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Expertos le explican por qué la familia colombiana está en crisis

Colombia es uno de los países donde la estructura familiar tiene mayor inestabilidad. Las parejas cada vez se casan menos y conviven más. Y el impacto lo reciben los niños.

4 de marzo de 2015 Por: Alda Mera | El País.

Colombia es uno de los países donde la estructura familiar tiene mayor inestabilidad. Las parejas cada vez se casan menos y conviven más. Y el impacto lo reciben los niños.

La familia en Colombia está al borde del abismo. Mientras se transforma para ponerse a tono con los nuevos cambios sociales y económicos del país, transita por la cuerda floja de la inestabilidad de pareja, al tiempo que los hijos se asoman a la hondura de la pobreza, menor acceso a la educación o mayor riesgo de enfermedad.Lea también: Pobreza y desnutrición, raíz de otros males de la crisis familiar. Esta lectura se desprende del estudio Mapa Mundial de la Familia 2014, realizado por las entidades Child Trends, Social Trends Institute y ocho universidades del mundo, incluida la de La Sabana por Colombia.La investigación analiza indicadores de 49 países, incluido Colombia. Y su croquis no es el mejor: El 55 % de los niños del país viven con adultos diferentes a sus padres, haciéndolos vulnerables a la violencia, hacinamiento y abusos. Un 11 % viven sin sus dos padres. El 84 % de los bebés nacen de madres solteras y es el país donde más crece la unión libre (35 %) y cae el matrimonio (19 %).Y toda esta inestabilidad familiar, golpea a los hijos. “Tenemos las tasas más altas de niños que viven sin sus dos padres (solo superada por algunas naciones africanas), la de gente que menos se casa y de bebés que nacen fuera del matrimonio”, resume Pablo Andrés Salazar, profesor del Instituto de La Familia de la Universidad de La Sabana e investigador por Colombia. ¿Cómo impacta esto a la sociedad? Con la separación de los padres, habrá menos ingresos familiares y se reflejará en más desnutrición y menos crecimiento, más enfermedades y menor acceso a la educación; más desprotección y menos cuidadores. Y lo más grave, menos afecto para un normal desarrollo sicosocial.“La menor proporción del mundo de parejas que se casan, sea por una iglesia o por lo civil, indica una mayor vulnerabilidad para los niños porque tienen una mayor probabilidad de que vean a sus padres separados”, indica Salazar. Igualmente señala que diversos estudios muestran cómo se reducen los recursos económicos que tienen los niños cuando la unión de la pareja se va al traste. “Dicho de otra manera más simple: la separación y el divorcio empobrecen”, sentencia.En cambio, los niños que viven con ambos padres, van a tener redes de apoyo más sólidas, como las de su familia extensa, materna y paterna. “Los niños que tienen una vida más estable presentan mejores rendimientos académicos y desarrollos en su socialización, en lo sicosocial y en lo sicoafectivo”, afirma Salazar.No significa que a un niño o niña, aclara, que viva solo con el padre o la madre, necesariamente le va a ir mal. Los sicólogos en el informe aclaran que la estabilidad puede resultar beneficiosa para los niños cuando sus progenitores disfrutan de relaciones sanas y armónicas, pero perjudicial si por el contrario son muy conflictivas. De hecho, la violencia intrafamiliar contra la mujer es de los mayores motivos de separación de parejas. Para la psicóloga Victoria Cabrera, profesora del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, lo importante es que la nueva estructura familiar que se está consolidando tenga una funcionalidad tal, que contribuya al crecimiento y desarrollo armonioso de quienes la integran. “Lo importante es que esos lazos familiares sean cada vez más sólidos, más estables, con un vínculo afectivo más fuerte, de tal manera que cuando se presente una adversidad, las personas cuenten con esa persona de la familia que la apoya y que impide que se sienta solo”, sostiene.Separaciones, en alza La psicóloga Victoria Cabrera menciona que una de las causas de tanta separación es que la gente no quiere asumir sus responsabilidades familiares. “Para evadir el compromiso que implican los vínculos familiares, pretenden buscar otra organización con nuevos vínculos afectivos abandonando los previos”, sostiene como causa de tantos hogares uniparentales (con solo madre o padre).Otros casos obedecen al conflicto que vive Colombia, hay papás que mueren previamente, o se tienen que desplazar a trabajar a otras ciudades.Les pasa a doce adolescentes que albergan y sostienen los frailes de la Comunidad Católica Luz de Cristo en el Hogar San José del barrio Alfonso Bonilla Aragón. A uno la guerrilla