Decano de medicina de la universidad Javeriana habló sobre Catalina Gutiérrez: “Era una persona muy querida y respetada en el Hospital San Ignacio”

Carlos Gómez Restrepo, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana, habló en La FM acerca del suicidio de Catalina Gutiérrez, médico residente en el programa de cirugía de dicha institución y quien dejó una nota que ha generado grandes debates en el país sobre la salud mental de los profesionales de la salud debido presuntos maltrataos que sufren al cursar sus especialidades.

El Dr. Gómez Restrepo, quien es psiquiatra, aseguró que es importante revisar el sistema de formación de los médicos: “La versión de lo ocurrido es que toca pensar seriamente en la necesidad de empezar a cambiar un poco la formación médica. Con todos los adelantos que hay, es excesiva y hay mucho que aprender. Hay mucho que tener para cumplirle mejor a los pacientes”, añadió en su conversación con dicho medio.

Además, el médico aseguró que las extenuantes jornadas y las condiciones laborales pueden afectar a la salud física y mental de los estudiantes: “Los cambios en el número de horas creo que van a repercutir. La formación médica a nivel de los hospitales, con dificultades de diversa índole, lleva a situaciones complicadas. Uno trata todos los días con la vida y la muerte, con familias que están exigiendo, con pacientes angustiados y preocupados, con colegas que también están enfrentando dificultades.”

Sin embargo, Gómez aseguró que no solo en la medicina se viven estas situaciones, sino que en la mayoría de carreras los estudiantes padecen situaciones similares: “Los estudiantes universitarios enfrentan problemas similares a los de otras profesiones. Hay un ambiente de trabajo complicado que requiere estrategias para manejar estas situaciones”, aseguró en su entrevista con La FM.

El decano informó que la doctora Catalina era muy querida por sus compañeros y que a pesar de que recibió apoyo, su caso fue muy difícil para la comunidad universitaria: “Ella tuvo un acompañamiento de un año antes de ingresar a la residencia porque la querían mucho. Era una persona muy querida y respetada en el Hospital San Ignacio, donde trabajó antes de su residencia”, dando a entender que ella ya habría manifestado algún padecimiento de salud mental, pero había recibido ayuda.

“Como decano, la conocí en el pregrado y siempre la vi como una mujer encantadora y querida, muy amable y siempre nos la llevamos bien”, sostuvo en medio de la conversación con el medio de comunicación.

Ante todas las denuncias de médicos de todas partes del país, sobre posibles malos tratos en sus residencias médicas, el decano aseguró que, aunque puede suceder, estas conductas no son admisibles en su institución: “No es permitido y hay unas vías de comunicación de eso que tienen que ver con el coordinador de cada residencia, con el director de cada departamento.”

Y añadió que: “Hay unas vías claramente donde se pueden expresar todas las dificultades a través de en primera instancia, a través del departamento, y luego puede subir en algunos casos a la oficina posgrado y llegar a decanatura”.

El decano afirmó que para él y la institución la noticia del fallecimiento de la residente fue muy desgarrador y se están considerando todas las aristas del caso: “Lo que puedo decir es que no hubo dificultad en la atención, es algo muy privado de ella”, concluyó en la entrevista con La FM.