Cultura
¿Cuál es el ángel protector de los perros?
En la piedad popular existen oraciones dirigidas a San Roque.
La fe está presente en diferentes facetas de la vida de muchas personas que buscan consuelo y esperanza. Los creyentes católicos, por ejemplo, se encomiendan a distintos santos o patronos, según las necesidades que tienen.
Uno de estas figuras religiosas es San Roque, considerado como el abogado contra los virus y las enfermedades, pero también como el defensor de los perros. Se cree que este santo nació entre los siglos XIII y XIV, en la antigua región francesa de Languedoc, donde actualmente se ubica Montpellier. Allí, se dedicó a la medicina, pues ayudó a personas gravemente enfermas de peste.
Cada 16 de agosto, millones de fieles en Argentina, Bolivia, Perú y otras latitudes de Latinoamérica invocan a este médico francés del siglo XIV para pedirle por su salud y la de sus fieles compañeros de cuatro patas.
¿Por qué San Roque es el patrono de los perros?
Según cuenta la leyenda, un perro le robaba pan a muchas personas para dárselo a San Roque, quien se encontraba infectado y en cuarentena en la ciudad italiana Piacenza. El canino le robaba todos los días el pan a un hombre adinerado llamado Gottardo Pallastrelli, que decidió seguir a la mascota para ver a dónde se llevaba la comida.
En ese momento, Pallastrelli descubrió que el animal le llevaba el pan a San Roque y decidió llevarlo a su casa para curarle las heridas. Luego de eso, el hombre adinerado decidió seguir el ejemplo del santo y dedicarse a peregrinar.
¿Quién fue San Roque?
El Santo fue hijo del gobernador de Montrpellier, Jean Roch de La Croix. Cuando falleció su progenitor, San Roque decidió vender todas las posesiones que heredó, repartir el dinero entre los hombres y realizar una peregrinación a Roma con la intención de visitar los santuarios. En esa época, Europa atravesaba una epidemia que generó gran mortandad en todo el continente.
El patrono recorrió Italia, donde se dedicó a curar y asistir a todos los enfermos que encontraba a su paso. Según la tradición popular, ayudaba a muchos enfermos con solo hacer sobre ellos la señal de la cruz, pero su amor por el prójimo iba más allá, pues él mismo les realizaba la sepultura a quienes fallecían.
San Roque falleció luego de un largo periodo en prisión, a donde cayó en medio de la guerra en Montpellier. La historia señala que lo confundieron con un espía y lo tomaron prisionero, pero San Roque nunca quiso revelar su verdadera identidad.
Aunque antiguamente se pensaba que había fallecido en Italia, actualmente se dice que murió en Montpellier, Francia, encerrado por su tío. Cada 16 de agosto se recuerda a San Roque, considerado como el abogado contra los virus y las enfermedades y defensor de los perros.
En la piedad popular existen oraciones dirigidas a San Roque para pedir por la salud de las personas:
¡Oh, Glorioso Roque!,
A quien el Todopoderoso concedió la gracia especial de librar de la peste a los pueblos afligidos con tan espantoso azote, cuya virtud fue objeto de admiración en la misma Roma, a donde fuisteis cuando estaba tocada de aquel mal, empleando vuestro valimiento con el Señor para que de él la librase. Como así lo hizo, presentad nuestras súplicas al trono del Altísimo, interesándoos por nosotros, para que por vuestros méritos e intercesión nos preserve el señor de semejante calamidad, y seamos libertados así de ella como de todo lo que pueda turbar nuestra tranquilidad, y sernos de obstáculo a la salvación.
Amén.
Amado San Roque, con tu poder sanador, te pido que cures mi cuerpo, mi mente y mi alma, devolviéndome la paz y el amor necesarios para seguir con mis días.
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