Cultura
Amores perrunos y peludos: Historias de duelos por las mascotas que han partido
La pérdida del llamado mejor amigo del hombre es un duelo devastador y vergonzante, porque no todos lo entienden. Adiós, Serafín.
Por Redacción Cultura de El País.
“Gracias por todo lo que me diste, amigo, te extraño. Gracias a ti conocí la nobleza en estado puro, el cariño sin costuras, la lealtad absoluta, todo lo que no puede enseñar un ser humano, únicamente un perro, y sobre todo, un perro discriminado, un perro rechazado”. Con estas palabras despidió el periodista Daniel Samper Ospina a su perro Serafín, a quien adoptó en el 2019, que se convirtió en un amigo inseparable, hasta hace unos días que se quedó inmóvil, al pie de su cama, donde siempre se hacía.
“Amaneció completamente quieto, se fue en absoluto silencio, sin hacer un solo ruido. Mi amigo, el doctor Medina, me dice que seguramente se trató de un infarto. Y así, en un parpadeo, dejé de tener al compañero que siempre estaba donde yo estaba, al personaje de mi vida, que nunca pudo despegarse de mí, ni yo de él”, dice, con la voz entrecortada, Daniel.
Esta historia de amistad leal y verdadera comenzó el 19 de marzo de 2019, cuando su esposa y sus hijas se lo llevaron una noche de sorpresa. Serafín se había hecho famoso en las noticias, por ser el can que nadie quería adoptar.
Personal de la Unidad de Cuidado Animal del Distrito lo rescataron de la calle herido, lo cuidaron y lo sacaron en jornadas de adopción, pero los humanos lo rechazaban por una condición extraña que padecía, llamada alopecia canina, que no es otra cosa que calvicie, pero daba el aspecto de quemado o de estar contagiado con una enfermedad infecciosa.
Después de 11 jornadas de adopción, Serafín llegó a casa de Samper Ospina, y como lo anunció él, en ese entonces, en medio de risas, “calvo adoptó a calvo”. Desde aquel momento, Serafín hizo parte de cada segundo de su vida.
“Su conmovedora gratitud nunca tuvo proporciones, me regaló un cariño que jamás perdió el asombro, y que, contrario a lo que sucede con los amores humanos, se hizo más fuerte en la rutina. Ningún ser vivo había estado tan pendiente de mí, de una forma tan obsesivamente tierna. Mi amigo Serafín, cuántos planes no hicimos juntos: lo vi dirigir un concierto con la Filarmónica, lo vi salir al escenario como una verdadera celebridad, lo vi, incluso, a punto de firmar autógrafos, en mi estudio, pero, sobre todo, me acompañó en los mejores planes que consistían en no tener ningún plan”.
Historias de amor y duelo
La actriz y fotógrafa Jimena Hoyos, creadora de la Fundación Gozques y autora del libro Transformar El Dolor, dice que el duelo por la muerte de su perro Zico la llevó a la depresión, pero al final fue su motivación para crear la Fundación Gozques. “Desde que nací sentí una conexión especial con los animales. Fui criada por tres pastores alemanes, un perro salchicha y mi mamá. Solo tomaba tetero encima de una de las pastoras alemanas y concebía el sueño estando cerca de ellos”.
A Zico lo conoció después. Cuando aún no tenía la conciencia animalista que tiene hoy en día, compró este fila brasilero por $20.000, en la Avenida Caracas, “allí donde venden electrodomésticos, gallinas, verduras”. Pero el canino empezó a los 7 años a tener deficiencias genéticas, “algo que pasa con las razas que los humanos hemos creado, por razones estéticas, como un signo más de nuestro egoísmo”.
El perrito murió, “era el amor de mi vida. Entré en una depresión profunda y todo a mi alrededor se desbarató”, dice. Pero en medio del duelo, dejó de pensar en ella, para preocuparse por los demás, y creó una fundación en memoria de su mascota extinta. En una casa abandonada, propiedad de su mamá, creó un restaurante llamado Carambola, y con material reciclable reconstruyó cada espacio, mientras su alma sanaba. Y al ver que en Cajicá (Cundinamarca) había miles de perros de la calle, hizo dispensadores para alimentarlos, hoy en día hay 800 en Colombia, de los que se alimentan a diario 5000 perros. Además, empezó a tomarles fotos, para visibilizarlos.
