CONGRESO DE COLOMBIA
El balance que hace Germán Blanco, presidente de la Cámara, de esta legislatura
El saliente presidente de la Cámara, Germán Blanco, sostiene que se requieren varias reformas más estructurales del Estado.
El tercer año de sesiones del Congreso de la República estuvo marcado por los efectos de la pandemia del Covid-19, que obligaron a que el trabajo legislativo fuera virtual en su mayoría, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
Al cierre del periodo, el presidente de esta última corporación, Germán Blanco, entregó un balance de lo logrado en el año, que dejó 184 proyectos aprobados entre leyes y reformas constitucionales, además de la realización de trece debates de control político al Gobierno.
También destacó que la Cámara escuchó a los colombianos que han protestado desde abril pasado, para lo cual se dieron audiencias públicas, y reconoció que todavía están por aprobarse las principales reformas que reclaman los ciudadanos que han salido a las calles.
¿Cómo terminó esta legislatura marcada por la pandemia del Covid-19 y las sesiones virtuales?
Fue muy particular, no pensamos llegar a la presidencia de la Cámara en medio de estas circunstancias, pero eso fue lo que nos tocó. Lo que creo es que los tiempos de Dios son perfectos y hay que aceptarlos. Hicimos un trabajo permanente, constante, disciplinado.
¿Cuál es el balance, entonces, de este año legislativo?
En este año encontramos 635 proyectos de ley radicados, lo cual dobla los presentados en los últimos años. Son cifras que vale la pena citar, porque habla de la capacidad constructiva de los representantes en la presentación de proyectos y de actos legislativos. El 92 % fueron de origen parlamentario, el 6,6 % del Gobierno y el 1,4 % de organismos de control. Las cifras son solo un parámetro del rendimiento legislativo, pero es importante destacarlas.
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De ese paquete fueron aprobados 184 proyectos, entre proyectos de ley y actos legislativos, que fue una aprobación récord en la Cámara. Se dieron además 65 conciliaciones, como también dos objeciones presidenciales. Se realizaron también 111 sesiones ordinarias, trabajando los martes, los miércoles y los jueves.
¿En el control político, qué se puede destacar?
Los debates de control político se institucionalizaron por partidos y no solo por congresistas. Esto, con el fin de dar mayor participación a las bancadas. En total se hicieron trece debates, una cifra además muy superior a otras legislaturas. La mayoría de los partidos agendaron sus debates y se hicieron los miércoles.
También tramitamos dos mociones de censura a los respectivos ministros de Defensa (Carlos Holmes Trujillo y Diego Molano), los cuales generaron debate de control político. Un debate más se dio en el marco del Estatuto de la Oposición.
¿Cuál fue el balance de las audiencias públicas que se dieron en el marco de la protesta social?
Por primera vez en la Cámara se dieron estos espacios y por diez días se abrieron las puertas a las organizaciones sociales, la institucionalidad y, además, nos desplazamos por el territorio nacional, como por ejemplo a Cali, donde escuchamos el sentimiento de los colombianos que adelantan su protesta social.
¿Y las reformas que reclama el país, cuándo se tramitarán?
Sí, falta la reforma tributaria, la reforma a la salud e indiscutiblemente la reforma a la educación. La reforma a la justicia se había aplazado mucho y en varias oportunidades. Faltan cosas, pero aquí le estamos dando herramientas a este sector, que lo está reclamando desde hace muchos años, recursos importantes.
Creo que se requieren varias reformas más estructurales del Estado, deben ir de la mano de todos los sectores, tienen que ser concertados los proyectos que se presenten en adelante. Cuando no hay concertación en los proyectos, pasa lo que pasó con la reforma tributaria que se cayó.
Un reclamo más de la gente es que al Congreso se le quiten algunas funciones, como elegir magistrados. ¿Pero, cómo explicarles a los colombianos esas funciones?
La separación de poderes. Tenemos que entender que hoy la Constitución así lo manda, que se está buscando que cuando se eligen estas personas se mantenga la independencia y la autonomía. Que esos magistrados, si bien los elegimos, muchos de ellos tengan la independencia necesaria para trabajar.
Creo que debe haber elección popular para muchos de estos magistrados. A mí, por ejemplo, no me gusta ni siquiera la elección por cooptación. Debe haber es una carrera progresiva que permita ascender a aquellos que comienzan desde muy temprana edad esta carrera para llegar a ser magistrados.
Los jóvenes piden que puedan ser elegidos, así lo han expresado en sus reclamos. ¿Qué piensa de esto?
Creo que la Constitución Política de Colombia requiere de muchos cambios y uno de ellos puede ser ese. La edad de madurez mental de una persona está lista a los 18 años. Creo que, cuando la Constitución enmarca unas edades, limita la participación y eso no es bueno. Creo que deben haber unos requisitos para que se garanticen sus deberes.
¿Qué hacer con los bloqueos que persisten en el país, cree que son una forma de protesta válida?
Los bloqueos no son legales, menos constitucionales. Le hemos pedido a la Fuerza Pública y a los alcaldes y gobernadores que actúen, pero racionalmente. Primero, creemos que se debe adoptar el diálogo. No soy amigo de la fuerza desmedida del Estado.
¿Pero el Gobierno sí está trabajando en atender ese reclamo de millones de colombianos?
El Estado colombiano no tiene los billones que se requieren para entrar a suplir las múltiples necesidades básicas insatisfechas de todos.
El Gobierno está preparando una nueva reforma tributaria, que dicen la presentarán a partir del 20 de julio. La aspiración del Legislativo, que no está participando de estas mesas de negociación, es que se tenga en cuenta lo que ha pedido la gente. Cualquier reforma fiscal tiene que pasar por el Congreso de la República y aquí aspiramos que esta reforma traiga muchos de esos componentes para los menos favorecidos.
¿Pero a corto plazo no hubo nada?
Ninguna política de Estado es a corto plazo, todas son a mediano y largo plazo. Estos cambios trascendentales toman tiempo para que realmente se vean los frutos.
¿Estamos en esta situación por la polarización política?
Yo no estoy de acuerdo con el caudillismo. Las personas -todas, y más cuando orientan- tienen una responsabilidad muy grande, y ese es el llamado que les hacemos a los distintos líderes nacionales, a los partidos y movimientos. Aquí tenemos que pensar más en sociedad. Hay que pensar más en la gente que en los partidos y en el personalismo. Lamento que sea tan difícil unir a todos los sectores por los egos de muchos de nuestros dirigentes y hay además muchas aspiraciones, tenemos un año preelectoral.