COLOMBIA
Excomandante paramilitar pidió perdón por asesinato de la hermana Yolanda Cerón
La monja fue asesinada el 19 de septiembre de 2001, en Tumaco.
Tras casi veinte años del asesinato de la monja y lideresa social Yolanda Cerón Delgado por parte de excombatientes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), uno de sus cabecillas reconoció su responsabilidad en el crimen. “La hermana Cerón no era guerrillera, fue una gran líder social que no merecía morir de la manera que lo hizo, todas las vidas humanas tienen el mismo valor pero asesinar a una líder social es terminar con el buen vivir de las comunidades, por eso también pido perdón porque con su muerte, lesione la vida de todo el territorio”, dijo Guillermo Pérez Alzate, excomandante del Bloque Libertadores del Sur de las AUC.
También pidió perdón a los familiares de esta mujer que se entregó por completo a servirle al prójimo y a luchar por los derechos de los más necesitados. Añadió que vive convencido de que “las más de 20.000 mil muertes por culpa de la violencia, los más de seis millones de desplazados, las más de 25.000 víctimas de desaparición forzada entre muchas otras cifras vergonzosas son la mayor prueba en esta guerra injusta en la que la población humilde es la que más ha sufrido y los equivocados somos nosotros, los responsables de las violaciones de derechos”.
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Agregó que quisiera poder borrar todo el dolor que causó y dijo que crímenes como el de Yolanda nunca debieron suceder. Finalizó diciendo que tiene arrepentimiento, que pide perdón e invitó a los grupos que están en guerra a que entiendan que: “la violencia en vez de solucionar los problemas del país, agrava todos, las grandes transformaciones que todos anhelamos no vendrán del uso de las armas, estas surgirán de un gran diálogo nacional”.
Lea también: MinSalud pide volver a restricciones en ciudades con altos contagios de covid Yolanda Cerón fue asesinada el 19 de septiembre de 2001, frente a la iglesia La Merced en pleno casco urbano de Tumaco, por paramilitares del Bloque Libertadores del Sur de las AUC. Para ese momento, ella era directora de la Pastoral Social local y su trabajo se destacó por hacer defensa del territorio a través de denuncias y una labor de resistencia comunitaria frente a la ocupación del mismo. Su muerte generó una afectación importante en su familia, en la congregación religiosa de la cual hacía parte y en las comunidades afro con las cuales trabajó durante décadas. Así lo recordó durante el evento, Ángel Estacio, líder comunitario del Pacífico nariñense, quien se refirió a Yolanda como una mujer hermosa y conquistadora y recitó un relato en su honor, en que la recordó con el corazón. Por su parte, Yenyt Cristina Narváez, sobrina Yolanda, la recordó en medio de lágrimas como una mujer que siempre denunció con franqueza todo lo que sucedía, luchando siempre por las necesidades afro e indígenas y añadió que “con su asesinato quedamos a la deriva y sin el faro que nos guiaba, por una violencia que hasta ese momento se evidenciaba por noticias. Tocó nuestras vidas de forma inminente y terriblemente dolorosa” Agregó que perdona a aquellos que cometieron el crimen, pues “más allá de saber si merecen o no este perdón, nuestra decisión es otorgarlo como símbolo de la libertad, amor y crecimiento, eso que nuestra tía Yolanda nos inculcó a través de su existencia” También dijo que se sienten abandonados 20 años después del crimen, no tuvimos apoyo profesional: ”mi abuelo y mi tía partieron de este mundo sin conocer la verdad acumulando el dolor” En este evento también habló Juan Carlos Cerón, su hermano, quien dijo que lo más duro es que hayan pasado 20 años y ellos aún siguen con la intriga de saber la verdad y le pidió a todas las comunidades negras que: “sigan adelante porque el trabajo apenas comienza, después de 20 años es un reto para que sigan luchando por lo que les pertenece. Hoy revive Yolanda”, agregó.