Actualmente, Jimena está construyendo un santuario para animales abandonados en Palomino, La Guajira. “Es un espacio para aprender de la naturaleza, para cuidarla, para compartir y para sanar, tanto los animales como los humanos, pero la pregunta hoy en día es ¿quién sana a quién?”.
‘Linda’ escritora
Otra relación humano-perruna que pone los pelos de punta es la de la escritora española Yamila Fakhouri y Linda Guacharaca.
“La encontré en una bomba de gasolina en los Llanos Orientales, cuando llegué a Colombia en 2023. La perra había sido atropellada, estaba fracturada en siete pedazos y llevaba dos meses botada en una esquina con unas tractomulas, no le habían dado comida, solo tomaba agua lluvia. Cuando me tropecé con ella, yo llevaba un hueso en la mano y casi me la arranca. La saqué de allá, varios veterinarios me recomendaron dormirla, me dijeron que nunca iba a recuperarse y saqué una tozudez que no me conocía, yo no sabía nada de perros, aprendí mucho de ella, los perros por muy vueltos nada que estén no se tienen lástima, ni se victimizan”.
Linda Guacharaca terminó escribiendo a “cuatro patas” junto a su dueña La Vida es Linda en 2016, un libro que empezó como blog, ya va por la sexta edición y llegó a varias escuelas; además están Linda la Perra Viajera y Guía Para Viajar con Humanos, “porque Linda va a todas partes conmigo y se comporta como una reina”, argumenta Yamila.
Pueden conocer más de sus historias en las páginas web: lindaguacharaca.org y de la escritora yamilafakhouri.com. Y también en sus redes sociales @lindaguacharaca.
Letras para ‘Humilda’
Otro escritor que se perdió en los ojos de su peluda amiga fue Alonso Sánchez Baute, como lo cuenta en su novela La Mirada de Humilda. “Ella vivió conmigo 14 años. Ahí cuento nuestra desde que ella me escogió a mí para que fuera su amigo humano hasta el día de su muerte y un poco más allá”.
Tras la publicación de la novela, Sánchez Baute recibió numerosos mensajes en sus redes sociales, revelando la resonancia de la obra en aquellos que han experimentado el dolor de perder a una mascota. Señala que el duelo por la pérdida de una mascota es a menudo vergonzante, ya que carece de rituales y ceremonias establecidas, a diferencia de los funerales humanos.
De aquel duelo, el escritor valduparense aprendió que “la muerte de una mascota es un dolor devastador, un duelo que produce vergüenza sentirlo, porque para otros es absurdo que a uno le duela la muerte de un animal, no hay un ritual alrededor, no hay quien te dé un abrazo y llore contigo. Te toca tragarte a ti solo ese dolor”.
El autor profundiza en la evolución de la conexión entre humanos y perros, desde los primeros momentos de auto domesticación de los lobos hasta la creación de las primeras razas en el antiguo Egipto, ofreciendo una visión integral de este vínculo ancestral.
Peludos
El actor Gregorio Pernía acogió en su familia a siete perros que aparecen con frecuencia en sus redes sociales. La mayoría son rescatados.
La pareja de cantantes Greeicy Rendón y Mike Bahía se han declarado “‘amantes” de los animales. En su finca de Llano Grande, Antioquia, comparten en familia junto a terneros, conejos, gallinas, vacas, gatos, y una docena de perros pomerania.
La actriz Lina Tejeiro lamentó la muerte de Frida, una pomerania de dos años, el pasado 27 de septiembre: “Tengo mi corazón hecho pedacitos. Extrañaré todos esos besitos que me dabas sin cansancio, tu locura y tus ojitos llenos de amor”.
Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias
Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!