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CAUCA

Protesta indígena convirtió el viaje de Cali a Popayán en una odisea casi imposible

El trayecto puede tardar 12 horas. Hasta la tarde del miércoles había carros represados entre Suárez y Morales, como el bus del equipo de la Liga de Parálisis Cerebral del Cauca.

27 de marzo de 2019 Por: Redacción de El País
Varios tramos de la vía alterna están despavimentados. Municipios como Suárez y Morales no se ponen de acuerdo para definir qué alcaldía debe invertir en las obras. | Foto: Foto: José Luis Guzmán / El País

Tras el bloqueo de la minga indígena, Popayán está cada vez más lejos del interior del país. Este diario intentó llegar a la capital del departamento caucano desde Cali y, tras 8 horas de viaje por la vía alterna a la Panamericana, que atraviesa los municipios de Jamundí, Robles, y Timba, apenas logramos llegar un poco más adelante de Suárez, con una advertencia de las autoridades y los camioneros de experiencia: llegar a Popayán podría tomarse hasta la noche, un horario en el que no es recomendable transitar. La Policía hace presencia hasta las 6:00 p.m.

– Es una medida que tomamos por seguridad nuestra. Estamos en un departamento muy complicado – explicó un oficial de la Policía de Carreteras mientras veía las noticias del mediodía en una tienda ubicada en un sitio conocido como La Toma, desde donde se puede apreciar la reserva de la Salvajina.

Entre ese sector y el municipio de Suárez la fila de camiones y buses detenidos que tenían como destino Popayán, Nariño y la frontera con Ecuador, era de por lo menos 13 kilómetros.

El miércoles, el paso hacia la ‘ciudad blanca’ estaba cerrado por el represamiento de carros que había en Popayán desde el martes, donde miles de vehículos no pudieron salir hacia el Valle debido a los hostigamientos a la estación de Policía de Morales, a la que el martes atacaron con ráfagas de fúsil.

– Hasta que no salga el último carro que está represado en Popayán, no damos vía hacia allá - decía el oficial de la Policía de Carreteras frente al televisor.

Algunos tramos de la vía alterna hacia Popayán son tan estrechos, que apenas pueden ir en un solo sentido vehículos grandes y pesados como camiones y tractomulas. En varios puntos, además, se están haciendo reparaciones para que la vía - despavimentada en algunos puntos entre Suárez y Morales - soporte el paso de los vehículos de carga.

En uno de los buses represados viajaba el equipo de la Liga de Parálisis Cerebral del Cauca, conformado por 9 jóvenes atletas y su entrenador, Fernando Granada. Al mediodía de este miércoles completaban 30 horas de viaje, desde Medellín, donde participaron en el campeonato nacional de fútbol siete y boccia en silla de ruedas.

– Como la carretera Panamericana está cerrada por la minga indígena, nos metimos por Timba, donde debimos pasar la noche porque no había paso debido a otros intentos de bloqueos. En este punto entre Suárez y Morales completamos otras 5 horas. Lo grave es que se nos están acabando los medicamentos, los deportistas tienen un cuadro convulsivo – decía Fernando, el entrenador, de pie en la puerta del bus, donde hacía un calor de por lo menos 36 grados centígrados.

Los jóvenes atletas, mientras tanto, intentaban dormir pese a la incomodidad de hacerlo en un asiento de donde no se habían movido día y noche.

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Una situación similar ocurría en un bus con 40 pasajeros que provenían desde Venezuela. Entre ellos estaba Fabiana, una niña de 4 años a la que le falta un riñón, lo que la obliga a utilizar una sonda.

– Con la niña venimos desde Barquisimeto. Nuestro destino final es Chile. Vamos allá a operarla porque en Venezuela no hay ni las medicinas, ni los especialistas para tratarla. Pero estamos desesperados. Con esta tranca nos hemos quedado cortos de dinero porque debemos comprar comida en carreteras donde no habíamos presupuestado que debiéramos hacerlo. Con otro problema: tengo que cambiarle la sonda a la niña a más tardar el sábado. Ojalá podamos llegar – decía Mery Pacheco, tía de Fabiana.

Luis Aldas, otro de los pasajeros del bus, agregó que en la Iglesia de Timba, los alimentaron el martes y algunos pobladores les dieron posada en sus casas, “pero hubo niños que debieron dormir en una plaza, a la intemperie”.

William Fernando Narváez, conductor de la empresa Coomotoristas del Cauca, hacía, por su parte, cuentas. Había salido de Cali con destino a Popayán el lunes pasado, y dos días después seguía entre Suárez y Morales, aún a unas cuatro horas de la capital del Cauca teniendo en cuenta el estado de la trocha.

El agente de la Policía de Carreteras hacía otros cálculos: debían darle vía a por lo menos 3000 carros que estaban represados en el lado contrario – Popayán – Cali – debido a los hostigamientos del martes, para después abrir la vía hacia la ‘ciudad blanca’.

–No queda otra que tener paciencia – dijo un camionero mientras se fumaba un cigarrillo sentado al borde de la carretera, como acostumbrado a los gajes de su oficio.

Camioneros cargados de cerdos, leche y alimentos congelados advierten que por las demoras en la vía alterna corren el riesgo de perder sus mercancías. Algunos deciden devolverse.

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