La historia del ganadero de 87 años que fue secuestrado hace casi seis meses por el ELN

Luis Manuel Díaz, el padre del futbolista colombiano Luis Díaz, quien estuvo secuestrado durante 13 días por el ELN, se convirtió en los últimos días en el rostro más visible de este flagelo en Colombia. Aunque la noticia de la liberación de ‘Mane’ Díaz este jueves 9 de noviembre causó júbilo en todo el país, muchos ciudadanos continúan en cautiverio.

El Ejército de Liberación Nacional, ELN, es uno de los principales responsables de que este delito continúe golpeando a muchas familias colombianas. De hecho, como muestra de voluntad de paz, la delegación del Gobierno en las negociaciones con el ELN exige la liberación de todos los secuestrados.

“Hasta ahora solo han reconocido el secuestro del papá de Luis Díaz, pero no han hecho el reconocimiento de otros secuestros y existen pruebas suficientes de que tienen a casi unos treinta secuestrados”, aseguró esta semana Otty Patiño.

La misma estimación fue ratificada por el comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo, quien dijo que se posee información de inteligencia según la cual el ELN tiene privados de la libertad a 31 personas.

Uno de los 31 secuestrados sería Sanín Antonio Mena, un abogado ganadero de 87 años, quien completa cerca de seis meses en poder de la guerrilla del ELN. El adulto mayor fue raptado el pasado 26 de mayo cerca de su finca ubicada en el sector del corregimiento de Montecitos, jurisdicción territorial del municipio de Río de Oro, en el departamento del Cesar.

En su momento, se conoció que, al parecer, el grupo armado dejó la camioneta cerca del lugar en donde fue interceptado. “Mi papá ya lleva cinco meses y medio secuestrado y todavía no tenemos noticias. Estamos con esta zozobra y preocupación“, dijo a RCN Marcel Mena, hijo del octogenario secuestrado.

Su familia también ha advertido que el ganadero oriundo de Norte de Santander, que fue obligado a internarse en la selva, tiene problemas de salud, por lo que clama su pronta liberación. Además, Mena ha sido secuestrado cuatro veces y hace cuatro años su hijo mayor también fue víctima de secuestro.

Otro caso en Magdalena

Otro de los secuestrados que estaría en poder del ELN es el del odontólogo Juan Carlos Bayter, cuyos familiares pidieron al Gobierno que les dé la misma atención y prioridad que se brindó al caso de Díaz. Bayter fue plagiado el pasado 18 de octubre cuando llevaba a sus hijos al colegio, en la vía que conecta a los municipios de El Banco y Chimichagua, en el departamento del Magdalena.

Según dijo su hermana, Ana Karina Bayter, desde el día que se produjo el secuestro la familia no ha tenido noticias del odontólogo, pues nadie se ha comunicado con ellos. “No sabemos nada de su paradero. Nuestra petición es que al menos nos den una prueba de supervivencia, que nos digan cómo está. Nosotros tenemos todos los canales abiertos y toda la voluntad de hablar con sus secuestradores”, afirmó.

Por su parte Alfonso, Bayter, padre de la víctima, explicó que el secuestro se produjo “en el mismo territorio de donde se llevaron al papá de Luis Díaz” y de una forma similar. “También se lo llevaron en una camioneta a nivel de la Ciénega de Zapatosa”, aseguró.

La familia Bayter señala que el Gobierno debe dar la misma importancia a todos los secuestrados, pues todos tienen los mismos derechos. “Todos los que estamos en esta situación debemos poder sentirnos respaldados ante las instituciones y el Gobierno”, indicó el padre del odontólogo.

Ante estos casos, Colombia reclama de forma unánime que la guerrilla del ELN libere a todos los secuestrados que tiene en su poder. El Gobierno, a través de la delegación encargada de negociar un acuerdo de paz con esa guerrilla, dijo que esa será la principal exigencia que se hará cuando la mesa de conversaciones vuelva a reunirse.

A esta posición se sumaron fuerzas políticas, que a través de sus diferentes voceros plantearon que la continuidad de los diálogos de paz debe quedar supeditada a que el ELN libere a todos los secuestrados y se comprometa a suprimir definitivamente la práctica de este delito.