le asesinó la mamá. A otro, el padrastro es alcohólico y no lo acepta en el nuevo hogar de la mamá. Otros, de padre ausente y las madres trabajan. Cuando la comunidad los recibe, la desnutrición se nota en el bajo peso y baja talla, piel manchada. “Tienen poco pelo y muy reseco, sin brillo, uñas débiles y la mirada opaca y triste”, dice la médica Carolina Castro, que ha visto esta situación en niños del jarillón del río Cauca, migrantes de Cauca y Nariño. Las abuelas han adquirido protagonismo para el cuidado de los nietos, ya que la madre sale a trabajar. Entonces la familia se transforma para ser más funcional, pero priva al niño de las dos figuras, la materna y la paterna. Le pasó al taxista Javier Rincón. Él asumió la crianza de los dos hijos de su esposa, Isabel, cuando eran niños, pero cuando crecieron y él los quiso corregir, ella no lo comprendió y vino la separación. Ahora solo se ven por su hijo en común, de 13 años y que vive con la mamá y él lo ve los fines de semana, pero que ya le reclama que se quiere quedar solo con su papá.¿Te piensas casar?El no a esta pregunta, que tanto ronda a los jóvenes en Colombia, lo adjudica el profesor Salazar a que la gente no comprende el matrimonio en su totalidad, en su profundidad. “Se ve como un trámite o como un acto legal –comenta– y no se capta como un hecho natural que perfecciona lo que pide el enamoramiento de dos personas”. Entre quienes no han contemplado casarse está Francisco Villamarín, un artista, quien vive en unión libre hace cinco años con su novia: “Para qué me caso, igual voy a pagar el mismo recibo, el mismo mercado...” A veces las personas, señala el investigador, no se dan cuenta de la dimensión del matrimonio. No se refiere a la fiesta sino a la institución, en la cual la pareja adquiere unas responsabilidades respecto a sí misma, respecto a otras personas y sobre todo, respecto a los hijos. “No valoramos suficientemente qué significa casarse”, opina.Muchas personas argumentan que casarse es costoso, añade, y que ellos se quieren y pueden expresar su amor sin necesidad de hacer unos trámites y una fiesta. El nuevo rol femeninoInvestigaciones del Banco Mundial, BM, citan como causas de los cambios dramáticos en la estructura de la familia en Colombia, el uso de los anticonceptivos, el acceso de la mujer al mercado laboral, el mayor acceso y mejoría de la educación, la cultura de equidad y la penetración de los medios de comunicación en el hogar.El médico Óscar Echeverri Cardona, presidente de la Fundación Restrepo Barco y ex funcionario del BM, califica de trascendental que la mujer haya adquirido su derecho a estudiar y a trabajar, pero dice que eso ha tenido una incidencia muy importante en la estructuración de la familia.“Veníamos de una sociedad totalmente arcaica, machista, y esos cambios han sido muy positivos respecto del estatus de la mujer. La cuestión es que todavía hay una necesidad enorme de igualdad de derechos y de deberes entre hombres y mujeres”, denuncia.La inestabilidad familiar de hoy Echeverri la atribuye a las nuevas formas de relacionarse: “El matrinoviazgo, los amigovios o la poliamoría son tres ‘innovaciones’ para ensamblar una familia. Incluso, hay películas como Amigos con Derechos, muy famosa”, comenta.De ahí la tendencia predominante en el país de familias uniparentales, con alta tasa de divorcios e hijos de distintos padres y madres. Lo cual impacta las funciones de la familia, que son cuidado, socialización y afecto.También se han modificado las formas de relacionarse. “Hay una tendencia a aceptar que los padres son amigos de sus hijos y los padres sí deben ser confidentes con respeto, pero la amistad tiene condiciones que son incompatibles con la relación padre (madre) hijo”, menciona. Otros, señala, “dicen que sus padres son sus ‘cómplices’, término que tiene una connotación muy negativa”.Para el investigador Salazar, otra razón es “la sociedad líquida, como dijo el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, en la cual las relaciones no son muy estables, entonces no nos sentimos cómodos entablando compromisos a largo plazo”.Otros sociólogos norteamericanos como Alvin Witten, en su libro de la nueva familia, sostiene que la cuestión no es tanto que las personas no quieran casarse, sino que cada vez les cuesta más trabajo encontrar pareja a su medida. “No hallan esa persona para compartir el resto de sus vidas. Y no sucede solo en Colombia, es una tendencia mundial”, dice Salazar.La razón, explica el docente, “radica en que la gente está buscando una mayor flexibilidad o libertad en sus relaciones emocionales; carecen de suficientes recursos financieros; o simplemente perciben el matrimonio como un proyecto arriesgado e innecesario si ya se convive”, dice. Madresolterismo, la tendencia“Independientemente de la Ley de Paternidad Responsable, que como muchas leyes en Colombia, no funcionan o no son aplicables en todas las circunstancias, dice la psicóloga Victoria Cabrera , lo que debemos buscar es hacer conciencia en papás y mamás que el ejercicio de la paternidad y de la maternidad es importante en la vida de un niño”.