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Aunque esta sorprendente cualidad de adelanto es inherente a todas las obras de ficción, hay un género literario específico que tiene como objetivo que la historia imaginada por el autor genere la ilusión de algo que podría ocurrir en la vida real, estas son las llamadas novelas de anticipación. | Foto: Foto: Istock / El País

Conozca la novela de terror publicada en 1981 que al parecer predijo el virus Covid-19

Una novela de 1981 habla de un virus originado en China, similar al que se padece hoy el mundo. Leer en tiempos de pandemia.

20 de marzo de 2020 Por: L. C. Bermeo Gamboa, periodista de El País

La literatura se mueve como un virus en la mente humana y su principal forma de contagio es la lectura de ficción. Según Jorge Volpi en su libro ‘Mentiras contagiosas’: “la novela, una de las mutaciones de la ficción, es en términos evolutivos un conjunto de ideas —memes— que se transmiten de una mente a otra por medio de la lectura. Una novela solo cumple su objetivo cuando sus ideas infectan a un lector. En otro sentido, las novelas se asemejan a los parásitos: igual que estos, se introducen en el mayor número de mentes posible, con el fin de multiplicarse”.

Pero, ¿qué sucede cuándo ese virus imaginario sale de la ficción a la vida real? Es la pregunta que surge cuando se descubre la novela ‘Los ojos de la oscuridad’ del autor norteamericano Dean R. Koontz, publicada en 1981. En esta ficción se describe una pandemia mortal provocada por un virus creado en China, precisamente en la ciudad de Wuhan. Debido a la sorprendente similitud entre la pandemia imaginada por Koontz hace 39 años;y el virus Covid-19 que ahora mismo está afectando a miles de personas en todo el mundo, muchos lectores están considerando esta novela como una profecía. ¿Pero realmente podría considerarse como tal?

De la ficción a la realidad

A finales del siglo XIX,  Oscar Wilde escandalizó a la sociedad victoriana cuando afirmó que “la vida copia a la literatura”. Para 1900, Wilde falleció pobre y excluido en París, nunca creyeron en él.

Tendría que pasar el siglo XX y llegar el XXI para concederle toda la razón al poeta irlandés, ya que fue durante estos 120 años cuando la literatura alcanzó un estatus visionario, reconociendo a un conjunto de novelas por su capacidad de anticipación y prefiguración de la realidad.Desde siempre la literatura se adelantó a la historia: con Julio Verne cuyas novelas escritas en el siglo XIX anticiparon las naves espaciales, la energía eléctrica y los submarinos, entre otras maravillas.

A principios del siglo XX con H. G. Wells que imaginó los tanques de guerra, los sensores de movimiento, y la bomba atómica —que él lamentó se hubiese convertido en algo real— . Por su parte, Aldous Huxley planteó en su novela ‘Un mundo feliz’ (1934) la ingeniería genética y las drogas sintéticas.

Fue un siglo en el que George Orwell describió una dictadura donde el gobierno espía las comunicaciones de los ciudadanos y manipula la historia en su favor. O las pantallas gigantes y radios minúsculos que inventa Ray Bradbury en ‘Fahrenheit 451’, objetos que podemos identificar con los televisores curvos 4K y los iPod reales.  Borges dejó bosquejados en cuentos y ensayos teoremas matemáticos y fórmulas de la mecánica cuántica, así como muchos otros autores (Philip K. Dick, Arthur C. Clarke, Isaac Asimov) en cuyas obras cada día se descubren más ideas que pueden ser llevadas a la realidad.

Miedo por anticipado

Aunque esta sorprendente cualidad de adelanto es inherente a todas las obras de ficción (incluyendo poesía y ensayo), hay un género literario específico que tiene como objetivo que la historia imaginada por el autor genere la ilusión de algo que podría ocurrir en la vida real, estas son las llamadas novelas de anticipación.

Estos escritores se especializan en narrar hechos ficticios muy verosímiles, pero más que proféticas, sus historias tienen un gran desarrollo especulativo, puesto que parten de teorías científicas vigentes en su momento, llevadas a sus más fantásticos o terribles extremos, teniendo en cuenta que se trata de brindarle una experiencia intensa al lector.

Apelando a ese extremo terrible procedió Dean R. Koontz en su novela ‘Los ojos de la oscuridad’, no en vano es un autor de culto en el género terrorífico, ganador del Premio Bram Stoker de Literatura de Horror. Después Stephen King, Koontz es el segundo autor más importante de este género, con más de 30 novelas, traducidas a 17 idiomas y 50 millones de copias vendidas.

