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Las tragedias 'silenciosas' que enlutan las vías de Cali por imprudencias
La mortalidad de los ‘de a pie’ en Cali va en alza. Se debate si la responsabilidad es de la víctima o de los conductores. O compartida.
Los 142 peatones que perdieron la vida en las vías de Cali en 2018 murieron en silencio. Solo la muerte de Maritza Loaiza y su hija Yenny Alexandra Narváez, el pasado 14 de enero en la Autopista Sur, sonaron duro y pusieron sobre el asfalto las cifras de mortalidad de los actores más vulnerables de las vías, los ‘de a pie’.
Quizás la tragedia inundó las redes sociales por la forma absurda y dramática en la que madre e hija pasaron de la vida a la muerte, arrolladas por un vehículo Jaguar que puede alcanzar los 100 kms/hora en solo 9 segundos. El carro era conducido por un joven de 18 años.
Maritza (54 años) y Yenny Alexandra (33), sacaron la cara por las 142 víctimas anónimas que murieron cruzando una calle en 2018 y dos más en 2019 y que solo quedaron en la estadística por intentar competir con la velocidad de un vehículo.
Cifra alarmante y que ha venido en aumento: 116 en 2016, 128 en 2017 y 142 en 2018, fruto de la imprudencia de conductores y peatones, ya que el debate se centra entre la imprudencia de unos y la falta de cultura de otros.
Janeth Mosquera Becerra, profesora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad del Valle e integrante del Observatorio del Ciclista y el Peatón de dicha escuela, aclara que en salud pública no se habla de accidentes, término que reduce el hecho “a una casualidad o mala suerte”, sino de lesionados (muertos y heridos) o de eventos de tránsito, dado que algo se puede hacer para evitarlos, luego todos ellos son evitables.
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Imprudencia
Las muertes de Maritza y Yenny Alexandra son ejemplo de la falta de cultura ciudadana del peatón. El secretario de Movilidad de Cali, Juan Carlos Orobio, explicó que ha sido histórico el bajo uso de los puentes peatonales porque las personas tratan de hacer el recorrido en la distancia más corta y “no dimensionan el riesgo de atravesar una vía rápida como es la Autopista Suroriental y en competencia con los vehículos, siempre terminan en eventos como el del 14 de enero pasado”.
El funcionario explicó a El País que las dos víctimas tenían tres opciones de puntos mucho más seguros por donde cruzar al otro lado de la avenida: la intersección semaforizada a nivel, demarcada con cebra en la Carrera 56, a 100 metros del sitio del hecho. El puente peatonal de la Carrera 47, a la misma distancia, y el puente de la Carrera 50, dotado de zona de aislamiento de las barandas de 80 cms. habilitado para paso peatonal.
Sin embargo, Janeth Mosquera rebate la hipótesis de que “el peatón se metió a la vía”, porque los carros deben parar, pero no pueden porque van a alta velocidad, y si pudieran, tampoco se detienen (falta de cultura ciudadana). “Si va a 60 kms/h lo mata o lo deja en discapacidad. Y a 70, 80 o 90 kms/h, es un peligro y causan siniestros”, opina.
Christian Camilo Castillo, abogado de Castillo Racines Lawyer Group, dice que cada dos meses atienden 3 o 4 casos de lesiones y muertes de peatones en Cali, la mayoría con responsabilidad de la víctima. “Solo el 40 % de los casos falla a favor del peatón, porque infortunadamente en Colombia no tenemos cultura vial para los peatones. Las leyes están muy a su favor, pero las personas no las saben respetar. Por ejemplo, ¿por qué las señoras que murieron el lunes no usaron el puente peatonal que estaba a una cuadra de donde sucedió el accidente y atravesaban una vía de alta velocidad?”, cuestiona Christian Camilo.
En cambio, en 2018 la aseguradora reconoció un caso en favor de la víctima en el que un conductor del vehículo con exceso de velocidad, atropelló al peatón al invadir la cebra, espacio para transeúntes.
Velocidad
Para Janeth Mosquera, no es posible determinar las causas de alta mortalidad de peatones en Cali porque no se ha hecho investigación al respecto, pero observa que en la literatura sobre el tema en otras ciudades, siempre está asociada a la alta velocidad en las vías del transporte motorizado.
“La prelación la debe tener el peatón, que es el más vulnerable en la vía; por eso en otros países todas las acciones se encaminan a reducir la velocidad a 45, 50 kms/h en toda la ciudad, no por tramos, lo que ayuda mucho a pacificar el tráfico y a disminuir los riesgos de morbimortalidad en el tránsito, especialmente para peatones”, dice la especialista.
Ante el reclamo de reducir la velocidad permitida en la Autopista Sur, de 80 a 60 kms/h, Orobio manifestó que “no debemos tomar decisiones en caliente. Estas deben ser analizadas, sopesadas, estudiadas, antes de considerar acciones impulsadas por un hecho como el ocurrido. Para eso creamos el Observatorio de Seguridad Vial, para identificar, localizar y focalizar la ocurrencia de accidentes y a partir de los resultados, crear estrategias de prevención en corredores y puntos críticos, que permitan mejorar las condiciones de seguridad en la vía, con decisiones claras y objetivas y soluciones de fondo que resuelvan la problemática”.
