Pasajeros diarios en el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, han caído en un 21 % en los últimos meses

El mercado aéreo colombiano viene sufriendo una serie de bajas importantes. Con la quiebra de las aerolíneas de bajo costo Viva Air y Ultra Air no solo se limitan las posibilidades económicas de los usuarios a transportarse, también han caído considerablemente las ventas en los comercios de los terminales aéreos.

Todos los aeropuertos del país han sufrido esta disminución, pero uno de los que más difícil la está pasando es el de Rionegro, el José María Córdova. Allí llegaban entre 35.000 y 38.000 pasajeros al mes, antes de la situación, mientras que la caída actual cercana al 21 % ha hecho que la cifra esté entre los 28.000 y los 30.000.

Son entonces los comerciantes y también los transportadores los que están pasando angustia con la situación. Estos últimos antes veían cómo, por las pantallas del aeropuerto, se podían contabilizar hasta unos 52 vuelos que eran operados por la aerolínea Viva, lo que les permitía tener una ocupación mínima, en promedio, de unos 7000 usuarios para movilizar.

Javier Benítez, gerente del aeropuerto, aseguró que son los buses colectivos y los taxis los más perjudicados, ya que estos, por lo general, llenaban el cupo de sus vehículos con tal de lograr el máximo posible de pasajeros llevados para Rionegro o Medellín, por ejemplo.

“Obviamente, hay menos viajeros y, posiblemente, suben y bajan menos al aeropuerto. Los pasajeros que se quedaron con las otras aerolíneas usan el transporte individual o tienen sus propios vehículos”, explicó, haciendo referencia a que las líneas restantes, al tener precios mayores, presuponen que sus usuarios son personas con mayores recursos, que prefieren transportarse en vehículos propios u otros más personalizados.

También sostuvo que la situación más crítica la tienen los transportadores que trabajaban bajo la modalidad de liquidación, ya que tienen que cumplir con una meta mínima con su empleador, lo que les puede generar preocupación al ver que no se está llegando a la cifra establecida de común acuerdo.

Por el lado de los comerciantes internos del terminal aéreo, el gerente detalló que no todos la están pasando mal y que es necesario dividir a los establecimientos de venta de pasabocas de los de ropa y artículos.

“La realidad es que el efecto no es negativo para el 100% de los locales. Sí hay una segmentación en los tipos de viajeros, y estos dos o cuatro locales de comida se han visto afectados, pero con el resto del comercio, vamos en números positivos, no son súper buenos como los del año pasado, pero no son negativos”, agregó.

Sostuvo además que alrededor del 98 % de los comercios están cumpliendo con lo que se esperaba para este año, dadas las condiciones, mientras que el 2 % restante recoge a los locales a los que acudían mayoritariamente los pasajeros que se han dejado de percibir.

Aun así, el administrativo aseguró que la situación tenderá a normalizarse, por lo que solo hay que tratar de aguantar por el momento. Asimismo, reveló que las demás aerolíneas ya estarían trabajando para cubrir el vacío que dejaron Ultra y Viva. Avianca, por ejemplo, firmó esta semana contratos para adquirir diez aviones que antes eran operados por Viva.

“El próximo año, lo que entendemos es que van a traer más aviones para atender esa demanda que dejaron, esperamos que con eso podamos mantener el crecimiento”, mencionó Benítez.

Pero sí reconoció que los ingresos del aeropuerto se han visto un tanto perjudicados, principalmente por las tasas aeroportuarias. La meta es llegar a fin de año con cerca de 11 millones de pasajeros; en los primeros dos meses del año, la cifra de usuarios estuvo alrededor del millón o 1,1 millones, mientras que “ahora -en los últimos meses- estamos hablando de 900.000 o 930.000 pasajeros al mes”, concluyó.