“Hay mamás que piensan ‘yo saco adelante mis hijos sola y me importa cinco el papá de ellos’, explica y reflexiona: “No. Es importante que ella entienda que esa figura masculina es significativa en la vida del niño”.María Fernanda Soto, casada con José María Barona, dice que admira las madres solteras y que no sabría cómo criar sola a sus hijos, un adolescente y dos niñas. “El apoyo de mi esposo es importante, no tanto por lo económico, sino porque siento esa fuerza y esa protección que él nos da a todos”, dice.“Además, con la sola voz de un hombre los hijos dicen ‘aquí hay normas, tengo que obedecer, unos deberes que cumplir”, comenta sobre el rol de su esposo que le facilita la crianza de sus hijos. Por otro lado, sostiene Cabrera, los papás, en vez de desprestigiar la figura materna, en medio de sus defectos y de sus contradicciones, “deben tratar de hablarle de lo mejor de ella para que el niño aprenda a relacionarse con esa figura femenina que le sirve de referencia con las que se encontrará en su vida”. Echeverri menciona también que entre las mayores causas de divorcio, hay un problema de inestabilidad familiar que lo suscita mucho el hombre, pero termina afectando negativamente la relación con la mujer y finalmente, quien toma la decisión de la separación es él.“A los papás no les duele tanto perder a la pareja como tal, sino quedarse sin esa estructura familiar que da tanta solidez y tanta estabilidad a las personas, lo que significa contar con una pareja, con un hombre, con una mujer y que los hijos también cuenten con unos papás en medio de situaciones adversas”, explica la psicóloga Victoria Cabrera.En conclusión, en la medida en que los niños están creciendo en entornos más conflictivos y de vulnerabilidad, la sociedad del mañana va a estar menos bien. “En el hogar es donde normalmente se aprenden las competencias de socialización, se trabaja en la forma de resolver conflictos, de perdón, pero si están en unos entornos más inestables, no van a desarrollar esas competencias sociales del mejor modo y a la sociedad no le va a ir bien”, puntualiza Salazar.Cifras del estudio- El 55 % de los niños en Colombia viven con adultos diferentes a sus padres, haciéndolos vulnerables a la violencia, hacinamiento y abusos. En países como Suecia, Reino Unido o Rusia esta cifra es del 0 %.- El 62 % de los niños colombianos viven con ambos padres, el 27 % con uno de ellos y el 11 % sin ninguno de los dos.- La tasa de maternidad es de 2,3 % en Colombia, es decir, que ya se acerca al nivel de reemplazo. A mayor número de hijos se afecta el bienestar infantil, pero los hijos únicos se pierden una parte importante de experiencias sociales y sufren de sobrepeso.- Colombia tiene la tasa de madre- solterismo más alta del mundo, con el 84% de bebés de mujeres que no se han casado por lo civil ni por la iglesia.-Las madres solteras que nunca han tenido una relación de pareja estable es mayor en América Latina, con 8,9 %.-Colombia es el segundo país en el mundo con el índice más alto de parejas en cohabitación, con el 35 %, solo superada por Perú que llega al 38 % y Nicaragua con 30 %, de personas en unión libre.- Los ciudadanos de América Latina que menos asumen el compromiso de casarse, son los colombianos (solo el 20 % de las parejas adultas eligen el matrimonio como una opción de vida). Le sigue Perú (24 %), Nicaragua (29 %) y Chile (29 %). Entre el 50 y el 75 % de las personas entre 18 y 49 años en el mundo conviven en unión libre.-En Sur América menos de la mitad de la población está casada, a excepción de Costa Rica y Paraguay.-Las parejas que menos se casan están en Centro y Sur América, con tasas inferiores al 35%; es decir, solo tres de cada diez adultos en Latinoamérica toma esta decisión.-En la mayoría de los países europeos los niveles matrimoniales son moderados, cercanos al 50 %. Y oscilan entre el 37 % en Suecia y el 60% en Rumanía.- El 10 % de las familias en Colombia viven en pobreza absoluta con US$1,25 al día, casi al nivel de Bolivia (16 %) y Nicaragua (12 %), los países más pobres de América Latina.-El 25 % de las familias en Colombia viven en pobreza relativa, por debajo de Perú (33 %), Brasil (31 %), China (29 %), Israel (27 %) y por encima de India (23 %).

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