Cultura
Así se prepara el Museo la Tertulia para la celebración de sus 70 años
Ana Lucía Llano, directora del Museo de Arte Moderno La Tertulia, habló de los planes de renovación de este ícono cultural de Cali, con miras a la celebración de los 70 años. Se buscan fondos.
Por Daniela del Mar Peña.
En marzo de 2026 el Museo de Arte Moderno La Tertulia cumple 70 años, y para celebrarlo, las directivas de este ícono cultural de Cali están trabajando desde ya. Ana Lucía Llano, directora de la entidad, habló con El País sobre ‘7 hitos, 70 años del Museo La Tertulia’, un gran evento artístico y cultural, con el que se busca recaudar fondos para el museo. La cita es el 20 de junio del 2024 a las 6:30 p.m. en sus instalaciones.
¿De qué se trata ‘7 hitos, 70 años del Museo La Tertulia?
Es un evento muy lindo, en el que se realizará la inauguración de la exposición de la colección del Museo La Tertulia, con obras relevantes como las de Feliza Burzstyn, Carlos Rojas, Carlos Cruz-Diez, Jesús Rafael Soto y Olga de Amaral; también tendremos una intervención musical con voces de la lírica colombiana y una experiencia gastronómica diseñada por el chef Francisco Prado.
Nuestra meta es recaudar fondos para que antes del 2026 podamos actualizar la infraestructura del museo, y contar con una programación de primer nivel. Para participar en este encuentro, los interesados pueden comunicarse con la línea del museo: 312 - 2602625.
¿Cuáles son los planes específicos en cuanto a la infraestructura?
Nosotros hablamos de un ‘Plan perfecto Museo la Tertulia 2026′, un proyecto ambicioso, donde se le apuesta a una infraestructura que responda a la complejidad de la Tertulia. En este momento tenemos seis salas de exposiciones, espacios especializados que requieren de una construcción compleja y de permanente actualización.
El arte tiene nuevos lenguajes, y para poder exhibir estas formas novedosas de expresión, es necesario apostarle a los avances tecnológicos y a los espacios donde se conserven de manera adecuada las obras.
Esperamos realizar varios proyectos de actualización de infraestructura con el objetivo de tener salas que permitan traer colecciones nuevas, un ejemplo son las muestras interactivas. Debemos tener nuestros edificios actualizados para exhibir con tranquilidad y seguridad las obras modernas.
Me sueño con un museo 360 grados, me refiero a pensar que cada rincón del mismo sea propicio para un encuentro tanto familiar, como social; que sea un lugar seguro, que invite al conocimiento y a encuentros armónicos.
Tenemos una infraestructura que apoya esta idea, contamos con la Cinemateca —que en 2018 pudimos actualizar en temas de equipos—, está la biblioteca, que inauguramos hace un año y medio, los jardines, la zona de restaurantes, entre otros espacios, que hacen del museo un lugar para todos, pero que sin duda necesita varias reformas adicionales.
¿Qué proyectos se están realizando en la actualidad?
Ahora mismo estamos trabajando con la Fundación Escuela Taller, con la que estamos recuperando el edificio que justamente se llama igual, una construcción con el diseño del arquitecto Benjamín Barney, a la cual hace más de 20 años no le habíamos podido hacer ninguna remodelación.
También estamos trabajando en la ampliación de la reserva de colección de obras de arte del museo, un proyecto inspirador, bastante costoso y necesario; que plantea la necesidad de nuevos espacios y herramientas de conservación de obras.
Uno de los hitos que se resaltan en la celebración de los 70 años es el impacto del trabajo de las mujeres en el desarrollo del museo, ¿por qué es tan importante este punto?
Hay una frase de nuestra curadora Melissa Aguilar en su exposición ‘Hacer ver’, ella decía: “Tal vez unos de los únicos lugares de poder que tenía la mujer eran la cultura y el arte”. Para mí esa reflexión es supremamente válida, y lo podemos ver por medio de nuestra historia, desde la fundadora del Museo La Tertulia, doña Maritza Uribe de Urdinola y el grupo de mujeres valientes que la acompañaron en la fundación, pues este era de los únicos lugares donde la mujer tenía permitido tener espacios de acción. Con el paso de los años, el arte sigue siendo un sitio donde, desde la feminidad, se puede levantar la voz y abrir paso a las distintas discusiones sociales.
Pero, pensando en aquellas que hicieron parte de la fundación del museo, fueron mujeres que se abrieron un espacio en la sociedad, un ejemplo de ello es Elly Burckhardt y otras mujeres que se encargaron de guardar la memoria de nuestro museo, en el que podemos evidenciar el papel tan importante que ha tenido la mujer en nuestra región y cultura.
El Museo la Tertulia cuenta con una colección exclusiva de más de 2000 obras de arte, ¿cómo pueden los caleños acceder a esta?
