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Cada 100 infectados por covid en Cali provocan el contagio de otros 120, según el Instituto Nacional de Salud. Este indicador no solo es menor que el de otras ciudades, sino también está por debajo del promedio de todo el país. | Foto: Foto: Jorge Orozco / El País

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Pandemia bajó el índice de felicidad de los caleños

Mientras en el 2019 el rango de bienestar se ubicaba en 8,3 en una escala de 0 a 10, durante el confinamiento el indicador disminuyó a 7,1.

3 de agosto de 2020 Por: Redacción de El País

Si la salud física es un tema de primer orden durante la cuarentena, ¿cómo está el caleño en ese sentido? Es más: ¿cómo está por género y estrato? El último informe del Observatorio de Polis de la Universidad Icesi de Cali revela que, si bien la mayoría de los ciudadanos asegura tener buena salud, el 21 % de las mujeres reporta un mal estado de salud física, siete puntos por encima de los hombres.

Esto, de acuerdo a datos recogidos por medio de encuestas en la ciudad entre 2014 y 2019. “Dado que las mujeres son las que suelen estar más pendientes del hogar, en esta cuarentena les toca más duro: no solo deben atender sus deberes laborales, sino también cuidar de los niños que ahora están por fuera del sistema educativo”, explica Lina Martínez, directora de Polis.

La brecha es igual de alarmante en términos de clases sociales y más si se habla de mayor prevalencia de días con una enfermedad. Por ejemplo, mientras el 8 % de los caleños de estrato 6 aseguró que un mal estado de salud les duraba en promedio una semana, ese porcentaje se incrementa al doble en los ciudadanos de estrato 1, es decir, un 16 %.

De acuerdo con el informe, si bien es cierto que el 94 % de los caleños tiene acceso al sistema de salud, ya sea desde el régimen contributivo o subsidiado, las personas de estratos bajo cuentan con menos puestos de salud para ser atendidos en sus territorios. Del total de las IPS de Cali, el 14 % se ubican en sectores de estrato 1 y 2, el 21 % en estratos 5 y 6, y el 65 % en barrios de estratos 3 y 4.

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Esto trae otro problema consigo: al no contar con suficiente infraestructura en algunas zonas vulnerables de la ciudad, sus habitantes deben invertir más en transporte y tiempo; esto, sin contar pagos de bolsillo como los co-pagos.

Índice de felicidad disminuye

Es innegable que la pandemia no solo ha reducido el bienestar económico de la población, sino también el emocional. Mientras en 2019 los caleños manifestaban, en promedio, que su felicidad se ubicaba en un rango de 8,3 en una escala de 0 a 10, durante el confinamiento, dicho indicador ha disminuido a 7,1, según una encuesta en línea realizada a 950 ciudadanos por parte del Observatorio de Polis.

El mismo comportamiento se presentó en términos de depresión y preocupación. El año pasado se encontró un promedio de 1,6 y 3,2 respectivamente, pero estos niveles incrementaron con la pandemia a 3,3 en depresión y 5,2 en preocupación.

De acuerdo con Mábel Rojas Vélez, psicóloga y asesora familiar de la Universidad Cooperativa de Colombia, aunque todos hemos atravesado por un evento depresivo, en la medida en que esta actitud se arraigue en nuestro cerebro, puede generar apatía o incluso unas ganas de aislarse mucho más durante la cuarentena.

“Para quienes han decidido aislarse de forma voluntaria, y ven que la cuarentena se extiende de forma indefinida, la expectativa por recuperar la cotidianidad de antes se va perdiendo. Si esto se llega a agravar, la persona puede sufrir una pérdida total del ánimo o una tristeza profunda que le impida relacionarse saludablemente”, advierte Rojas.

Frente a pacientes que pueden presentar este diagnóstico, la psicóloga acude a la red de contención de la persona, que puede ser su familia, pareja o amigos cercanos, con el fin de que busque apoyo inmediato en ellos. “A esto se suma promover la recreación, que aunque es difícil por estos días puede ser caminar por 30 minutos al menos tres veces a la semana, mejorar los hábitos alimenticios y fortalecer su espiritualidad, independientemente de a qué religión pertenezca”, anotó.

¿Y la actividad física?

El documento también advierte qué tanto se ejercitan los caleños, algo que viene muy de la mano con la salud física y mental. Además de que el 61 % de los hombres practican alguna actividad física, seguidos por un 43 % de las mujeres, la brecha social también parece replicarse en este factor.

Por hacer mención a algunas comparaciones: menos del 50 % de la población de estrato 1 en Cali afirma realizar algún deporte, un indicador muy por debajo del reporte de quienes son estrato 6, con un 83 %. Asimismo, mientras el 71 % de los caleños que hacen parte de esta última escala social señalan que cuentan con espacios para recrearse y hacer deporte, la misma respuesta solo se refleja en un 37 % de quienes viven en barrios más vulnerables.

“Un aspecto que juega a favor de la falta de ejercicio es que viven en sectores con una inseguridad bastante alta, por lo que ejercitarse no resulta tan factible”, asegura la coordinadora de Polis.

El secretario de Deporte, Carlos Diago, explica que aunque hace poco se ordenó el cierre temporal de cinco parques por aglomeraciones, todavía hay otros espacios para hacer deporte, siempre y cuando se expida el pasaporte sanitario en la página web de la Alcaldía.

“Según nuestro censo, de los 87 parques biosaludables -tipo gimnasio-, la mayoría se encuentran en el oriente de Cali, sobre todo en comunas como la 15, 16 y 17, con barrios que incluso llegan a tener cinco escenarios de ese tipo. Sin embargo, se trata de espacios que tampoco están habilitados en estos momento”, recomienda el funcionario.

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