Gobierno, comunidades y disidencias del EMC analizaron problemática ambiental del Catatumbo

Como parte de las negociaciones de paz entre el Gobierno Nacional y el Estado Mayor Central, EMC, autonombradas disidencias de las Farc, en Ocaña, Norte de Santander, se desarrolló durante dos días el ‘Diálogo Ambiental, Naturaleza y Paz’.

En el evento participaron líderes de las Juntas de Acción Comunal, organizaciones sociales, comunidades indígenas, campesinos, ambientalistas e entidades regionales y nacionales.

La problemática ambiental en la región del Catatumbo, localizada en el nororiente del país, fue el tema central de la cita y especialmente los daños causados por actividades como el extractivismo, los monocultivos, la deforestación, y la contaminación de los ríos, debido a la falta de tratamiento de las aguas residuales, que han ocasionado la destrucción de humedales, la minería ilegal y los cultivos ilícitos.

Al término del evento, se publicó una declaración conjunta de las partes en la que se indica que, como resultado del diálogo que tuvo lugar allí, se destacaron varios aspectos clave, que precisaron de la siguiente manera, según el documento oficial:

• Creación de una región de paz: se recomendó la creación de una región de paz, en el marco de los acuerdos firmados entre el Gobierno Nacional y el Estado Mayor Central, con el objetivo de profundizar la transformación territorial y contribuir a revertir las causas del conflicto y la injusticia social y ambiental.

• Mantenimiento del cese al fuego: los más de 1100 asistentes pidieron al Gobierno Nacional mantener el cese al fuego, solicitud respaldada por los alcaldes presentes: Ocaña, Teorama, San Calixto, Convención y El Carmen.
• Protección de los humedales: se aprobó la creación de una comisión técnica para la protección de los humedales, con el fin de salvaguardar los 1060 humedales existentes en los 40 municipios de Norte de Santander.

De acuerdo con Semana, los movimientos ambientales, organizaciones campesinas e indígenas presentes en el diálogo abogaron por la “construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales, ordenamiento territorial con el objetivo de proteger el ambiente y la biodiversidad en armonía con el desarrollo sostenible de la región”.