Petro arranca su tercer año de gobierno con las mismas promesas de campaña sin cumplir

Dos años después de iniciado el primer gobierno de izquierda en Colombia, la propuesta de cambio se quedó en promesas, la ‘paz total’ solo fortaleció a los grupos armados ilegales, las reformas no alcanzaron eco y la figura del mandatario se sostiene en el discurso permanente de un candidato en campaña.

Esa es la conclusión a la que llegan analistas y politólogos al hacer un balance de lo que han sido los dos primeros años de Gustavo Petro al frente del gobierno; aunque sectores afines al mandatario indican que son muchos los logros obtenidos, pero que no han sido eficientes a la hora de comunicar cada una de esas realizaciones.

Fue un gobierno que generó desde la campaña mucha expectativa de cambio, explica Carlos Charry, director de la maestría y el doctorado en estudios sociales de la universidad del Rosario, “pero la vicisitudes y la falta de una coalición política en el Congreso no le ha permitido generar los cambios esperados y eso ha dado como resultado una sensación de pérdida y de frustración en la población”.

“Es un gobierno que le ha apostado a hacer muchas cosas a la vez y debió haberse concentrado en dos o tres aspectos claves y estructurales como la implementación de los acuerdos de paz y la reforma agraria; esos quizá habrían sido temas muchos más acordes con la historia política, las luchas y la trayectoria del presidente Petro”, agrega el sociólogo Carlos Charry.

Al respecto, Jorge Luis Yarce, analista político de la Universidad Central, considera que pese a las difíciles circunstancias que ha enfrentado el gobierno “debido a la consolidación y el fortalecimiento de la oposición en cabeza de quienes en algún momento estuvieron en la coalición, ha llevado a cabo transformaciones importantes en el marco de las propuestas fundamentales de su proyecto político como la reforma a la educación, la reforma pensional y las reformas que están en trámite en el Congreso. Y pese a que hay un control político muy fuerte, las propuestas legislativas han sido lo suficientemente coherentes como para lograr los votos que permitan su avance y su nacimiento a la vida jurídica”.

Sucedió lo impensado

Entre los aspectos que marcan la primera mitad del gobierno de Gustavo Petro hay algunos previsibles, como las dificultades que tendrían en su camino las reformas llevadas al Congreso, pero lo que no se veía venir era la ola de escándalos de corrupción entorno a sus familiares y amigos desde sus primeros días de gobierno y hasta la fecha.

Entre ellos el escándalos que involucra a su hijo Nicolás Petro presuntamente apoderarse de recursos de procedencia ilícita que entrarían a la campaña presidencial de su padre o el escándalo de corrupción con los dineros de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres, donde están involucrados funcionarios de la línea más cercana del mandatario.

Situaciones que para las personas consultadas marcaron un declive en el proceso político del gobierno del presidente Petro y que dificultaron la consolidación de propuestas sociales, económicas y políticas. Igualmente, dicen los expertos, un plan de desarrollo que no respondió a las necesidades del proyecto político y que no apuntaba a las pretendidas transformaciones.

“Yo diría que el balance es agridulce, pero creo que más agrio que dulce. Digamos que en varios frente el Presidente ha sido un poco errático en su actuar y parte de lo errático está también relacionado con cosas que están hasta cierto punto fuera de su control; y al final, ya sea por equipo de gobierno que conformó o por los tropiezos que ha experimentado en el Legislativo, varias de las reformas insignias prometidas no se han concretado”, explica Juan Nicolás Garzón, docente de la Facultad de Derecho y Ciencias políticas de la Universidad de la Sabana.

“Si uno evalúa al gobierno a la luz de las banderas por las cuales se eligió, diría que ha sido relativamente pobre en lo que ha podido concretar en términos de cambio”, agrega Garzón.

La desarticulación del primer gabinete y el rompimiento de la colación de gobierno dificulta aún más las relaciones políticas del primer mandatario, quien ha puesto en los cargos claves del gobierno a su grupo de amigos de extrema izquierda.

De acuerdo con el senador de Cambio Radical Carlos Fernando Motoa, “este es definitivamente un gobierno de retórica, de discurso, de permanente campaña en la plaza pública o a través de la red X (twitter), pero que no tiene realizaciones, que no ha podido concretar esos anhelos de la población colombiana de mejorar las condiciones de vida”.

“En materia económica hemos visto como el desempleo va en aumento, tal vez desde la época de la pandemia no teníamos unas cifras de desempleo tan preocupantes, de dos dígitos, y lo digo también por la situación económica en diferentes segmentos de la productividad del país. Lo que estamos viendo con el sector de la construcción, disminución de ventas del 44%; en el sector comercio, lo que estamos viendo con el sector de infraestructura”, dice Motoa.

El representante Alejandro Ocampo, del Pacto Histórico, destacó que este gobierno “sacara a 1,6 millones de colombianos de la pobreza”, que en el 2023 invirtió más en infraestructura en salud que los gobiernos de Iván Duque, de Álvaro Uribe y de Juan Manuel Santos, y que “llegamos a territorios olvidados y aumentamos la inversión en infraestructura en educación”.

“Hace más de 20 años no se construía una universidad pública en Colombia; y hoy hay proyectos para construir tres; además este gobierno ha permitido que muchos abuelos y abuelas puedan tener una vejez digna y acabó con las pensiones millonarias de congresistas, magistrados y procuradores que se pagaban con el esfuerzo de los colombianos”, concluye el congresista Alejandro Ocampo.