Valerie Domínguez, de protagonizar un cuento de hadas a un cuento de terror
La exreina Valerie Domínguez Tarud, pasó de los sets de grabación y las pasarelas a los estrados judiciales, al recibir un subsidio por 306 millones de pesos del programa Agro Ingreso Seguro.
La exreina Valerie Domínguez Tarud, pasó de los sets de grabación y las pasarelas a los estrados judiciales, al recibir un subsidio por 306 millones de pesos del programa Agro Ingreso Seguro.
Polifacética, no hay otra forma de describir a la actriz, modelo, exreina y diseñadora, Valerie Domínguez Tarud, quien a sus 31 años ha triunfado en todos los campos en que ha incursionado y es una de las figuras públicas más reconocidas en Colombia. Aunque su reconocimiento pasó de los sets de grabación, las pasarelas, las tiendas de moda y las portadas de revistas; a los estrados y portadas judiciales de los principales diarios del país.El cuento de hadas de esta barranquillera de ascendencia libanesa y siria, tuvo su primer momento de gloria cuando la entonces Señorita Atlántico fue coronada como Señorita Colombia en el año 2005 y recibió el trono de manos de su prima Adriana Tarud Durán.Su sueño continuó en el 2006 cuando viajó a Los Ángeles, para representar a nuestro país en el Reinado Universal de la Belleza en el que siempre fue una de las candidatas más destacadas y le alcanzó para ubicarse entre las 10 mujeres más hermosas del planeta.Su labor en el certamen le abrió las puertas a la reina para incursionar en la 'pantalla chica' en un papel secundario en la telenovela 'El último matrimonio feliz' en el 2006, en la que interpretaba una vendedora de automóviles, desempeñándose de forma destacada.Mientras se consolidaba como actriz, el amor llegó a la vida de Valerie; fue en el 2007 cuando conoció a Juan Manuel Dávila, un exitoso empresario durante las celebraciones de las Fiestas del Mar en Santa Marta. Un mes después de conocerlo, se fueron a compartir un apartamento en Bogotá. Lo que no sabía la reina es que su historia de amor terminaría conviertiéndose en un infierno.Valerie disfrutaba de los privilegios de ser junto a su exnovio, la pareja del momento del Jet Set colombiano, y se les veía en todas las publicaciones de farandula y reuniones sociales; momento que coincidió con el primer protagónico de la actriz en la telenovela 'El último matrimonio feliz' donde interpretaba a 'Barbara', una mujer que era maltratada por su esposo.Lo que nadie sabía era que Domínguez protagonizaba su propia novela gracias al comportamiento celoso y loco de su novio. Las peleas y los golpes eran una historia fuera de cámaras.Todo parecía perfecto hasta el 7 de octubre de 2009, cuando la revista Cambio destapó el escándalo del programa Agro Ingreso Seguro en el que la familia Dávila, junto a la ex señorita Colombia se vieron involucrados.Ahí empezó el capítulo más triste para la vida de Valerie, en el que pasó del horario 'Prime Time' de las telenovelas, a las franjas noticiosas por sus constantes visitas a los juzgados para demostrar su inocencia por recibir un subsidio de 306 millones de pesos. Desde el primer momento, la reina dijo que había sido engañada por su novio, quien le había hecho creer que estaban solicitando un crédito. Pese a que la relación continuó unas semanas, el llamado inminente ante la justicia acabó con el romance y la relación de la 'pareja perfecta'. Valerie no dejó que los problemas acabaran con su vida, lanzó su marca personal de joyas de diseño y viajó a Los Ángeles para estudiar actuación al The Lee Strasberg Theatre And Film Institute de Nueva York, además encarnó a Cristina Oviedo en la serie 'Los caballeros las prefieren brutas' de la cadena Sony, su papel internacional más importante.Todo lo que comenzó como un verdadero cuento de hadas se convirtió en una verdadera pesadilla en los últimos días, ya que Valerie afronta el juicio que determinará si es condenada o no por los delitos delitos de peculado y falsedad en documento, por el caso de Agro Ingreso Seguro.La bella princesa que se convirtió en reina, podría terminar su historia como la bruja malvada o la ingenua engañada.