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El Escuadrón Antidisturbios, según la normatividad internacional, está establecido como la unidad desarrollada para que los gobiernos doten a los funcionarios de armas y municiones que puedan hacer uso diferenciado de la fuerza y de las armas. Sin embargo, desde algunos sectores a veces se cuestiona su proceder. | Foto: EFE

ESMAD

¿Es necesario el Esmad?, las opiniones de los expertos sobre esta fuerza policial

Analistas no ven con buenos ojos la propuesta de desmontar este organismo. Se muestran a favor de revisar sus protocolos.

15 de diciembre de 2019 Por: Redacción de El País - Colprensa

En medio de la tensa situación que atraviesa Colombia por cuenta de las protestas del paro nacional, que han requerido de la intervención del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, en varias ciudades desde el pasado 21 de noviembre, ha renacido la polémica en torno a la existencia y los métodos que utiliza este cuerpo policial.

Y es que mientras algunos consideran que este cuerpo se excede en el abuso de la fuerza, otros aseguran que el mismo es imprescindible para frenar el vandalismo.

La discusión va a la par con el debate sobre la necesidad de controlar la protesta social y viene alimentada, principalmente, por la muerte del estudiante Dilan Cruz (causada por el impacto de un proyectil del Esmad), pero también por los más de 300 policías y agentes del Estado que han resultado heridos en las manifestaciones.

¿Cómo funcional el Esmad, cuáles son su funciones y qué opinan los expertos de su desmonte?

El presidente Iván Duque y el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, han sido enfáticos en rechazar el desmonte, pues ambos coinciden en que si bien se debe garantizar la protesta pacífica, también se tiene que preservar el orden público en el país.

A su opinión se suma la del experto en seguridad Hugo Acero, quien señala que se debe reconocer al Esmad como una unidad de Policía que es necesaria en los países donde, por lo general, las manifestaciones resultan alterando el orden público.

“Si eso no existe tendría que controlar la unidad de vigilancia que, si bien, cuenta con el bastón de mando, también tiene un arma de fuego”, dice el experto, al anotar que no se debe eliminar el Escuadrón, ya que, de ser así, entraría a reemplazarla una unidad que sí tiene el “permiso” para hacer uso de armas letales, como el Ejército.

Esa posibilidad, de hecho, recuerda los hechos ocurridos en Colombia el 8 de junio de 1954 cuando, en una manifestación organizada por universitarios de la Nacional, resultó muerto de un disparo de fusil de la Policía el estudiante de cuarto año de Medicina y segundo de Filosofía y Letras Uriel Gutiérrez, lo que provocó al día siguiente una nueva manifestación de estudiantes, esta vez en la Carrera Séptima con Calle 13, en pleno centro de Bogotá. En medio de ella el Ejército abrió fuego contra los protestantes, con saldo de 9 muertos y 23 heridos.

“Las consecuencias del desmonte del Esmad serían terribles, empezando porque las armas que utiliza el Ejército no son las adecuadas para combatir turbamultas, son armas de largo alcance para combate de guerra regular o irregular. Además, el entrenamiento de los militares no es para conflicto urbano, sino para áreas abiertas”, explica John Marulanda, consultor en seguridad y defensa.

El experto refiere que las consecuencias de poner al Ejército a enfrentar las protestas generaría un efecto similar al ocurrido en Ecuador, donde los militares salieron sin armas, hecho que convirtió a este organismo, dice Marulanda, “en rey de burlas”.

El consultor resalta que con el desmonte del Esmad el país “quedaría sin una fuerza de choque legítima y legal de estándares internacionales”.

“Se crearía otro equipo de choque, mientras se desgastaría mucho la Policía regular que, por estar atendiendo estas perturbaciones y este vandalismo, no cumpliría con sus obligaciones cotidianas: el atraco, el robó, la pelea... El país entraría en una situación complicada de seguridad”, puntualiza Marulanda.

