Las duras historias detrás del boxeo en el Valle

De este lado del ring, la vida sorprendida. Por mucho que ha golpeado a Santiago Garcés, él ni siquiera se inmuta. Aun en los momentos más difíciles —cuando sus padres no tenían empleo—, y la guardia estaba baja en casa, ‘Thiago’, como le dicen sus amigos, no retrocedía ni un milímetro. Al contrario, siempre erguido, firme para el siguiente ataque, esperaba su momento para propinar el puñetazo capaz de traer esperanza a su esquina del ring: su familia. Porque para él, como para muchos deportistas, los problemas nunca han sido un asalto contra la vida, sino el ‘round’ de su vida.

En cambio, el problema para las deportistas de la Liga Vallecaucana de Boxeo fue que el réferi apareció después de que cayeran muchas veces. Una vez —en conjunto con sus entrenadores—, varias de las boxeadoras habían decidido dar el gancho que dejaría por fuera del cuadrilátero al hoy expresidente de la Liga Jaime Cuéllar, apareció el abogado Elmer Montaña para el ‘conteo’: “El acoso sexual a las deportistas viene ocurriendo desde hace unos 10 años, razón por la que algunas jóvenes promesa abandonaron el boxeo”, explica el penalista.

Ante el problema, todas ellas han sabido levantarse para seguir luchando. Como hace unos meses, cuando ‘Thiago’, el joven promesa, salía de su casa en Llano Verde, la ciudadela ubicada en la Comuna 15 de Cali habitada por víctimas del conflicto, para llegar al entrenamiento y subirse al ring a dar ‘jabs’ contra el viento.

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Un recorrido en bicicleta que le valía de 15 a 20 minutos hasta volver a sentir el calor de la piel de los guantes en sus puños, que para él era como si supiera —con total claridad—, que su vida se dividía entre el tiempo que transcurría en la arena de pelea y el que compartía solo, intentando no caer en los dilemas juveniles de sus compañeros en el Distrito de Aguablanca, oriente de Cali.

—A mí me dicen: Manito deje eso que eso no le está dando, vamos a fumar, vamos a fumar. Y no, uno responde que está concentrado, que no. Pero llega un momento en el que se va perdiendo la fe, porque no hay apoyo y la situación económica es dura.

Los puños de ‘Thiago’ tienen 18 años. En el 2019 ganó la medalla de oro de los 60 kilogramos en los Juegos Departamentales de Buenaventura. Para ese entonces entrenaba por las noches, al pie del parque El Samán, con ‘Kid’ Mina, un profesor que durante el día se dedicaba a los gajes del oficio de reparar aires acondicionados, y en las noches hacía de coach.

Hace diez meses que ‘Thiago’ dejó el boxeo para trabajar construcción. “Mi mamá no puede trabajar. Su situación era cada vez más delicada debido a las condiciones laborales que enfrentó cuando estaba en los restaurantes. Ella no puede recibir calor, su piel es débil”, dice la promesa del boxeo.

Su familia es su sparring. Tiene una hermana que practica el baile en Potrero Grande, un padre de 48 años que dedica los días de su vida a la construcción, un hijo de dos años que se llama Jacob y vive al cuidado de Andrea, la madre, en Manuela Beltrán.

Quizá este no sea el caso de ‘Thiago’, pero al igual que él, muchas chicas boxeadoras enfrentan el trajín de los días yendo a trabajar como amas de casa en barrios de estrato alto, o en los restaurantes de sus familiares en el Distrito, porque el 30% de la población de la ‘Sucursal’, habita en esta zona.

Tanto esfuerzo debía ser equivalente a los resultados.

Nadie, en lo absoluto, imaginaría que, al tiempo que las chicas se entrenan para un día lograr una estabilidad económica y, a su vez, representar con orgullo la bandera, tuviesen que soportar los excesos de un acosador. En parte porque esta persona es su máximo dirigente —o lo era—, y debería de profesar respeto ante sus subalternos, y en parte, también, porque el deporte del Valle no merece la infamia.

Cabe decir, que ante esta situación, varios entes gubernamentales manifestaron su rechazo y, desde Indervalle, solicitaron al Comité de Ética de la Liga de Boxeo la “destitución del presidente”, que incluso les había cerrado a todos el coliseo ‘María Isabel Urrutia’, ubicado en el barrio Mariano Ramos.

Ante la situación, el profesor de boxeo Luis Carlos Angulo también cuenta que desde hacía mucho venía cargando con esto: “Sí, solo que las chicas tenían miedo de demandar. La primera chica que me lo manifestó era, en ese entonces, de Palmira. Ahora vive acá en Cali”. Asegura también que varias muchachas habrían empezado a decir que el señor Jaime Cuéllar las acosaba, les ofrecía dinero e instrumentación deportiva para que estuvieran con él.

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—Siempre he sido peleón —advierte ‘Thiago’—. A los doce años me puse por primera vez unos guantes de boxeo y me imaginé por siempre con ellos. A mis dieciséis ya había ganado uno que otro campeonato local y departamental. Mí sueño es ser, un día, campeón del mundo.

A los 13 años abandonó la escuela. Desde entonces —como él mismo lo expresó—, se ha dedicado al rebusque.

—Qué más quisiera yo que devolver el tiempo y no salirme nunca del colegio, ¿sí me entiende?

El talento, sumado a los mecanismos de superación empleados por los jóvenes del Distrito, es una suerte de facultad por encima de lo material que debe protegerse. Esto, según un informe de la Alcaldía de Cali, que dice que se debe optar por el desarrollo de la oferta cultural y deportiva.

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“Santiago es un gran atleta. Ha perdido muchas oportunidades por todo lo que le ha pasado. Él tiene una familia, un hijo a muy corta edad. Le toca difícil porque entre los juveniles está John Orobio y otros cuantos que son Selección Colombia y están para eliminatorias de los Juegos Olímpicos, pero con Santiago hay mucho futuro. Es una gran persona, porque esa es nuestra labor, formar personas”, sostiene el profesor Luis Carlos Angulo.

Luego habla, una vez más con ademanes de seguridad, del tema referente al expresidente Jaime Cuéllar:

—Mire. Nosotros en el año 2018 quisimos empezar el acompañamiento con las debidas pruebas para sustentar y denunciar la situación. “Si tienen pruebas, nosotros las acompañamos”. Le dijimos a varias de las chicas y, efectivamente, con el acompañamiento fueron apareciendo más y más niñas. El proceso se frenó, debido a todo lo que ha venido ocurriendo desde entonces. Pero ahora, gracias al abogado Montaña, pudimos dar a conocer el caso.

Entre tanto, muchas de las chicas que en un principio se mostraron con la suficiente valentía para enfrentar al expresidente, se retractaron por cuestiones desconocidas. También, en días pasados, el reconocido boxeador Jonathan ‘Momo’ Romero, fue amenazado por dar su opinión sobre el tema.

Del otro lado del ring, ‘Thiago’ llega a casa del trabajo. Es de noche y está cansado, pero en su rostro aparece, como antes, el semblante de un pugilista auténtico.

—Tengo una pelea semiprofesional para este sábado. No estoy en mi mejor momento, pero quiero sentir la adrenalina del ring otra vez.