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Cali se convirtió en un carnaval. El desfile de Cali Viejo fue un derroche de tradiciones y cultura
Con 101 años, el desfile del Carnaval de Cali Viejo se consolida cada vez más, para ganarse el título de Patrimonio Cultural de la Nación.
Un total de 2500 artistas, 30 comparsas y 7 minicarrozas recorrieron la Autopista Suroriental, desde la 56 hasta la 39, durante el desfile más tradicional de la Feria de Cali, el del Carnaval de Cali Viejo, que este año celebra 101 años.
Este evento ya es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad, y se están haciendo las gestiones para que se convierta en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Según Homero Coral, director artístico: “Mostramos nuestras costumbres y tradiciones a través del arte, y los gestores culturales, en cada uno de los barrios, con sus comunidades, hacen esa transmisión de prácticas y saberes asociadas al carnaval, para que esta tradición no desaparezca, porque el desfile es la historia social y cultural de la ciudad”.
En esta versión 67, el desfile estuvo dividido en ‘nubes’, por ser la capital del Valle, la Sucursal del Cielo. La primera llevó a los reyes, los abanderados, las marionetas gigantes, la novedad, junto a muñecones dinámicos, que representaron personajes pintorescos como el padre Alfonso Hurtado Galviz, el cineasta Luis Ospina, el escritor Andrés Caicedo, el realizador Carlos Mayolo, la maestra Oliva Arboleda, el dramaturgo Enrique Buenaventura, Riverita y Yotecuro.
En la nube Evocación, la reina eterna Jovita se robó los aplausos, seguida de una carroza que llevó al público a momentos, sitios y juegos tradicionales extintos, como el trompo y la rayuela. La Biodiversidad se vio representada en una nube más, en la que se recordó a Yotecuro, quien fue un gran conocedor de las propiedades de las plantas, que preparaba brebajes para curar todo tipo de enfermedades. En otra carroza iban el río Pance, los Farallones y los siete ríos de la ciudad.
Los Sabores y Aromas llegaron en la comparsa encabezada por un muñecón gigante de la gran Maura Orejuela de Caldas, portadora de tradiciones gastronómicas y culturales, y pionera en traer a la ciudad, de su natal Guapi, los sabores del pacífico para engrandecer la gastronomía caleña. El champús, el cholado y las empanadas, también dijeron presente.
La Pinta, la Raza y el Son fue otra de las más aplaudidas, al representar la cultura afrodescendiente que ha enriquecido a Cali, con manifestaciones culturales del pacífico, como las Fiestas de San Pacho, aires musicales como el currulao, el abozao, el chigualo, los bundes.
Para cerrar, Cali Ciudad de Brazos Abiertos portó a un Cristo Rey gigante que recibe a todo aquel que llega a la ciudad. “El Desfile del Carnaval del Cali Viejo es el corazón de nuestra identidad caleña; a través de sus 30 comparsas mostramos al mundo la fantasía, los colores y las tradiciones que hacen de Cali una ciudad mágica y cultural”, le dijo a El País Juan Homero Coral, director artístico del evento.
En diferentes barrios de Cali, artistas y artesanos construyeron los elementos para la puesta en escena de las comparsas: en el distrito de Aguablanca, en el barrio de la Independencia y el Calima, inspirados en personajes relevantes para la ciudad.
Don Homero Coral, vinculado al desfile, como artista desde hace 40 años, y como director artístico hace cuatro, reveló que las comparsas contaron con asesoría del maestro Hernán Yepez, de los Carnavales de Blancos y Negros, de Pasto. “Su apoyo ha sido muy importante para mejorar la estética del Carnaval de Cali Viejo, este desfile no es el mismo de hace diez años, tiene toda la espectacularidad del arte, con macroformatos impresionantes”.
El dato
El origen del desfile data de 1922, inspirado en las Fiestas de la Plaza de antaño. Incluye comparsas teatrales, disfraces colectivos e individuales, carrozas, y este 2024, marionetas.