¿Quién fue Juan Carlos Henao? El emotivo mensaje con el que recuerdan al destacado jurista caleño

Por Álvaro Llano Ulloa, especial para El País

Este 2 de enero falleció Juan Carlos Henao, un exmagistrado caleño que fue reconocido por haber sido uno de los juristas más destacados de Colombia. Su muerte, producto “de una penosa enfermedad”, causó gran conmoción en el territorio colombiano y, sobre todo, entre quienes lo conocían de cerca.

Henao, quien también fue rector de la Universidad Externado de Colombia, centro de educación superior del que se graduó como abogado, dejó una huella en sus alumnos, quienes compartieron un emotivo mensaje al conocerse sobre su fallecimiento:

* Escogí el Externado para estudiar Gobierno y Relaciones Internacionales por dos razones: primero, porque la universidad tenía una filosofía clara que me llamó mucho la atención. Segundo, por Juan Carlos Henao. El Externado ha sido una universidad anti dogmática, en donde el respeto a las diferencias es la esencia misma de su filosofía como institución. En el Externado se puede pensar como uno quiera, esa es su filosofía. “Educación para la libertad”.

Juan Carlos Henao, rector de la universidad por más de 9 años, materializaba todas las ideas que representan la universidad. Un libre pensador, amante del conocimiento y con un sentido de humanidad profundo. Juan Carlos era el Externado. Lo conocí hace ya algunos años, cuando yo empezaba mi carrera en 2014. Mi abuela me llamó una tarde yo estando en Bogotá. “Mijito, me contó Nelly que no ha visitado a Juan Carlos. ¿Como es posible? Vaya mañana mismo y pasa por su oficina. Él me conoce, su mamá ha sido mi amiga del alma”.

Al otro día fui a la oficina de la rectoría, a cumplir el mandado de mi abuela, en el último piso del Edificio A. Hablamos, pero no lo suficiente. Desde ese momento decidí que quería volver a continuar con nuestra conversación que quedó a medias. Quería volver a hablar con él, no por mandato de mi abuela, sino por mandato propio.

El mejor pretexto para volverlo a ver fue la beca que entregaba el rector cada semestre a los mejores estudiantes. Trabajé para obtenerla y me la gané. Juan Carlos me entregó esa beca personalmente en una ceremonia en el auditorio principal del Externado, en frente de miles de personas. Cuando nos abrazamos me dijo que después de la ceremonia, subiera a su oficina.

Nuestro segundo encuentro fue la puerta de entrada a una amistad muy especial y duradera. Nos veíamos regularmente en los pasillos de la universidad. Siempre atento a sus estudiantes, hablando con todos y escuchando mucho. Por ese momento el presidente Juan Manuel Santos lo delegó como asesor jurídico para lograr un acuerdo de justicia transicional con la entonces guerrilla de las FARC-EP. Fue un referente para mí y toda una generación de volver a soñar que era posible un país en paz.

Nos volvimos a ver en Bordeaux unos años después, cuando hacía mi intercambio académico. Tomamos vino en la ceremonia de cierre de la conferencia a la cual asistía, en el Hotel de Ville junto al alcalde de esa ciudad. Conocí la faceta parrandera de Juan Carlos.

Años después, yo siendo estudiante de maestría en París, nos volvimos a ver. Fueron largas charlas, sentados los dos en algunos cafés por Saint Michel. Hablamos de todo, de lo que me faltó por contarle y volví a ver nuevamente su fascinación por la academia y los libros. Entraba a la librería Pedone sobre la Rue Soufflot como si fuera un niño. En esa visita a París lo acompañé a un evento con estudiantes de la Universidad de París. Habló de la Constitución colombiana junto a su amigo, el ex ministro de educación Jean-Michel Blanquer. Fue una charla abierta, él estaba feliz, los estudiantes aún más.

Meses después Juan Carlos volvió a París. No era el mismo. Parecía otra persona. No tenía la fuerza y la energía con la que nos tenía acostumbrado. Hasta el último aliento trató de hacer su conferencia de esa ocasión, hacer lo que más le gustaba, enseñar y hablar con los estudiantes. No pudo hacerlo. Le tocó cancelar.

Tuvimos una última comida antes de devolverse a Colombia. Fue su última visita a la ciudad luz.

A Juan Carlos le debemos mucho, no solo la comunidad externadista, a la cual representó por varios años con firmeza y pulcritud, sino todo un país. Su legado siempre estará presente, para recordarnos que las diferencias en la forma de pensar se deben respetar, ese es el principio de cualquier democracia. Para recordarnos de vivir sin muchas ataduras, con la “incertidumbre” como principio de vida, como camino a seguir.

Dejó en lo más alto el nombre de Cali y de Colombia tras culminar una carrera académica brillante en la Universidad Pantheón-Assas París con la calificación más alta para su tesis doctoral.

Fue presidente de la Corte Constitucional y asesor jurídico del Gobierno Santos. Gran parte del sistema de justicia transicional, vital para la construcción de paz en Colombia, se lo debemos a él.

En lo personal, Juan Carlos fue un gran referente a lo largo de mi carrera en el Externado y de toda una generación de estudiantes. Nos enseñó la importancia de la academia, de ser siempre honestos, sencillos y buenas personas. Y siempre, pero siempre, ser felices.

Me acuerdo cuando en algún momento me dijo que lo importante era siempre seguir aprendiendo y nutrirse de sabiduría y conocimiento. “Álvaro, no se olvide nunca que la academia paga”. Y sí Juan Carlos, la academia está pagando. En junio 2024 me gradúo de mi maestría en SciencesPo Paris, con muchos sueños por cumplir, con mucho impulso para hacer las cosas bien.