Mario Suárez Porras, el mejor fotógrafo de aves del mundo, está en Cali: esta es su historia (y sus fotos)

Por Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes - Fotos: Mario Suárez Porras

Mario Suárez Porras carga con un peso al que ya se acostumbró: ser considerado el mejor fotógrafo de aves del mundo.

— Cuesta trabajo. Al principio no me lo creía, pero empezaron a llegar premios absolutos. Y luego la gente se interesa por ti, como que un día Canon te llame para nombrarte embajador de su marca. Y todo por las fotografías.

El currículo de sus reconocimientos ocupa siete hojas en Word. Allí se lee que es ganador absoluto del Festival de l’Oiseau et de la Nature’ en Francia, y Premio al mejor fotógrafo de Naturaleza de España en el Festival Internacional de Cine de Canarias. También fue finalista en el ‘Bird Photographer of the Year’ en el Reino Unido y National Geographic le ha otorgado varias menciones de honor, además de publicarle sus fotos.

— Siempre busco la parte artística de la fotografía de aves. Soy pionero en eso. Quiero retratar la belleza de las aves para que de esta manera la gente las respete y las cuide.

Mario, que nació en Asturias, España, en 1968, y además de fotógrafo es profesor de primaria en el mismo colegio desde hace 30 años, está en Cali como invitado en la Feria Internacional de las Aves de la ciudad. Su conferencia se llama ‘Inspirado por las aves’, como el título del libro que publicó en 2023, en el que explica en detalle cómo lograr fotos de pájaros que parecen pinturas, en campo, sin recurrir a los trucos del Photoshop.

¿Cómo empezó la pasión por las aves y la fotografía?

Empezó por el amor de mi padre hacia la naturaleza y en concreto por los pájaros. Siempre, en los paseos, me inculcaba el amor por las aves. Cerca de donde nosotros vivíamos había bastante naturaleza y mi padre iba conmigo a los paseos porque no tuvo más hijos, soy hijo único. Entonces yo nací amando la naturaleza y las aves.

¿Y la fotografía?

Mi padre no era fotógrafo, pero tenía una cámara muy buena para aquellos años, principios de los 80, una cámara réflex, y yo empecé a cogerla, a trastear con ella, hacer fotos de naturaleza, y al ver mi padre que se me daba bien la fotografía, me regaló su cámara. Ese fue el detonante para empezar a hacer fotografías, una cámara profesional. En aquellos años no todo el mundo podía disponer de una cámara réflex.

Asturias es una zona con abundantes especies de aves…

Así es. Es una zona de aves y con una naturaleza increíble. De hecho, el eslogan que tiene el gobierno de Asturias es: Paraíso Natural. Es una región que se distingue para todos los españoles como algo importante en cuanto a naturaleza. Tenemos combinación de unas playas increíbles, unas montañas increíbles, unos valles increíbles, es decir que se da todo. Es un lugar ideal para la migración de las aves, un paso migratorio muy importante.

¿Desde niño tenías claro que te ibas a dedicar a la fotografía de aves?

No, cuando empecé con la fotografía, con esa cámara que me regaló mi padre, sucedió que al poco tiempo entré en el instituto, con la suerte de que allí había alumnos que formaron un grupo fotográfico. Les dieron un antiguo salón de clases que no se utilizaba para convertirlo en laboratorio fotográfico, y como me gustaba mucho la fotografía y tenía la cámara que me había regalado mi padre, me apunté. Ellos me acogieron, y empecé a trabajar.

Mis primeros contactos con la fotografía un poco serios fueron en blanco y negro. No solo naturaleza, también casas viejas, detalles, fotos sociales. Y luego, a la vez que hacía blanco y negro, diapositivas de los paisajes que tenemos en Asturias que ya te digo que son de los más importantes en España, di el paso con las aves. Pero ese paso lo di cuando hubo el cambio de la fotografía química a la digital. Me parece que el término químico es más apropiado que el término analógico.

