Los grandes riesgos que enfrenta el proceso de paz urbana en Buenaventura

La situación de seguridad en Buenaventura sigue complicándose. Ahora la zozobra de la población proviene de la fractura de las negociaciones de paz entre Los Shottas y Los Espartanos.

Estas bandas delincuenciales habían firmado hace seis meses un cese a las hostilidades tras su anuncio de adherirse a la Paz Total en septiembre pasado. Sin embargo, el Gobierno Nacional aún no ha instalado una mesa de negociación.

La situación se colocó tensa luego de que uno de los representantes de Los Shottas, conocido como ‘Súper’ desapareciera la semana pasada, situación que ha llevado a que el cese al fuego pactado esté tambaleando.

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“Este grave hecho puso en riesgo el pacto de vida suscrito entre Los Espartanos y Los Shottas, afectó profundamente la confianza ciudadana y también puso de plano la importancia de lograr superar la fase de exploración de voluntades y consolidar un escenario de diálogo”, informó la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (Oacp).

El coordinador de la oficina regional del Pacífico de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), Juan Manuel Torres, afirmó que la situación en el Puerto es cambiante y que “Buenaventura está en una crisis de la paz urbana del acuerdo que sostienen Los Shottas y Los Espartanos. Esta semana se registraron enfrentamientos en la ciudad y asesinatos, lo que genera temor en la población”.

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Y es que las cifras hablan por sí solas, pues según la Policía Nacional durante el mes de marzo en Buenaventura se reportaron tres asesinatos, mientras que en lo que va de abril, ya se han contabilizado seis.

La disminución de los homicidios en el Puerto gracias al pacto de no agresión entre Los Shottas y Los Espartanos es evidente. En lo que va de 2023 se han registrado 16 asesinatos en la ciudad, una reducción de 31 casos en comparación con el mismo periodo de 2022, cuando se registraron 47 hechos. Estadísticas que la población no quiere que aumenten durante abril.

Según sus habitantes del lugar el miedo nuevamente está presente en Buenaventura, pues tras cinco días de tiroteos en distintas zonas de la ciudad, los residentes han vuelto a sentir una amenaza constante para sus vidas y han optado por encerrarse en sus casas temprano en la noche.

El coordinador de la Fundación Paz y Reconciliación afirmó que ante la desaparición de alias Súper, quien habría sido asesinado, y la de otro líder negociador de Los Shottas, jóvenes pertenecientes a esta organización habrían manifestado su desconfianza en los diálogos.
Por su parte, Los Espartanos afirmaron por medio de un comunicado que no han sido parte de esta escalada de violencia y culparon a Los Shottas de ser los autores.

También, dijeron que Los Shottas estarían concretando alianzas con otros criminales del Puerto, incluso con la disidencia de las Farc Nueva Marquetalia, que hace presencia en la zona rural de la ciudad.

Una de las principales preocupaciones de los habitantes es que el conflicto rural que vive la región se vea entrelazado con la disputa en la ciudad, pues en las zonas aledañas al casco urbano hacen presencia el ELN, el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc.

A pesar de las tensiones entre las bandas criminales, Juan Manuel Torres afirmó que “las personas que encabezan ambas organizaciones van a tomar el diálogo directo con el Gobierno Nacional”.

Este diálogo genera expectativa ya que según el arzobispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, actualmente hay “una fatiga debido a varios meses sin que se establezca una mesa de negociación. Ha habido una etapa exploratoria, un laboratorio de paz, pero no se ha sentado la mesa porque no se ha aprobado la ley de sometimiento”.

Esta ley ha generado revuelo desde distintos sectores políticos del país, pues a pesar de que ya fue radicada ante el Congreso de la República, aún no ha entrado en ponencia y no se tiene una fecha clara de cuándo se vaya a debatir.

Según Juan Manuel Torres, hoy harán presencia en Buenaventura delegados del Gobierno Nacional que buscarán que el proceso de paz urbano no se termine de fracturar.