Por ello no fue raro que durante estos días los lectores de Koontz compartieran los fragmentos de ‘Los ojos de la oscuridad’, donde se habla de un virus mortal creado como arma biológica por el gobierno comunista de China, justamente en la ciudad de Wuhan, y que en el capítulo 39 de la novela recibe el nombre de virus Wuhan-400.

El nombre que usan en la novela: Wuhan-400, se debe no solo a la ciudad de origen, sino a que en la ficción el virus fue diseñado con 400 microrganismos artificiales, por lo que es altamente contagioso y las víctimas no sobreviven más de 24 horas.​

“La llaman ‘Wuhan-400’ porque fue desarrollada en unos laboratorios de manipulación genética en las afueras de la ciudad de Wuhan y resultó la cepa viable número 400 de los microorganismos de factura humana que se crean en ese centro de investigación. (…) Lo probaron en Dios sabe cuántos presos políticos. Nunca pudieron encontrar a un anticuerpo o un antibiótico que fuera efectivo contra eso. El virus migra al tejido cerebral y allí comienza a segregar una toxina que destruye la parte del cerebro que controla todas las funciones automáticas del cuerpo hasta que la víctima deja de tener pulso o cualquier necesidad de respirar”,  se lee en algunos fragmentos de la novela.

De modo que para todo el mundo ha sido evidente, y fácil, asociarlo con la realidad del virus Covid-19 que se originó, tal como en la ficción, en la ciudad Wuhan.

¿Profecía o coincidencia?

Todo alrededor de esta novela resultó ser un ‘argumento’ más para quienes están obsesionados con las teorías conspirativas. Sin embargo, es bueno aclarar que la noticia sobre la novela se publicó solo después de que el virus Covid-19 se convirtiera en pandemia mundial, por lo que cabe pensar que no se trata de una profecía como tal, sino de una gran coincidencia literaria y una prueba del talento de Koontz para la anticipación.

Además, según la página snopes.com dedicada a la verificación de datos en la web, analizó lo que es cierto y lo que no sobre la predicción del Covid-19 en la novela de Koontz.

“Es cierto que Koontz nombró un arma biológica ficticia ‘Wuhan-400’ en esta novela. También es cierto que Wuhan, China, es la ciudad en el centro del brote de coronavirus. Sin embargo, ahí es donde terminan las similitudes”, afirman en Snopes. 

Para ello se basan en las siguientes inexactitudes de la predicción: en la novela el virus es un arma hecha por el hombre, mientas que el coronavirus según se ha comprobado es de origen animal. Así mismo, en la ficción se afirma que la tasa de mortalidad del virus Wuhan-400 es del 100%, pero se sabe que el Covid-19 apenas alcanza el 2% de mortalidad.

Otro dato que desmiente la profecía es que en la novela se habla de un efecto de 24 horas, pero en la realidad deben esperarse hasta 14 días para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento, no para la inminente muerte.

Y para terminar de complicar el asunto, se comprobó que en la edición original de la novela ‘The Eyes of Darkness’ publicada en 1981 y donde Koontz usa el seudónimo de Leigh Nichols, los nombres del virus y del lugar son otros, en esta versión el virus lo desarrollan científicos de la Rusia comunista y deciden llamarlo Gorki-400. Algo que resulta muy acorde a la ideología de la época, puesto que aún existía la Unión Soviética (URSS). Por otro lado, tampoco se ha comprobado que en la novela se mencione el año 2020.

Según snopes.com fue en ediciones inglesas posteriores a 1989, después de la caída del Muro de Berlín, cuando empieza a aparecer el nombre del virus Wuhan-400 referido a China. Tal vez, todo fue producto de una sutil actualización de Koontz a su novela. Ya que la Unión Soviética había dejado de existir, nada más obvio, para mantener la verosimilitud de la trama, que aludir a la China comunista, después de todo es la segunda potencia mundial. A pesar de esto, en algunas ediciones en español, traducidas del original, los lectores no encontrarán la famosa predicción. Que sea una coincidencia es un alivio para el autor, pues ¿quién puede vivir tranquilo con el remordimiento de predecir una desgracia?

Virus clásicos

En el acervo literario universal se pueden encontrar obras que han tratado, unas como pretexto narrativo y otras para explorar la psicología y el comportamiento social, el tema de los virus y las epidemias dentro de comunidades particulares. Algunos libros imprescindibles.

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