Tras la masacre en batallón de Putumayo investigan si hubo infiltración y soborno a soldados

El 27 de febrero en La Tagua, departamento de Putumayo, el Capitán Juan Pablo Herrera Mazo y el Sargento Segundo Carlos Rojas Otavo habrían sido asesinados por un soldado regular. Se conoció que uno de los soldados que había resultado herido en el ataque, murió horas después, y otro soldado que quedó herido en el ataque, permanece recluido en un centro asistencial en Caquetá, informó el Ejército Nacional en un comunicado.

Los hechos, que aún están bajo investigación de los militares, se presentaron en el Batallón de Selva No. 49 que hace presencia en el municipio de Putumayo.

Las autoridades se encuentran inmersas en una investigación minuciosa para determinar si las disidencias de las Farc ofrecieron incentivos económicos a soldados para llevar a cabo los asesinatos dentro del Ejército colombiano.

En la masacre ocurrida en la unidad militar de Putumayo, tres soldados perdieron la vida a manos de uno de sus propios compañeros, presuntamente bajo órdenes de grupos insurgentes.

¿Infiltrados?

En los trabajos de inteligencia militar se ha identificado a una mujer que pertenece a la estructura “Carolina Ramírez” de las disidencias, como la persona que contactó a los soldados y les encomendó la misión de infiltrarse en las filas del ejército.

Tras perpetrar el asesinato de sus compañeros, el soldado Alexander Orozco huyó del lugar haciendo disparos al aire y con rumbo al corregimiento de La Tagua. El soldado, que llevaba 7 meses y 12 días prestando servicio en la Unidad escapó y luego de horas de búsqueda, finalmente fue localizado.

Ahora las autoridades se encuentran tras la pista de esta mujer, mientras la Justicia Penal Militar lleva a cabo la investigación correspondiente sobre los lamentables hechos ocurridos en el Batallón de Infantería N° 49, en Putumayo.

El soldado capturado

El soldado Alexander Orozco, capturado por las fuerzas militares, es señalado como el responsable de la muerte de sus tres compañeros, y se presume que actuó bajo las directrices de las disidencias de las Farc. Según fuentes de inteligencia, Orozco sería uno de varios infiltrados que recibieron órdenes de asesinar a oficiales y suboficiales dentro del Ejército.

El testimonio de un testigo militar arroja luz sobre la naturaleza de este crimen, “hizo un disparo primero, casi un disparo, como para que fueran a pasar revista... mi capitán se volteó a pasar revista. Cuando se volteó a pasar revista, llegó el man lo prendió, le pegó un tiro en la cabeza. Le pegó dos tiros, uno en la cabeza. Y luego se vino por toda una cunética que hay, era el man que estaba haciendo los disparos y que había matado al capitán. Mi sargento da la vuelta y lo coge por la espalda, le mete como tres tiros”, contó.

El soldado Orozco habría esperado a sus compañeros con el objetivo premeditado de cometer los asesinatos. Tras perpetrar los homicidios, Orozco se dio a la fuga con el armamento militar, dejando el Batallón de Infantería.

Esto se sabe de la captura

Tras el crimen, las autoridades policiales y militares activaron un plan candado en el departamento del Putumayo. Un total de 70 hombres de la Fuerza Pública lo siguieron y con un dron identificaron que el soldado Orozco se transportaba en una canoa en el río Caquetá.

En medio del operativo, el supuesto infiltrado de las disidencias de las Farc fue herido y capturado por las autoridades. Al parecer, intentaba huir en compañía de otro hombre y en su poder tenían el fusil de dotación del uniformado, además de un arma mini uzi que fue arrojada al río Caquetá.

SEMANA también reveló que el soldado, al parecer, fue trasladado al dispensario militar en Putumayo, en donde recibe atención médica. Posteriormente, el hombre será dejado a disposición de las autoridades judiciales competentes.