Uno de los objetivos, misiones u obligaciones que tiene un museo es comunicar y exhibir las obras de arte, por eso tenemos una serie de estrategias con las que buscamos que los caleños nos apropiemos del arte. Una de las actividades son las exhibiciones, que se realizan de manera constante, y es un espacio para todo tipo de público. También contamos con una estrategia académica y educativa, que son talleres realizados alrededor de obras de arte de la colección. Se elige una obra y personas de todas las edades pueden participar en el desarrollo de una creación propia a partir de la obra escogida.
¿Qué proyectos sociales están trabajando en este momento?
Tenemos un proyecto llamado ‘Barrio adentro’, que no solo cumple con un tema misional bellísimo, sino que nos permite crear un diálogo en otros territorios distintos al museo. La propuesta es convocar a una comunidad, con ellos se hace un taller de curaduría, después, por medio de una investigación conjunta del museo y los participantes se propone una exposición. Hemos tenido distintas temáticas, desde contar la propia historia de cómo se formó su barrio hasta abarcar una problemática social. Este proyecto nos ha permitido ganar varios premios nacionales e internacionales que resaltan los planes misionales y educativos.
¿Cómo es el diálogo del museo con la ciudad?
Siempre hemos querido que la Tertulia sea un espacio para la comunidad, que los jardines se conviertan en el parque del oeste, y de alguna manera es lo que sucede, a las cuatro de la tarde, con la brisa de las montañas van llegando grupos de jóvenes, quienes disponen de las instalaciones para disfrutar de las distintas disciplinas artísticas. El museo es un lugar en movimiento al servicio del público.
¿Cómo cree usted que los caleños se relacionan con el museo?
El museo ha sido protagonista de la historia caleña, pero en la comunidad aún no tenemos tan claro que esta es una de las infraestructuras museísticas y culturales más completas que tiene el país, es un museo referente tanto de Colombia como de Latinoamérica. Es un reto importante que lo veamos de esa manera.
Para mí, un tema inspirador es el concepto de lo público, donde surge la pregunta: ¿Cómo hacer para tener un espacio de uso público y que al mismo tiempo los caleños nos apropiemos de él y lo cuidemos? Es un tema complejo de manejar, porque así como es un lugar que utilizan para desarrollar las distintas exposiciones artísticas, también se reciben personas que no usan bien la infraestructura. Me encantaría conocer una propuesta de la cultura ciudadana en la que se busque desarrollar la idea de que el “Museo es de todos”.
Usted menciona que el museo es un espacio público al servicio de los caleños, ¿cómo funciona este rincón cultural de la ciudad?
Este es un lugar en el que uno no puede hacer las actividades solo, y esta es una de las características que más me gusta de hacer parte de él. Este es un tejido de empresarios, gestores culturales, artistas, directores, productores y demás personajes que se congregan en un lugar como el Museo la Tertulia, es una zona de muchas voces, muchas manos, donde el ego no puede existir.
El día a día de un museo es una construcción colectiva, que se da porque hay empresas y personas quienes se mueven por el arte, la cultura y que apoyan la sostenibilidad del mismo.
¿Por qué la mayor parte de las obras de Hernando Tejada, el escultor del Gato del Río y de los manglares, no están en la Tertulia?
En el momento en que fallece Hernando Tejada, su familia empieza a buscar el mejor lugar para albergar las obras, y sin duda, el primer lugar que tuvieron en su lista fue la Tertulia. Pero, para recibir una colección tan importante como la de él, se debe asegurar la conservación de las obras y en esa época, el museo pasaba por un momento difícil, y no existía la posibilidad de tener un recurso anual para el sostenimiento de las obras. Personalmente, he estado en las reservas donde está la colección de Tejada en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM).
La Tertulia fue el primer museo de arte moderno de Colombia, una inspiración para los espacios culturales del país, ¿Cómo se ha mantenido como uno de los más importantes de Latinoamérica?
El museo es y tiene que seguir siendo un lugar visionario. Cuando un grupo de mujeres, hombres y empresarios se reunieron en 1956, para pensar qué era lo que le faltaba a Cali, concordaron que era un lugar para exhibir, un rincón especial para las artes. Desde ahí el museo empezó a ser reconocido, no solo por ser el primero de Colombia en entrar en funcionamiento, sino por su propuesta que está siempre abierta a las distintas discusiones sociales.
Lo que ha vivido el museo han sido muchos gritos y alaridos de “¿cómo se les ocurre hacer eso?” Ha sido estar en riesgo, porque es el sentido mismo del arte, que es una búsqueda, una investigación constante frente a los temas sociales que permean al artista. Cuando vemos la historia de la Tertulia se evidencia, en cada una de las etapas, cómo se cumple la intención inicial, que Cali tenga un museo a la altura de cualquier espacio cultural del mundo.
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