Edad del conductor
El Secretario de Movilidad dijo que no hay estudios en la ciudad que permitan inferir que exista relación directa entre juventud y accidentalidad. “No creo que el camino sea satanizar a los jóvenes (como conductores), la legislación permite expedir licencias desde los 16, previa aprobación de los cursos de formación de conductores”, declaró.
El funcionario admitió que entre los 19 y los 24 años en Cali se presenta un grupo importante de víctimas por accidentalidad (49 en 2017 y 44 en 2018), pero subrayó que la mayoría de las víctimas son mayores de 65 años (93 en 2017 y 94 en 2018), según cifras del Observatorio Vial de la Secretaría de Movilidad.
“Entonces, si se considera que la juventud es un riesgo en la vía pública, también lo es la madurez. Hay muchas otras razones determinantes en accidentes, obviamente la experiencia y la experticia del conductor podrían ser un factor relevante, pero también el exceso de confianza lo sería”, expresó Orobio.
Janeth Mosquera sostiene que sí hay estudios que relacionan la edad del conductor con la accidentalidad. “Como la teoría de que entre más temprano se sienta ‘el olor a la gasolina’, hay más velocidad, porque hay mayor nivel de imprudencia al volante; el más joven se cree blindado –‘no me va a pasar nada’–, son más aguerridos en las vías; los más prudentes son los más adultos, porque tienen más conciencia de los riesgos, sin decir que este joven sea culpable porque no sabemos qué pasó”, comentó.
Semaforización
La mortalidad de peatones en las vías de Cali sigue siendo significativa, para Janeth Mosquera, porque tenemos problemas como los “tiempos de semáforo realmente ridículos, de 15 segundos para que la gente cruce de un lado a otro, pero de dos minutos para los carros, cuando el Código Nacional de Tránsito dice que la prelación la tiene el peatón”, reclamó.
Recalca que nuestras ciudades no están pensadas para los peatones, sino para la velocidad del tráfico. “Los puentes peatonales no están hechos para salvarles la vida a los peatones, sino para que los vehículos puedan circular más rápido y eso va en contravía de la prioridad que es proteger la vida, pero aquí la prioridad es llegar rápido”, comentó.
“En las ciudades importantes no hay puentes peatonales, porque lo que hacen es complicarle la vida al peatón, subir, bajar, enfrentarse con la inseguridad, pero le facilitan la vía al transporte motorizado. En los países desarrollados eso se resuelve a ras de piso, con cebras, pacificadores de tránsito y buenos semáforos”, opinó.
¿Autopista?
- La Autopista Sur no es una vía rápida, una autopista es una vía de 8 o 10 carriles exclusiva para carros, donde la gente no se detiene, opina Janeth Mosquera.
- “Pero en Cali no tenemos autopista, hay una vía amplia y como la llaman así, la gente asume que es para andar a toda velocidad, pero no lo es, porque la gente para en toda parte, al lado hay colegios y residencias, y es compartida con ciclistas y motociclistas. Las vías rápidas están fuera de las ciudades, no dentro de ellas”, enfatizó Janeth.
- “Para Cali es nefasto tener zonas con velocidades distintas, porque no tenemos suficientes guardas ni recursos ni cómo hacer control en cada sitio”, puntualizó.
A propósito
La edad, riesgo para todos los actores viales
La correlación entre la fatalidad de los peatones o actores viales y su edad está relacionada según su rol en la vía (conductor, motociclista, peatón), debido a que las personas más jóvenes tienen una percepción del riesgo muy diferente a las de mayor edad.
Es la apreciación de Leonardo Gómez, director de Prevención en Seguridad Vial del Centro de Experimentación y Seguridad Vial en Colombia (Cesvi).
En cuanto a los peatones, dice que los jóvenes son más imprudentes debido a la agilidad que tienen para saltar, correr o “calcular” de manera errónea la distancia de un vehículo en tránsito, basados en la confianza en sí mismos y no en la seguridad de usar un puente peatonal o cruzar en una intersección.
Sobre los conductores de carro o motos, señala que los jóvenes tienen una mayor producción y estimulación ante la adrenalina, lo que los lleva a incre- mentar la velocidad del vehículo, realizar maniobras peligrosas e, incluso, mezclar alcohol y sustancias alucinógenas al conducir. Ello, sumado a la inexperiencia, a una percepción diferencial del riesgo y de las consecuencias de un accidente, hacen que la edad sea un factor crítico en la conducción e incrementa notablemente la probabilidad de involucrarse en un accidente de tránsito, para todo actor vial.
Cómo verificar la velocidad del vehículo
El abogado Christian Camilo Castillo señala que si se comprueba el exceso de velocidad en un conductor que cause una muerte, se puede imputar responsabilidad, “porque la conducción de vehículos está catalogada en Colombia como actividad peligrosa, porque se está controlando una máquina que es superior a su fuerza”.
También dice que es posible saber a qué velocidad iba un vehículo, con el informe técnico hecho por los peritos de tránsito, que incluye el croquis, las medidas de la huella del frenado y de la abolladura del carro y aplicando leyes de física al peso de los cuerpos y la distancia a la que quedaron arrojados. Los peritos especializados de la Fiscalía pueden recrear la escena, y con las cámaras de seguridad, verificar el recorrido del vehículo y medir las distancias entre cámara y cámara y hacer una inferencia razonable de a qué velocidad transitaba. El informe pasa al Fiscal y es reserva del sumario. Hoy es una incógnita qué velocidad traía la camioneta Jaguar F- Pace 2018 al arrollar a Maritza y Yenny Alexandra.