Reforma pensional: qué trabajadores se verían afectados por el proyecto que deberá estudiar la Cámara

Según el texto de la reforma pensional aprobado en el Senado, el país pasaría de dos sistemas que compiten entre sí (prima media y ahorro individual) a uno en el que se complementan, pero la forma de esa complementariedad preocupa a algunos sectores.

La idea es poner un límite a los subsidios estatales que se dan a los pensionados, que hoy cubren mesadas hasta los 25 salarios mínimos, y que, para algunos, funciona de manera inequitativa, ya que le da más plata a quienes tienen ingresos más altos.

Para llevar a cabo ese objetivo se busca que todos los cotizantes se pasen a Colpensiones y reciban el mismo subsidio del Estado, aunque aquellos con ingresos superiores a ese subsidio deberían cotizar el valor adicional en los fondos privados de pensiones. El lío se ha centrado en definir el monto máximo de esa ayuda estatal.

El presidente Gustavo Petro en su campaña del 2022 propuso que fuera de cuatro salarios mínimos y que aquellos con ingresos superiores debían cotizar el excedente en los fondos privados, pero aso provocó molestias porque implicaba la salida casi completa de los afiliados a los fondos de pensiones (el 96 % devengan menos de cuatro salarios mínimos), así como un elevado costo fiscal.

Durante el trámite en el Legislativo se bajó ese umbral a tres salarios mínimos y luego a 2,3, en un acuerdo con el Partido Liberal.

Sin embargo, un día después de la aprobación en el Senado, el presidente Petro dio a conocer que quiere volver a subir el umbral a cuatro mínimos. Por lo tanto, si la Cámara de Representantes aprueba esa opción, la decisión final estararía en la conciliación que se haga de los textos de Senado y Cámara.

Ante esto, oposición, centros de pensamiento y fondos de pensiones privados (AFP) insisten en que el umbral se debe bajar más y ojalá dejarlo en un salario mínimo para acortar el costo fiscal. Sin embargo, Alejandra Sánchez, directora de la Maestría en Actuaría y Finanzas de la Universidad Nacional, cree que, cuanto más se baje el umbral más se complicaría el nuevo sistema, porque no solo se reducen las mesadas (al bajar el subsidio), sino que habría menos capacidad de ahorro.

Su afirmación se basa en los cálculos que hace con sus estudiantes, dado que, mediante un convenio que hicieron con el Ministerio del Trabajo, tienen la información pensional de los 25 millones de afiliados a los fondos privados y a Colpensiones.

Según la experta, se beneficiarían del régimen de transición 2.081.124 colombianos y, sobre el valor de las mesadas, explicó que, teniendo en cuenta las tasas de interés actuales y los rendimientos históricos de las AFP, se podrían hacer simulaciones del cambio en el valor de la pensión.

Así, en el caso de una persona a la que le liquiden la mesada con siete salarios mínimos (hoy 9,1 millones de pesos), recibiría, con las condiciones actuales, 1,9 millones de pesos mensuales si se pensiona con el fondo privado y 4,9 millones con Colpensiones; pero con la reforma, si el umbral es de 2,3, como fue aprobado en el Senado, la pensión sería de 3,65 millones de pesos; si es un umbral de un salario mínimo, serían $ 3,48 millones, y si es de cuatro mínimos, sube a 4,47 millones de pesos. Esos cambios les afectarían solo a aquellos que les liquiden la pensión con más de dos salarios mínimos.

Sánchez insiste en que estas simulaciones son aproximaciones que solo se verán en unos 15 años, cuando se pensionen los primeros colombianos no cobijados por el régimen de transición.

Los artículos más controversiales

El proyecto de ley salió del Senado con 95 artículos, entre los cuales aún hay varios controversiales, además del tema del umbral:

Régimen de transición. Establece quiénes no podrán ser tocados por la reforma.

Se definió que sean los hombres con 900 semanas acumuladas y las mujeres con 750 semanas en el momento de entrada en vigencia de la ley, que está propuesto para julio de 2025. El costo de esa medida, en el proyecto original, era del 16 % del PIB proyectado hasta 2100, y ahora pasa a 28,3 % del PIB.

Traslado de regímenes. Deben transcurrir dos años desde la promulgación de la ley para que quienes tengan semanas puedan ser parte de la transición, pero si no se cambiaron a tiempo de régimen (el plazo máximo es a los 47 años mujeres y a los 52 hombres), lo puedan hacer de manera automática, sin tener que recurrir a demandas.

Menos requisitos para grupos étnicos. La baja en requisitos de edad y semanas para grupos étnicos supone presiones fiscales adicionales, ya que el número de beneficiarios podría llegar a superar los 21 millones, sin contar con los que terminen pidiendo ser acogidos dentro de estos grupos étnicos sin que pertenezcan a ellos.

Blindaje al ahorro. La administración del Fondo de Ahorro que se crea para guardar los recursos de los cotizantes quedó a mando del Banco de la República, entidad que genera confianza en que los recursos no irán a otros gastos.

Beneficios a mujeres con hijos. Se pretende reconocer el trabajo del cuidado que realizan y que no es remunerado. En consecuencia, podrán disminuir 50 semanas de cotización por cada hijo, hasta 850 semanas, y hasta por tres hijos.

Pensión anticipada. El Gobierno asegura que el corazón de la reforma es que nadie se quede por fuera de un aseguramiento para la vejez. Para eso se crean cuatro pilares, según el caso (solidario, semicontributivo, contributivo y voluntario). Los colombianos que quedan por fuera del régimen de transición y hayan cotizado mil semanas podrán acceder a una pensión anticipada, que será de un salario mínimo, pero tendrán que seguir aportando hasta completar las 1300. Es un beneficio para mujeres mayores de 62 años y hombres de más de 65.

El escenario para los jóvenes. Mucho se habla de que la reforma afecta a los jóvenes porque aportarán por años, pero cuando accedan a su derecho a pensión tendrían un retorno más bajo que quienes hasta ahora han tenido pensiones altamente subsidiadas con dinero público. No obstante, la ministra de Trabajo, Gloría Inés Ramírez, asegura que protege el ahorro pensional ya existente y construye un nuevo ahorro colectivo público (en el Fondo de Ahorro del Pilar Contributivo), que será la garantía de pensión de los jóvenes de hoy.