Así afecta a su piel el tipo de toalla con la que se seca el rostro

La elección de la toalla con la que nos secamos el rostro puede parecer un detalle trivial en nuestra rutina diaria de cuidado personal, pero según expertos en dermatología, este pequeño hábito puede tener un impacto significativo en la salud de nuestra piel. Diversos estudios sugieren que el tipo de toalla que utilizamos puede afectar la apariencia y la salud de nuestra piel de varias maneras.

Las toallas de algodón son las más comunes en los hogares, y su popularidad se debe en parte a su suavidad y capacidad para absorber la humedad. Sin embargo, los dermatólogos advierten que las toallas de algodón pueden ser abrasivas para la piel delicada del rostro, especialmente si se frota con fuerza. El algodón también tiende a retener la humedad, lo que puede favorecer el crecimiento de bacterias si la toalla no se seca adecuadamente entre usos.

Por otro lado, las toallas de microfibra han ganado popularidad en los últimos años debido a su textura suave y su capacidad para absorber la humedad de manera más eficiente que el algodón. Los defensores de las toallas de microfibra argumentan que su tejido más suave reduce la fricción en la piel y ayuda a prevenir la irritación, lo que las convierte en una opción ideal para personas con piel sensible o propensa al acné.

Sin embargo, algunos dermatólogos advierten que las toallas de microfibra pueden no ser la mejor opción para todos los tipos de piel. Aunque son suaves al tacto, su estructura más densa puede retener más bacterias y residuos de productos para el cuidado de la piel, lo que potencialmente podría obstruir los poros y causar brotes de acné.

En última instancia, la elección de la toalla adecuada para secar el rostro depende en gran medida de las preferencias personales y las necesidades individuales de cada persona. Los dermatólogos recomiendan optar por toallas suaves, limpias y que se cambien regularmente para evitar la acumulación de bacterias.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.