso, contó Lozada, el crimen se cometió en poco tiempo, menos de un mes después de dada la orden, porque estaban cerca las vacaciones universitarias y tenían que ejecutar el crimen antes de que llegaran.
Lozada también contó que la acción fue realizada por cuatro hombres que hacían parte del comando de la red urbana Antonio Nariño, tres de ellos ya muertos: alias 'Danilo', quien murió en un enfrentamiento con la Fuerza Pública entre Fusagasugá y Arbeláez; Chayanne, quien murió como resultado de la masacre de Mondoñedo, que también es objeto de un proceso ante la JEP; Freddy, también muerto en esa masacre, y Sebastián, quien desertó un tiempo después de las Farc, y Lozada dijo no conocer su situación actual.
Según Lozada, Álvaro Gómez era visto por las Farc como una de las personas responsables de haber desatado el conflicto con el Estado.
Otros crímenes
Lozada también habló de los crímenes del general (r) Fernándo Landazábal y los ex comandantes guerrilleros José Fedor Rey y Hernando Pizarro.
En el caso del general (r) Landazábal, señaló que era considerado como un objetivo militar para la guerrilla, no solo por su condición de general sino como uno de los "ideológos de la guerra contrainsurgente".
Añadió que lo que precipitó su asesinato fue que los guerrilleros accedieron a una tarjeta de presentación en la que estaba la dirección de su oficina.
Eso les permitió descubrir que quedaba a pocas cuadras de su casa y que parte de su rutina era que hacía un recorrido con cierta periodicidad de su casa hacia su oficina. En ese momento, toman la decisión de asesinarlo.
Según explicó Lozada, en la operación participaron tres miembros de la red urbana Antonio Nariño, comandados por alias Javier Paz, quien falleció en 2004, víctima de cáncer. También tomaron parte 'Danilo', que lideró el crimen de Álvaro Gómez, y 'Armando', que murió en 1999, en un enfrentamiento con la Policía.
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En el caso de Hernando Pizarro, quien fue comandante del frente Ricardo Franco, junto con José Fedor Rey, Lozada explicó que eran considerados como un objetivo por parte de las Farc por haber cometido la masacre de Tacueyó.
El crimen fue cometido por un comando de la red urbana Antonio Nariño, dirigido por Vladimir Zambrano, Ruben, que murió después en los hechos de Mondoñedo.
Los guerrilleros se hicieron pasar por agentes de la Fiscalía y se llevaron a Pizarro con una falsa orden de allanamiento. En el camino Pizarro se dio cuenta de que lo iban a matar y empezó a gritar por la calle pidiendo ayuda, pero no logró evitar el asesinato.
Sobre los crímenes de Pablo Emilio Guarín y Jesús Bejarano, Lozada manifestó que no tenía mayor información porque fueron cometidos por otra célula guerrillera que no estaba bajo su mando.
Sin embargo, sobre el caso de Guarín señaló que era identificado como el jefe de una organización paramilitar del Magdalena Medio, mientras que de Bejarano afirmó que se le identificaba como alguien que tenía la instrucción del Gobierno Gaviria de entorpecer el proceso de paz que en ese momento se buscaba negociar con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar y más bien fraccionar esa estructura que combinaba a todos los grupos guerrilleros de la época.
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