Fallece joven tras intoxicación masiva durante Asamblea Nacional de Juventudes en Ibagué; piden investigación a fondo

La trágica muerte de Rubén Darío Fernández Monroy, un joven de 25 años, ha encendido las alarmas sobre la organización y manejo de eventos multitudinarios en el país. Rubén fue una de las 300 personas intoxicadas durante la Asamblea Nacional de Juventudes, realizada en Ibagué entre el 22 y 24 de noviembre de 2024, y falleció este jueves 2 de enero en la Clínica La Samaritana de Bogotá.

El evento, que tenía como objetivo reunir a jóvenes de todo el país para debatir propuestas y proyectos, quedó empañado por el caos organizativo y una grave intoxicación masiva atribuida a la mala calidad de los alimentos servidos.

Aunque este evento contó con la presencia de la vicepresidenta Francia Márquez, el presidente Gustavo Petro, quien había sido anunciado como uno de los principales invitados, nunca llegó al encuentro.

El calvario de una madre

Elvia Monroy, madre de Rubén, relató el difícil proceso que vivió su hijo desde que consumió un plato de pollo en el evento. “Yo le pregunté a mi hijo: ‘¿Qué fue lo que pasó?’. Dijo: ‘No, madre, que nos dieron esa comida y nos enfermamos como un 70% de los que estábamos, de los que comimos, porque hubo gente que no recibió esa comida y los que comimos, pues era como si fuéramos borrachos porque hablábamos extraño y teníamos diarrea, vómito, dolor de cabeza, fiebre’”, dijo entre lágrimas.

Elvia describió cómo Rubén pasó por múltiples clínicas en Bogotá tras el evento, enfrentando una falla multisistémica que finalmente le arrebató la vida. “Yo solo pido que el caso de mi hijo lo puedan investigar y que esto no se quede así, porque si él no hubiera ido a ese congreso nada de esto le hubiera pasado, pero mire, ya se me fue mi hijo. Yo tengo conocimiento de que mi hijo no era el único que estaba mal, porque hay más jóvenes que están muy malos, pero viven en zonas muy alejadas donde no hay buenas clínicas”.

La Asamblea Nacional de Juventudes ha sido objeto de críticas por la evidente improvisación y desigualdad en las condiciones ofrecidas a los participantes.

Según testimonios, mientras algunos asistentes se hospedaron en hoteles con servicios adecuados, otros durmieron en coliseos con condiciones precarias. Además, los alimentos servidos a los jóvenes que no se alojaron en hoteles habrían sido los causantes de la intoxicación masiva.

“¿Cómo van a llevar a unos jóvenes, convocar de todo un país, para llevarlos a hacerles eso? Entonces, no convoquen nada, no hagan nada. Y si lo van a hacer, háganlo bien, porque los que no comieron ni se fueron para un hotel, a ellos no les pasó nada porque les hicieron la comida de allá en el hotel”, sostuvo Elvia Monroy.

Otros asistentes también denunciaron desorganización, riñas y la ausencia de medidas preventivas frente a los riesgos de salud de los asistentes.

El caso de Rubén no es único. Según Elvia, otros jóvenes intoxicados continúan enfrentando graves problemas de salud, especialmente aquellos que viven en zonas rurales con acceso limitado a servicios médicos especializados. Ella expresó que su hijo no debió morir y teme que haya más tragedias por la falta de atención adecuada.