Cuando se cambió de la fotografía química a la digital, fui de los primeros en dar el cambio porque vi las ventajas, y cuando di el cambio a la fotografía digital, que ya no había que gastar mucho dinero en rollos y en papel fotográfico, se podía invertir en equipos, empecé a invertir en teleobjetivos para empezar a tomar fotos de aves porque era algo que tenía siempre ahí. Desde niño me encantan las aves.

¿Es cierto que criabas pájaros?

Esa es una anécdota muy simpática. De niño, con 8 o 9 años, fui con mis padres de viaje a las Islas Canarias, en España. Allí es donde hay un pájaro muy bonito que es el canario. Es uno de los pájaros que tienen el canto más lindo, un canto maravilloso. Son endémicos de esa zona de España y yo con 8 años sabía que estaban allí los canarios y se me antojó en ese viaje traerme uno. Todos los niños se traen una toalla, una camiseta, una visera, pues no, a mí se me antojó un canario.

Ahora está prohibido, pero en aquellos años, finales de los 70, la gente podía comprar pájaros en los mercados. Me llevó mi padre a un mercadito y compró un canario auténtico - que locura, lo pienso ahora y se me ponen los pelos de punta – y lo más curioso es que mi papá consiguió convencer a la azafata para meterlo en el avión en una pequeña jaula.

Así me traje el canario a Asturias. Con ese canario y con una hembra que me dio un vecino, efectivamente me puse a criar canarios en mi casa siendo un niño. Quería que sacasen huevos y criarlos. Así que mi relación con los pájaros viene de siempre. Y cuando llegó la fotografía digital empecé a centrar mi labor fotográfica, que nunca la había dejado, exclusivamente a las aves, que son mi pasión.

Además de fotógrafo, eres docente, e inculcas el cuidado de la naturaleza. ¿Cómo lograrlo?

Soy profesor de los últimos años de primaria, de 10 a 12 años. Hace 30 años que soy profesor en el mismo centro. Y siempre en esas edades, es decir que son edades que conozco muy bien. Uno de mis propósitos es inculcarles a los niños el cuidado del planeta, porque la Tierra no tiene repuesto. Así les digo. Les pongo el concepto que cuando se acaba el bolígrafo saco la barrita de tinta y puedo cambiarla, pero nuestro planeta no tiene recambio. Siempre les estoy mostrando mis fotos y comentándoles las anécdotas que hay detrás de cada una y de lo que me he encontrado en la naturaleza. Intento poner mi granito de arena por el cuidado del medio ambiente.

Hay pajareros que hacen locuras por esta afición. ¿Cuál ha sido tu locura?

En mi caso me encantan todas las aves porque me parecen maravillosas y eso que pueden hacer, que es desplazarse de un sitio a otros cruzando fronteras volando, algo que para nosotros es impensable. Pero de entrada te digo que me gustan todas las aves, aunque las que más me gustan son las marinas. Son a las que les dedico más tiempo. Pero lo que más me atrae de las aves con respecto a la fotografía no es conseguir fotografiar una especie nueva o en particular. Lo que me gusta es fotografiar la belleza de las aves desde un punto de vista artístico. Es por lo que se me reconoce a nivel mundial: buscar la parte artística de la fotografía de aves.

Y siempre haciéndolo desde la cámara, que es de lo que trata mi ponencia en la Feria Internacional de Aves de Cali; sin utilizar Photoshop. Consigo fotos de las que hay gente que dice que es imposible conseguirlas. En mi charla explico cómo lo consigo. Siempre trabajando en el campo, con las aves delante, sin Photoshop. Conseguir fotos que parecen pinturas, o con desenfoques increíbles, que la gente dice que los hago clonando con el Photoshop, o con acercamientos increíbles que parece que he recortado muchísimo con Photoshop, no, todo eso lo hago en el campo, que es lo que tiene valor.

Cuando te postulas en un premio internacional lo primero que te piden una vez que les gusta la fotografía es el archivo original. Y a día de hoy, en los 20 años que llevó en fotografía y ganando premios, nunca me han tirado para atrás un archivo digital.

¿En qué consistirá la charla en la Feria Internacional de Aves de Cali?

Se titula ‘Inspirado por las aves’, que de hecho es el título de un libro que el año pasado publiqué, que recoge mi trabajo con las aves en los últimos 20 años, donde muestro cómo se saca la belleza de las aves, fotografiándolas, para que así la gente cuando admire esa belleza las respeta y las cuide.

