Cómo hacer
Rumiar pensamientos: ¿Cómo evitar la preocupación excesiva?
No normalice esta práctica, puede ser nociva para su vida.
La cadena de pensamientos excesivos y repetitivos a cerca de problemas o situaciones actuales, experiencias pasadas o incluso preocupaciones futuras, se conoce como rumia mental. Y hace parte de una patología pasiva que vivencia principalmente aquellas personas que desean controlar todo y en ocasiones se les hace imposible.
Esto puede ocasionar pérdida de contacto directo con su vida, agotamiento mental y físico, ansiedad, sentimientos depresivos, de ahí que se considere la rumia mental es un proceso transdiagnóstico, parece estar implicado en el mantenimiento y el agravamiento de diversos problemas emocionales. Por eso se puede presentar: Rumia depresiva
- Rumia en el trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
- Rumia en el trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- Rumia en fobia social
- Rumia en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
- Rumia en los trastornos de sueño e insomnio
- Rumia en los trastornos de alimentación (TA)
- Rumia en el trastorno por dolor
- Rumia en hipocondría
- Rumia en el trastorno por consumo de sustancias.
¿Cuáles son los pensamientos rumiativos y cómo detectarlos?
Si bien, la mente humana es la encargada de ayudarnos a solucionar los problemas que se presentan, a resolver dudas y tomar decisiones, así como sacar conclusiones y prevenir muchas circunstancias, gracias a la información que con los años guarda, otras veces esto puede jugarle una mala pasada.
En otras ocasiones, este tipo de pensamientos pueden estar relacionados con preocupaciones de las personas, y lejos de permitirles encontrar una solución puede llevarlos por un laberinto de confusiones.
Darle muchas vueltas a las situaciones que no se pueden controlar, terminará haciéndolo sentir agotado y fatigado, y lo alejará de aquello que desea.
¿Cómo detener la rumia mental?
A su vez, la rumia mental puede originar otras conductas nocivas como insomnio, ansiedad o incluso depresión, por eso es importante tomar cartas en el asunto y detenerla a tiempo. Desde la psicología recomiendan entrenar algunas habilidades discriminativas para que el paciente solucione este problema.
De este modo, aprenderá a detectar sus propias emociones y pensamientos (que son fruto de su historia personal y su contexto socio-verbal), discrimine qué hace cuando aparecen estos contenidos y contacte con la experiencia de un YO que trascienda a sus pensamientos y emociones, que elige y da pasos hacia lo que quiere en cada momento, en conexión con aquello que es importante y valioso en su vida.
- Autorregistro: tomar nota de cuando aparecen, qué estoy pensando y cómo nos hacen sentir, para ser conscientes de las situaciones que precipitan los pensamientos e identificar patrones de pensamiento.
- Lista de pensamientos: consiste en escribir todos los pensamientos en una hoja y cuestionarse su validez, su veracidad y su utilidad, buscando evidencias que los respalden.
- Actividades distractoras: pueden ayudar a desviar la atención del pensamiento a alguna actividad placentera para la persona, como ver una serie, leer, dar un paseo o jugar con el perro.
- Hablar de las preocupaciones: exteriorizar estas ideas puede ayudarnos a verlas desde otra perspectiva y salir del bucle. Además, pedir opiniones y consejos nos puede aportar la solución que estábamos buscando.
- Técnicas de respiración, mindfulness y atención plena: estas técnicas nos permiten desviar la atención de las preocupaciones o pensamientos rumiativos hacia las sensaciones corporales y la respiración.
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