¿Qué significa tener un San Pedro en casa?

Hay distintas plantas que hacen parte de los hogares de muchos países. No obstante, hay algunas especies sobre todo que son más apetecidas por algunas personas y son comunes parques, zonas comunes, casas y distintas regiones de cada país, por los atributos que se les adjudican.

Una de ellas es justamente el cactus de San Pedro, cuya presencia en muchos sitios es por una razón muy importante.

Por ejemplo, en Perú, donde más se le ve, existen diversas leyendas urbanas que han pasado de generación en generación y que hasta la fecha, hacen parte de la identidad cultural de ese país.

Una de ellas tiene que ver con este reconocido cactus.

Su nombre científico es Echinopsis pachanoi y pertenece a la familia de los Cactaceae.

Sin embargo, cabe aclarar que existen dos tipos de este cactus: San Pedro hembra (echinopsis pachanoi) y San Pedro macho (echinopsis peruviana).

Esta última especie, crece en los Andes del Perú a una altitud de entre 2,000 a 3,000 metros sobre el nivel del mar.

Esta planta es utilizada en la cultura andina como medicina tradicional para humanos y animales, además de ser una de las plantas más cultivadas en el territorio inca. Al interior del país se le conoce con el nombre de “Huachuma”.

Pero, la denominación de San Pedro se comenzó a emplear por influencia cristiana, pues se dice que San Pedro es quien tiene las llaves del cielo y esta planta al ser consumida puede introducir a las personas a otro mundo, por sus propiedades alucinógenas.

Planta guardián

Sin embargo, en muchos hogares peruanos le atribuyen el cuidado de las casas a la planta de San Pedro, pues según la leyenda popular, impide que los ladrones intenten robar los hogares que poseen este cactus, sobre todo si se está plantado en la zona de acceso a la vivienda.

Aunque esta leyenda no es compartida en todos los hogares, existe esta creencia popular que está muy arraigada.

¿De dónde surge la leyenda?

Según la historia, en uno de los barrios tradicionales de Cusco, unos ladrones quisieron ingresar a una de las viviendas de la zona.

Al parecer aprovechando la ausencia de los dueños de la casa, quienes habían viajado a Lima. Los delincuentes estaban decididos a ejecutar el robo.

Cuando a la casa y estaban a punto de ingresar, escucharon un silbido que los asustó. Inmediatamente, se pusieron en alerta y buscaron quién era la persona que los había visto y que había silbado.

Pero para sorpresa suya, no había nadie que los observara, así que ingresaron a la casa.

Pero cuando ya estaban pasando el cerco del hogar, vieron a un hombre vestido de negro. Este al parecer comenzó a silbar muy fuerte tratando de anunciar que algo sucedía. Los ladrones, muy asustados, huyeron lo más rápido que pudieron.

De acuerdo con la leyenda, no se trató de un hombre, sino que era la sombra del San Pedro que cuidaba la vivienda y evitó que los ladrones ingresen hasta el interior y robaran.

Debido a los fuertes silbidos, los vecinos salieron a ver qué era lo que sucedía y por qué alguien silbaba a cada rato, pero los ladrones ya habían huido.

Desde ese momento, se esparció el rumor de que el cactus San Pedro era un gran protector para las viviendas.

Consumo de la planta

Cabe anotar que en la parte norte del país, el consumo del cactus San Pedro es frecuente y se puede encontrar en todos los mercados en su forma original y como pócimas. El poder alucinógeno que tiene esta planta al ser consumida es por el componente que posee, un alcaloide denominado “mescalina” que puede introducir a la persona a un estado de trance.

Asimismo, en las cerámicas Moche, Chimú, Paracas, y otras más, el cactus es representado por estrellas.

Para los peruanos, el cactus de San Pedro “efectivo” para la seguridad, es aquel que cuenta con un tallo de siete costillas.