Estos son los millonarios negocios que la familia Ambuila montó en Cali

Cuando un año atrás agentes federales y del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ingresaron a una vivienda en un exclusivo sector del lado este del estado de La Florida, ya los Ambuila tenían el sol de Miami en contra.

El allanamiento había sido ordenado por un juez ante la solicitud directa de la oficina del Servicio de Inmigración y Aduanas de los EE.UU., que en conjunto con la Fiscalía General de la Nación de Colombia adelantaba un proceso por presunto manejo de dineros de alguna actividad ilícita.

Ese día, durante el interrogatorio realizado por las autoridades estadounidenses, Jenny Ambuila aseguró que el dinero con el que financiaba su costoso estilo de vida era producto del trabajo de su padre, Ómar Ambuila, de los negocios establecidos en Colombia por su madre Elba Chará y de la venta de un bien inmueble en Cali.

Aunque sus respuestas fueron suficientes para alejar por un tiempo a las autoridades, con el rastreo a las actividades económicas de los Ambuila Chará quedó claro que no tenían cómo justificar un Lamborghini de $1000 millones, bolsos Coco Chanel de $18 millones, el reloj Clé de Cartier que rondaba los $35 millones o un año de estudios que en Harvard puede estar por arriba de los $120 millones.

De vuelta en Colombia los investigadores supieron que la casa vendida en Cali jamás existió; que el pago mensual de la renta donde vivía no lo cubrían ni tres meses de salario de su padre y que los negocios legales de su madre tampoco daban para sostener el mundo de fantasías en el que orbitaba.

De acuerdo con el Documento Privado de Constitución que reposa en la Cámara de Comercio de Cali, Jenny Lizeth Ambuila y su madre, Elba Chará Gómez, declararon el 18 de agosto de 2016 la intención de “constituir una sociedad por acciones simplificadas, denominada Nelato SAS”.

El objeto social de este proyecto empresarial era, según el documento, “desarrollar y ejecutar actividades de preparación, compra y venta de comestibles y productos alimenticios, entre los cuales se encuentra la producción y comercialización de helados congelados a base de nitrógeno”.

Nelato, como llamaron la empresa que funciona desde el 26 de agosto de 2016, seis meses antes de que Jenny comprara el Lamborghini personalizado, abrió dos locales en los centros comerciales Unicentro y Chipichape.

“Constituir empresa en Colombia es difícil y normalmente los primeros meses lo que arrojan son pérdidas”, aseguro de manera informal un funcionario de la Cámara de Comercio, para explicar que es muy improbable que de la heladería salieran las ganancias para dar rienda al tren de vida que llevaba.

Lo curioso en el documento es la incompatibilidad de las otras actividades que tenía como objeto esta sociedad de la esposa e hija del jefe del Grupo de Control de Carga de la Dian en Buenaventura, Ómar Ambuila.

Entre ellos, arrendar, gravar, vender, o enajenar toda clase de bienes muebles e inmuebles y participar en toda clase de operaciones crediticias.

También participar en licitaciones y propuestas de entidades públicas y privadas, recibir en arrendamiento, concesión o usufructo otros bienes inmuebles, o importar y exportar materias primas.

La empresa de Jenny Ambuila y Elba Chará se inscribió por tiempo indefinido con un capital de $90 millones, dividido en 900 acciones a un valor nominal de $100.000 cada una y 500 de ellas quedaron a nombre de Elba y las otras 400, de Jenny. La empresa, tiene como domicilio el sexto piso de un edificio ubicado en la Carrera 100 con Calle 11, en el sur de Cali.

El otro negocio del que recibía ingresos la familia Ambuila para sostener a su hija en Miami era la supuesta empresa Holyday Detalles, que ni figura en Cámara de Comercio y que al final, según los investigadores, terminó siendo una papelería donde venden ositos de peluche.

Otro de los documentos que encontró El País es el acta de constitución ante la Notaría Novena de Cali de la empresa Inversiones Chará & Compañía Limitada.

Esta empresa, cuya representante es también Elba Chará, la madre de Jenny, se constituyó en noviembre de 2003, cuando Ómar Ambuila se desempeñaba como inspector en el Grupo de Importaciones de la Dian en Buenaventura.

Inversiones Chará & Compañía Limitada se conformó entre tres socios. Además de Elba Chará hay un inversionista con cédula de Facatativa (Cundinamarca) y otro con documento de Buenos Aires (Cauca).

Llama la atención que el objeto social de esta empresa, que tendrá una vigencia de 50 años, es casi el mismo de Nelatos SAS, la que Elba Chará constituyó con su hija, excepto que en la inmobiliaria no está contemplada la producción y venta de helados.

Esta empresa se creó con un capital de $50 millones, donde Elba Chará, con el 52% de las acciones era la mayor y principal accionista. Para el año 2009 el capital apenas llegaba a los $150 millones y vino luego el cambio de nombre a Fares Inmobiliaria SAS y la suerte de la empresa cambió.

Seis años después la empresa, cuya oficina está también en el sexto piso del edificio de la Cra. 100 con 11, y que en el registro del 2017 señala que es propia, presentó un patrimonio neto de $2083 millones y un activo total de $3345 millones. Incluidas varios lotes, apartamentos y parqueaderos, que la Fiscalía cree que es solo fachada.

De los Ambuila también sería una comercializadora bautizada con las iniciales de la pareja de esposos, pero no se encontró rastro en los registros de comercio de la ciudad.

Las investigaciones avanzan y en algo más de dos meses se conocerá el escrito de acusación contra los Ambuila Chará, señalados de favorecer el contrabando, pero cada vez es menos probable, como dijo alguien cercano a ellos, que la fortuna de esta familia cristiana tenga como único pilar la fe.

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