¿Qué aventuras se tienen cuando se es fotógrafo de aves?

Me encantaba fotografiar el celo del ave de mayor peso del mundo, que es la avutarda. No la hay en América. Son como un pavo muy grande. Un macho adulto puede llegar a pesar 20 kilos y vuelan bastante. Y tienen un cortejo que es increíble. Pero fotografiar la avutarda es difícil. Es un ave que se asusta mucho con el hombre, porque en España, cuando acabó la Guerra Civil, a finales de los años 30, había muchísima hambre y la gente veía esas aves e imagínate, cazar una avutarda les garantizaba comida toda la semana. Entonces una avutarda ve a un ser humano a cientos de metros y sale volando.

Por eso, para fotografiarla, te tienes que esconder mucho. Tienes que hacer un escondite, cuanto más pequeño mejor, así tendrás más éxito de que ese bulto que sobresale en la naturaleza, no sobresalga mucho y no se espante el ave. Además, el celo de la avutarda se da en España en el mes de abril. En ese mes hay 16 horas de luz solar. Y para meterte en el escondite y que tengas éxito, te tienes que meter de noche y salir de noche. Por lo tanto, tienes que estar más de 16 horas metido en un escondite que como te decía, no puede levantar mucha altura, es como un metro cúbico, no te puedes poner de pie, es un cuadradito pequeño en el que tienes que estar metido más de 16 horas sin salir para comer ni para ir al baño ni nada.

Y tuve que pasar por esta experiencia tres veces. La primera vez que lo hice nada, vi unas avutardas lejos pero no tuve suerte, la segunda vez lo mismo, pero en cambio, la tercera vez, al tercer año que lo hice, tuve muchísimo éxito y pude fotografiar todo el cortejo y la cúpula de la avutarda, y logré grandes retratos. Más que ir a un sitios lejos, que he viajado a muchos sitios a fotografiar aves como Finlandia, para fotografiar el águila pescadora, o a Escocia para fotografiar alcatraces, pero más que ir a un sitio buscando un ave concreta, a mí lo que me gusta es, si un ave me gusta, me da igual ir varias veces a un mismo sitio, no me importa repetir, con tal de intentar conseguir fotos bellas de esa ave.

¿Qué aves te han sorprendido por su inteligencia?

Las aves más inteligentes son los córvidos. Cogen con el pico algún palo, alguna cosa, para abrir bolsas de basura en la ciudad y sacar alimento, por ejemplo. Las llaman urracas.

Pero más que eso, lo que más me asombra es el ave que tiene el récord de volar más tiempo sin parar. Es una proeza sobre humana, y es la aguja colipinta. Es un ave que la hay en América. Tiene que cruzar grandes distancias desde donde cría, en el Ártico, a la zona más al sur del planeta. Esta especie es capaz de volar – se ha registrado científicamente porque les han puesto GPS en la espalda – unos 13 mil kilómetros o más, en 9 días, sin ninguna pausa ni para comer ni para nada. Es el ave que tiene ese récord.

Y algunas paran, porque no pueden mantener ese récord, y lo hacen muy cerca de mi casa, en Asturias. Es un ave que tengo muy fotografiada y es una especie para mí muy especial.

¿Qué te han enseñado las aves?

Mucha ternura, mucho amor, pero sobre todo mucho afán de superación.

Para quien está empezando a tomar fotos de aves, ¿qué consejos darle?

Antiguamente sí que hacía falta invertir mucho dinero para comprar material fotográfico para fotografiar fauna, en especial aves. Hoy en día, con la constante evolución de las cámaras, se puede comprar material de segunda mano a muy buen precio. Entonces hacer una buena inversión en la lente es clave. No tiene fecha de caducidad. Los cuerpos sí, son ordenadores, y cada poco hay que cambiarlos, pero la lente no. La mayor inversión debe estar en la lente. Y luego tener paciencia, que al final haciendo las cosas bien se consiguen grandes fotos. No hace falta tener un gran equipo para hacer grandes fotos de aves.