Panorama nacional e internacional

Según explica el experto en seguridad, “casi todos los países tienen Policía Antidisturbios”, que han sido protagonistas en las recientes protestas de la ‘Primavera Latinoaméricana’. Sin embargo, la situación que vive Colombia se diferencia “por mucho” de lo ocurrido en Bolivia, Chile y Ecuador.

“Los que diseñaron estas protestas creyeron que podían hacer lo mismo que hicieron en estos países, que fueron tomados por sorpresa y desestabilizados en menos de 76 horas. Aquí no pasó eso, primero porque estábamos advertidos. Segundo, porque la Policía colombiana, reconocida como una de las mejores en Latinomérica, soportó muy bien la primera arremetida y ha sabido moverse de manera inteligente”, apunta.

Incluso, el mismo presidente Duque se atrevió a hacer una comparación similar en una reciente entrevista.

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“Mire el número de heridos y el tipo de heridas en Chile y mire el número de heridos y el tipo de heridas en Colombia. Claramente se puede observar el grado de preparación y profesionalismo de la Fuerza Pública en Colombia, que en los últimos días ha tenido que enfrentar más de 700 incidentes de violencia en las calles de nuestro país”, dijo el Mandatario.

Para Hugo Acero, aunque no es aconsejable el desmonte del Esmad, sí “es necesario que se evalúen los mecanismos y protocolos con los que se están rigiendo para que se hagan los ajustes convenientes tanto para la Fuerza Pública como para la población civil”.

“Se debe evaluar lo que ha venido pasando en términos de productividad de los uniformados y exceso de fuerza. Deben revisar los protocolos para saber dónde se deben fortalecer y debe haber un ajuste. Debe haber un esfuerzo mayor de profesionalización para que cumplan su razón en el marco de derecho”, añade el analista Acero.

Los protocolos y la armas

La Unidad Antiditurbios, que hace presencia en 18 de los 32 departamentos del país, tiene protocolos establecidos en la Resolución 02903 de junio de 2017, en el que se estipula el uso legítimo de la fuerza y el empleo de dispositivos, municiones y armas no letales como fusiles lanzagases, escopetas bajo calibre(la que impactó a Dilan), lanzadores de agentes químicos, granadas y cartuchos con carga química, entre otras.

“Incluye cualquier esfuerzo físico usado para controlar o contener a una persona o para vencer la resistencia de alguien”, dice la normativa sobre lo que se le permite al Esmad y lo afirma el director de la Policía Nacional, general Óscar Atehortúa, quien argumenta que esa fuerza tiene como propósito dispersar aglomeraciones que afecten el orden público y que afecten la movilización ciudadana.

“Ninguno de ellos (los uniformados) utiliza elementos improvisados, todos poseen una ficha técnica definida, elaborados en fábricas que tienen certificaciones de carácter nacional e internacional, incluyendo los cartuchos de impacto dirigido de fabricación americana, elaborados en polímero con una bolsa hecha en Kevlar”, explicó.

El general Atehortúa señaló: “Hay que ser claros, bajo ninguna circunstancia la Policía Nacional hace uso de armas no convencionales, siempre somos respetuosos de los Derechos Humanos, del Derecho Internacional Humanitario, de nuestra Constitución y de nuestras leyes”.

Aclaró, además, que los uniformados deben acatar lo dispuesto en la Resolución de 2017, en la cual se expide un manual para el servicio de manifestaciones y control de disturbios:

“El Esmad tiene unos protocolos de acción que va aumentando la cantidad del elemento que utiliza dependiendo de la confrontación”, agregó el Director de la Policía Nacional.

Precedentes

Según explicó John Marulanda, consultor en seguridad y defensa, la idea de desmontar el Esmad viene de un comunicado del ELN en el año 2015.
”Idea que obedecía a sus intereses del momento, cuando estaban reactivando su células urbanas, frecuentes en diferentes universidades”, explicó.

Y agregó que “no me cabe la más mínima duda de que lo que está ocurriendo hoy también obedece a intereses de debilitar a la Policía para, estratégicamente, una vez esta sea incapaz de controlar el disturbio, se dé llamado al Ejército”.

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